Enseñanza remota: Capacitar y contener, el trabajo de una asociación en tiempos de pandemia
No figuraba en el plan de este año, y en medio de la pandemia se convirtió en uno de sus proyectos más importantes: la Sala de Maestros. Al poco tiempo de haberse decretado la cuarentena, la Asociación Conciencia decidió hacer una encuesta entre la comunidad docente que participa en sus distintos programas para saber cómo se sentían los maestros, con qué herramientas contaban y si tenían algún tipo de capacitación en educación virtual.
Las respuestas, cuenta Anabella Serignese, directora de programas de esta organización social, apuntaron sobre distintos focos. "Necesitaban ser acompañados, contar con más recursos digitales que los ayuden a no perder la atención de sus alumnos en las clases virtuales y mejorar la comunicación a la distancia. La Sala de Maestros no estaba dentro de nuestro plan de acción para este año, y resultó uno de los más motivadores. Todos los docentes hicieron un gran esfuerzo para sostener la continuidad pedagógica de los chicos durante estos meses, y precisaban nuevos espacios de capacitación y contención", dice Serignese.
La Asociación Conciencia es una organización civil que desde hace más de 37 años trabaja para generar participación, y busca responder a las necesidades puntuales de cada comunidad. Los programas que implementa se desarrollan en distintas regiones del país, como la Sala de Maestros, que llegó a 450 docentes y directores de nueve provincias.
"El Covid-19 cambió nuestra forma de vida, y la educación no fue la excepción. El paso de una metodología presencial a una virtual de un día para otro fue y sigue siendo un esfuerzo para toda la comunidad educativa. En este sentido, el primer paso que dimos fue hacer un relevamiento. Queríamos conocer con qué herramientas contaban los docentes de las escuelas que ya participaban en distintos programas de la asociación, para facilitar la continuidad pedagógica en este contexto –explica Serignese-. La encuesta giró sobre la situación anímica y emocional de los docentes, la conectividad, los recursos y herramientas digitales que tienen, el tipo de capacitación y formación en educación virtual que cuentan y cómo fue el acompañamiento de la institución donde trabajan."
"Soltar cosas que no habían dicho nunca"
Desde hace décadas, la asociación trabaja sobre distintos ejes: comunidad, empleabilidad, sobre todo para los jóvenes; sustentabilidad con programas educativos y de medioambiente, y participación, que busca promover el liderazgo. "Cuando comenzó la cuarentena, reconvertimos todos nuestros programas a la virtualidad. La intención fue poner al servicio de la comunidad lo que mejor sabemos hacer, que es la tarea de acompañar y tejer redes. Las tres líneas estratégicas a las que apuntamos son las familias y los referentes comunitarios, los jóvenes, y también los docentes y directivos, que si bien ya trabajábamos en las escuelas, nunca habíamos hecho de manera directa", refuerza Serignese.
Para la especialista, uno de los trabajos más enriquecedores se dio en los espacios de intercambio. "A veces resulta difícil generarlos. Con tantas clases virtuales y reuniones es muy común que la gente diga que no tiene tiempo, que sumar un Zoom más a la agenda del día es imposible. Pero la realidad es que después de haber participado, este tipo de propuestas fueron las más demandados por los docentes. Son espacios de escucha muy activa, y para muchos maestros fue la oportunidad de soltar cosas que no habían dicho nunca. Maestros muy emocionados, otros con angustia", cuenta Serignese.
Cómo mejorar la práctica docente
El contexto actual, además, permitió generar encuentros entre educadores de distintas localidades de todo el país. "Maestros rurales y urbanos, de escuelas públicas y privadas, compartiendo sus distintas realidades desde lugares tan diferentes como pueden ser Jujuy, la ciudad de Buenos Aires, Mendoza o Misiones. También fueron muchos los maestros que dijeron que esta situación les permitió conocer la historia detrás de cada uno de sus alumnos. Sobre todos con los que están en la primaria, que no son tan autónomos y necesitan del acompañamiento de un adulto para resolver las tareas. Saber cuál era la situación en esos hogares les dio más herramientas para ayudar a sus estudiantes".
A pesar del caos y la falta de recursos, la directora de Conciencia rescata la buena predisposición de los maestros para atender a los talleres y las capacitaciones. "Siempre están pensando en cómo mejorar su práctica docente, en replantear las estrategias y en tratar de innovar para que sus alumnos estén motivados, que el interés no decaiga y que no abandonen las clases", dice Serignese, preocupada por el aumento de la deserción escolar que afecta, principalmente, a los alumnos de los primeros años del secundario.
"Ya sabemos que la mitad de los estudiantes argentinos que empieza el secundario no lo termina. Y que el aumento de la pobreza hace crecer el trabajo infantil. El esfuerzo que también hacen las familias para continuar con la escolaridad a la distancia es muy grande. Por eso desde la asociación acompañamos a las familias para que puedan sostener el hábito educativo. Quizá un adulto no tenga las habilidades para ayudar a su hijo a resolver una tarea de matemática, pero sí pueden compartir la lectura de un cuento o responder juntos un cuestionario. Que no se pierda ese contacto del chico y el adulto en situación de aprendizaje", concluye.
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