En una plantación de papas de Tandil, en la provincia de Buenos Aires, 43 personas trabajaban 16 horas por día en condiciones extremas. Dormían en containers de chapa, sacaban agua de un pozo para higienizarse y hacían sus necesidades a campo abierto. Ninguno recibió alguna remuneración por su trabajo. Una situación muy parecida a la esclavitud. Muchos desarrollaron problemas de salud severos; uno de ellos ya ni siquiera podía trabajar. Por sus dolencias le permitieron ir a un hospital y al no tener dinero para pagar sus medicamentos decidió llamar al 145, la línea de ayuda para asistir a las víctimas de las redes de trata de personas . A raíz de la denuncia, el 11 de este mes la policía allanó el campo y liberó a todos.
Las organizaciones criminales que se dedican a la trata de personas captan hombres y mujeres en una situación de extrema vulnerabilidad y las someten a condiciones inhumanas de trabajo. En los últimos 10 años hubo 13.384 personas rescatadas de la explotación sexual y laboral en la Argentina. Solo el año pasado rescataron a 1140 personas y en 2015 hubo un récord de 2110 víctimas rescatadas, según las cifras del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de Víctimas Damnificadas por el Delito de Trata de Personas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos . Antes de la creación de este programa en 2008, las únicas cifras disponibles eran publicadas por algunas ONG que trabajan la problemática. A través de mecanismos de multas, sanciones y amenazas por parte de los tratantes, las víctimas entran en un laberinto en el que no terminan percibiendo ningún ingreso, las destruye psicológicamente y, muchas veces, termina con la muerte.
En primer lugar está la etapa de captación de víctimas, muchas de ellas, menores de edad. Del total de personas rescatadas en los últimos 10 años, 12.294 eran mayores de 18 años y 1090, menores. "La captación es una oferta laboral engañosa. Puede tener varias características, te pueden engañar con el tipo de destino o te pueden decir que vas a cuidar chicos en una casa y en realidad es para prostituirse. Pero en lo que siempre va a terminar, es en una situación similar a la esclavitud porque nunca va a percibir dinero por su trabajo", dijo María Fernanda Rodríguez, subsecretaria de acceso a la Justicia y coordinadora nacional del Consejo Federal de Trata.
Otras veces el delito de trata se oculta detrás del de tráfico de personas. Muchos quieren cruzar una frontera de forma ilegal y contactan a las redes de tráfico. Estos les ofrecen trasladarlos a otro país, los llevan engañados y terminan en una situación de explotación laboral. De las 13.384 víctimas, 6163 fueron sometidas a explotación sexual, 7168 a explotación laboral y las 53 restantes sufrieron otras formas de sometimiento.
Dependiendo del tamaño de la organización, hay casos donde la captación y la explotación la lleva adelante la misma persona y otras veces son eslabones separados. "Es probable que sean organizaciones criminales que no tengan una logística ni un desarrollo demasiado depurado o potente, aunque hay otros casos en donde uno ve redes muy organizadas en donde los procesos de captación y explotación son llevados a cabo por personas distintas. Cuando la organización es más importante, suele haber muchos círculos de protección en relación al lugar de explotación, como los prostíbulos. Tienen protección policial y del poder político. Desde arreglos con los inspectores municipales, hasta con los intendentes", explicó Marcelo Colombo, fiscal a cargo de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).
Cuando las víctimas están dentro de la red, se las somete a una serie de reglas, multas y castigos arbitrarios que las dejan en una situación sin salida. En los lugares de explotación, hay ciertos códigos entre los que suele figurar un sistema de sanciones que funcionan como mecanismo de control. "Hacen que se acrecienten las deudas que tienen las víctimas con su tratante. Les inventan faltas todo el tiempo, como decirle a una chica que estaba sentada en una mala posición o que estuvo tiempo demás con un prostituyente. Son todas cuestiones que nosotros lo vemos como patrones que se repiten y son utilizados para someter a la víctima. Esto hace que nunca perciban un ingreso", dijo Colombo.
Cuando la organización es más importante, suele haber muchos círculos de protección en relación al lugar de explotación, como los prostíbulos. Tienen protección policial y del poder político
Por lo general, los circuitos de explotación se rompen con la denuncia de una víctima que escapó o porque fue intensamente buscada por sus familiares. También se han descubierto lugares de explotación a través de una inspección laboral. "En el caso de la trata sexual, muchas veces las denuncias vienen por parte de los vecinos", dijo Colombo. Explica que la línea 145, para denunciar situaciones de trata, es un gran avance porque permite mantener el anonimato y la víctima será atendida por un operador dispuesto a escucharla. "Hemos tenido casos de mujeres asesinadas en el marco de la explotación sexual, por eso, la línea 145 es muy útil para iniciar investigaciones sin exponerse. Esto también permite recibir denuncias contra funcionarios públicos", agregó.
Otro avance es la Ley de Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata que se encuentra en tratamiento parlamentario y, todo indica, que será tratada en marzo en el Senado. Este proyecto impulsa la creación de un fideicomiso público para la administración de los bienes muebles e inmuebles provenientes del delito de trata, para que estos recursos puedan ser destinados a la asistencia de las víctimas. "Esto es muy importante. Gracias a la Ley de Víctimas, nosotros pudimos tener un legajo con cada una de ellas para tenerlas identificadas. Ahora hay que avanzar con la Ley de Fondo para lograr un decomiso más eficiente. También facilitará las ventas anticipadas para no terminar vendiendo chatarra y ese dinero destinarlo para ayudar a las víctimas", dijo Rodríguez.
La línea 145, para denunciar situaciones de trata, es un gran avance porque permite mantener el anonimato y la víctima será atendida por un operador dispuesto a escucharla
Uno de los grandes problemas de la trata de personas es que, con frecuencia, las víctimas no se reconocen como tales. Al ser personas en extrema situación de vulnerabilidad, tienen internalizado que esas son las únicas condiciones en las que podrían trabajar. "No están atados con cadenas, pero no pueden ni pensar en la posibilidad de salir de eso. Son personas sin capital social ni simbólico que, además, necesitan un salario por más mínimo que sea. Esta combinación de factores los lleva a someterse. Aunque también es común que tengan amenazada a su familia", explicó Rodríguez.
No están atados con cadenas, pero no pueden ni pensar en la posibilidad de salir de eso. Son personas sin capital social ni simbólico
En los casos de trata laboral, es más sencillo pensar en una reinserción en la sociedad porque estas personas suelen tener algún oficio de base. De este modo, es posible enseñarles esquemas y herramientas de trabajo más calificadas. Los sectores más sensibles a este tipo de explotación son el textil y el agropecuario. En la trata sexual, la situación es más compleja. Estas mujeres suelen no tener un oficio de base y los tratantes las convencen de que no podrían hacer otra cosa que prostituirse. Es un largo camino hasta deconstruir el tipo de vínculo que tienen con los hombres para que puedan acceder a otro tipo de empleo sin estar en riesgo de volver a caer en la prostitución.
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