Encontraron tres cuerpos más: ya son siete las víctimas mortales del derrumbe en el hotel de Villa Gesell
Aún hay una joven desaparecida; el colapso del edificio se produjo el martes pasado
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VILLA GESELL.- Las autoridades habían anticipado esta mañana que estaban cerca de dar con más desaparecidos entre las víctimas del derrumbe del Apart Hotel Dubrovnik. En ese momento, habían encontrado al cuarto fallecido, el carpintero Fabián Javier Gutiérrez, y a media tarde la lista de la tragedia se amplió cuando los bomberos dieron con los restos de otros tres obreros: Mariano Troiano, Matías Chaspman y Ezequiel Matu. Ahora solo queda desaparecida una joven: Dana Desimone.
Primero dieron con los cadáveres de Troiano y Chaspman. Debieron desplazar y partir más placas de hormigón para llegar hasta el lugar que los perros de apoyo estaban marcando. Allí siguieron los trabajos porque entendían que muy cerca de ellos debería estar el restante de estos tres plomeros, Matu, quien también era parte de esta excursión laboral para reparar las instalaciones sanitarias de este establecimiento que se desplomó en la madrugada del martes pasado.
Estos fallecimientos constan ahora en la causa judicial que lleva adelante la fiscal Verónica Zamboni bajo la carátula de estrago culposo agravado por muerte. Están detenidos el arquitecto Jorge Bonavita y al contratista Rubén Taquichiri, señalados como presuntos responsables de ordenar y avanzar con obras de reformas en el hotel, entre ellas la construcción e instalación de un nuevo elevador. Otros cuatro obreros, dos capataces y dos albañiles, están imputados, pero excarcelados. Sobre otras dos arquitectas que intervinieron en esas obras y el dueño del hotel pesan sendas medidas de prohibición de abandonar el país dispuestas por el juez de Garantías David Mancinelli.
El otro foco de búsqueda que queda activo es el del cuerpo central del complejo. Allí, donde la altura original máxima era equivalente a un cuarto piso, días atrás ya rescataron los cuerpos de Rosa y Nahuel Stefanic, tía y sobrino. Ahora buscan dar con Desimone.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, confirmó temprano que los rescatistas llegaron a ingresar a lo que quedó de la habitación que ocupaba esta joven de 28 años, oriunda de la localidad de Juan N. Fernández. Creen que deambulaba por alguna otra dependencia o se movilizaba por algún pasillo cuando se produjo el derrumbe.
El caso tiene hasta el momento como única sobreviviente a María Josefa Bonazza, de 78 años. Es de Balcarce y se alojaba en un departamento de un edificio lindero al Dubrovnik, el Atilio I. Había llegado un par de días antes para alistarlo y alquilarlo en la temporada. La acompañaba su marido, Federico Ciocchini, de 84. Fue el primer muerto que se confirmó tras este derrumbe.
La mujer sufrió fracturas y golpes. En principio se la atendió en el hospital de Villa Gesell y por precaución se la trasladó al Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata, de mayor complejidad. En las últimas horas la derivaron al Hospital Municipal de Balcarce, donde completa su recuperación. Está fuera de peligro y acompañada de sus familiares.
Oportunidad laboral
Estos cuatro obreros cuyos cuerpos fueron rescatados entre las últimas horas del lunes y la tarde de este martes habían llegado a Villa Gesell, convocados por distintos contratistas para realizar trabajos de mejoras en el Apart Hotel Dubrovnik, un clásico de este balnearios fundado en 1986.
Gutiérrez era carpintero y tenía 53 años. Llegó para realizar reformas en el mobiliario de apartamentos que el nuevo propietario quería reconvertir en habitaciones clásicas, según él mismo había contado a sus familiares que lo esperaban en Merlo, provincia de Buenos Aires, su lugar de origen.
Se alojaba en la habitación 204 del Dubrovnik mientras permanecía en esta ciudad. En mensajes de audio había advertido que las instalaciones no estaban en las mejores condiciones e incluso se animó a señalar que los dueños estaban dispuestos a invertir mucho dinero “en algo que está hecho pelota”.
Tenía una hija de 15 años y, según dos sobrinos suyos, aceptó este trabajo para hacer una diferencia económica y comprarle a ella una carpa para las excursiones que iba a realizar. “Hacía todo por su hija”, dijeron.
Los otros tres llegaron desde Mar del Plata. El que entabló el vínculo con los responsables del hotel fue Troiano, de 47 años, con domicilio en la localidad de Batán. Acercó a sus colegas marplatenses para que lo acompañen en este trabajo que tenía como finalidad renovar gran parte de la instalación sanitaria del hotel, con miras a la temporada que se inicia. Vale recordar que el establecimiento permanecía cerrado durante la temporada baja.
Según testigos y compañeros de obra, pernoctaban en la habitación 203. Mantenían la modalidad que les habían ofrecido para que se sintieran más cómodos en el hotel: llegaban en el inicio de la semana, se les cedían las dependencias para que allí se alojaran y tenían previsto regresar los viernes. Así iba a ser hasta la finalización de los trabajos.
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