En ruinas, las mansiones de Belgrano y Mansilla serán concesionadas
El Gobierno busca que el sector privado las ponga en valor; para preservar los edificios, la Comisión de Monumentos seguirá de cerca el proceso
Con su techo de pizarra negra, escaleras de mármol de Carrara y vitrales traídos de Europa, la casona en la cual habitaron los Belgrano, llamada Palacio Belgrano o Palacio Otamendi, parece estar a punto de colapsar. Lo mismo le sucede, a unos cuantos kilómetros de distancia, a la mansión con aires de villa romana que perteneció al político, periodista, militar y escritor, Lucio V. Mansilla. Frente a esa situación, según informó la Agencia Administradora del Bienes del Estado (AABE), las propiedades serán concesionadas a privados por un lapso de 70 años para que las recuperen y las destinen a actividades comerciales gastronómicas, turísticas o culturales.
A través de una decisión administrativa publicada en el Boletín Oficial, la AABE aplicará por primera vez en la Argentina una herramienta jurídica usada en diversos países del mundo, como Francia, España, Alemania y Japón, entre otros. "Permite conservar dentro del patrimonio del Estado inmuebles que necesitan inversión para asegurar su mantenimiento. Se trata de un derecho real temporal que otorga la facultad de uso, goce y disposición material y jurídica del derecho de plantar, forestar o construir, o sobre lo plantado, forestado o construido en el terreno, el vuelo o el subsuelo", explicó a la nacion Ramón Lanús, titular de la AABE. El funcionario adelantó que las casonas se licitarán en la plataforma Compr.Ar, el portal de compras y contrataciones del Estado nacional, en fecha a definir. Este sistema, según indican, permitiría garantizar la transparencia y ecuanimidad para los participantes.
La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, para asegurar la preservación de los valores patrimoniales de los inmuebles, estipuló los lineamientos de intervención a seguir. "Hemos acordado con la AABE participar de las reuniones con interesados. Estaremos presentes en todo el proceso, tanto de concesión como de proyecto y obra", dijo la titular de ese organismo veedor, Teresa Anchorena.
Residencias
El Palacio Belgrano, situado en Sarmiento 1427, cerca de la Plaza de San Fernando, fue construido entre 1860 y 1870 por el reconocido arquitecto Joaquín Belgrano, familiar de Manuel. Durante bastante tiempo, gracias a la torre que aún se conserva, fue la más alta edificación de la zona. Los descendientes de Belgrano vivieron allí y luego vendieron la propiedad a Rómulo Otamendi, que la usó como residencia de verano, hasta que en 1916 donó el inmueble a la Sociedad de Beneficencia de la Capital para crear ahí un hogar de niñas. Más tarde, las monjas españolas Hermanas de los Santos Ángeles Custodios se hicieron cargo del lugar. En 1950 pasó a manos del Consejo Nacional del Menor y la Familia, pero a fines de la década del 90 cerró el instituto y pasó a depender de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación. Desde ese entonces, el palacio nunca fue reparado y su deterioro avanza día tras día.
Luego de las protestas de los vecinos por el peligro que significaba para el barrio el abandonado del inmueble, que ocupa casi media manzana, la AABE reconoció que el palacio se encuentra en estado de grave deterioro, sin uso ni ocupación. Fue después de que el municipio de San Fernando les pidiera intervención para buscar una solución. Alejandro García, que desde 1978 posee una imprenta frente a la casona, señaló que el palacio fue intrusado varias veces, sufrió un incendio en un sector, tiene la vegetación crecida, los viejos árboles corren riesgo de caer con las tormentas y está invadido por ratas desde hace años. "De la casona y sus distintos espacios, como la caballeriza, queda muy poco", se lamentó. Respecto de la posibilidad de que sea concesionado a privados, dijo: "Habría que preguntarle a la familia Otamendi si está de acuerdo con que ahora esto sea un negocio. Ellos lo donaron para fines de caridad".
En Belgrano, en 2013 el Estado expropió para la conservación la casa donde vivió Mansilla, situada en 3 de Febrero 2371. Sin embargo, el deterioro de este monumento histórico artístico nacional se acrecienta día a día. Allí funcionó la Escuela Normal Nº 10, entre 1914 y 1982. En sus comienzos, fue construida bajo la denominación de Villa La Esperanza y usada como quinta de fin de semana y casa de verano por Mansilla. Se trata de una residencia palaciega de líneas italianizantes, con acceso por dos calles. El predio original dotaba a la construcción de un entorno paisajístico de gran belleza. Es uno de los últimos exponentes que queda en pie de la arquitectura del neoclásico italiano del siglo XIX en el barrio de Belgrano, y probablemente también en la ciudad. Además, algunos arquitectos mencionan la existencia de un túnel propio que uniría la propiedad con el arroyo Vega.
Además de concesionarse estas dos residencias, el Estado ofrecerá la explotación del Establecimiento General Cáceres, en la provincia de Corrientes. Está ubicado en La María Isabel S/Nº, Santo Tomé, y es un campo de 8000 hectáreas, aproximadamente. "Se busca promover el crecimiento del sector forestal, dándole un impulso a la economía de la zona, generando inversión y empleo. En este caso, el período máximo de derecho real de superficie es de 22 años o dos períodos de corte para la forestación", señalaron voceros de la AABE. Finalmente, por decisión administrativa, se autorizó la venta de otros dos inmuebles. Una, para que el Club Florida adquiera parte del cuadro de estación Florida, lindante con su club, en Vicente López. La segunda venta autorizada es un terraplén sin uso y ocupación en Avenida del Libertador 3880.