Ensayan un stent para recién nacidos que crecería con el paciente
Una beba de 24 días acaba de convertirse en la primera del mundo en recibir un nuevo tipo de stent (el pequeño tubo de metal plegable que se coloca dentro de las arterias para mantenerlas abiertas) que, si todo sigue como se espera, crecerá junto con ella.
Se lo insertaron durante una cirugía realizada en el Hospital Pediátrico de Zurich, Suiza, para aliviar una malformación congénita en su arteria pulmonar (una estenosis o estrechamiento) que impedía el normal flujo de la sangre desde el corazón a los pulmones, donde ésta se enriquece con oxígeno. En estos casos, la presión del ventrículo derecho (la cámara que bombea sangre hacia las arterias pulmonares) se eleva a niveles que pueden dañar el músculo cardíaco.
De acuerdo con un comunicado de la compañía que desarrolló el dispositivo, el procedimiento marca el comienzo del ensayo clínico BeGrow, liderado por el cardiólogo pediátrico intervencionista Oliver Kretschmar, y que abarcará a 18 recién nacidos de Suiza, Alemania y Austria. En Europa, la estenosis de la arteria pulmonar es una patología que afecta a alrededor de 1 de cada 100 bebés.
"Actualmente, en especial para los muy pequeños, la única opción que tenemos es personalizar los stents diseñados para adultos –dijo Kretschmar, que realizó la intervención a fines de mayo–, pero el diámetro de éstos está restringido y perdemos la función. Luego, necesitamos agregar un stent de mayor diámetro, pero debido a que el tamaño del stent original está restringido, el vaso puede permanecer estrechado".
"Puse el primer stent en 1987 –cuenta Juan Carlos Parodi, el cirujano argentino que desarrolló la técnica endovascular para operar el aneurisma de aorta abdominal–. El problema en los chicos era casualmente que ellos crecen y el stent, no. Lo que hacíamos era poner los expandibles. Tengo pacientes que nacieron con la aorta muy estrecha, les colocaba un stent, y cada tres o cuatro años los redilataba, porque si no, el dispositivo hubiera migrado. No conozco en detalle este ensayo en particular, pero es una buena idea, porque si no es definitivo, por lo menos permitiría dilatar la cirugía hasta que el chico tenga 14 o 15 años, con un riesgo mucho menor. Es decir, que puede servir como solución definitiva o transitoria".
Según la información que distribuyó la compañía, el BeGrow, el sistema, expandible mediante balón, es suficientemente pequeño como para caber en la arteria pulmonar de 6 mm de diámetro de un recién nacido, pero se dilata a medida que crece hasta alcanzar 11,5 mm (alrededor de los 8 o 10 años). Cuando supera este diámetro, se abre en puntos predeterminados de forma controlada.
La denominación "stent" viene del apellido de Charles Thomas Stent, un odontólogo norteamericano que usaba una malla metálica para estabilizar dientes. Más tarde, Charles Dotter, de Portland, Estados Unidos, considerado el padre de la radiología intervencionista, fue el primero que colocó un stent autoexpandible.
"Uno lo comprime y lo introduce dentro de un tubo –explica Parodi–. Cuando lo libera, se expande por la elasticidad. Ahora, uno de 6 mm que llegue a 12mm tiene muchísimo metal, porque tiene que estar muy comprimido. El problema es que al expandirse se va acortando, y si uno necesita llegar a 18 o 20mm, se rompe. Lo que se puede hacer es poner un stent más largo para que el tubo se expanda en los extremos (quede como un reloj de arena). El asunto es que no haya ‘gradiente’ (diferencia de presión), porque si uno tiene una arteria pulmonar de 20mm de diámetro y un stent de 14mm, aumenta la velocidad del flujo sanguíneo y puede generarse turbulencia".
Los resultados informados por Kretschmar a la prensa indican que la primera intervención fue "excelente". "Esperamos que este desarrollo signifique que podemos implantar un stent a una edad muy temprana, y éste puede crecer con el o la paciente y permanecer allí", afirmó.
Para el especialista argentino Oscar Méndiz, jefe del Departamento de Cardiología Intervencionista de la Fundación Favaloro, la idea es extremadamente útil e interesante. "Se viene pensando en esto desde hace mucho, especialmente para los chicos –destaca–. Porque, por ejemplo, si uno pone un stent en la aorta en la niñez, la arteria después crece. Se necesita algo que crezca con el tamaño del cuerpo. Pero hay que tener en cuenta que no bastan los ensayos en cerdos, como los que se cumplieron en este caso, después hay que ver si el dispositivo resiste la prueba del tiempo. Hoy hay muchos dispositivos, como una válvula quirúrgica para poner en la aorta que puede dilatarse con balón. El concepto existe, pero todavía falta para un uso de rutina".