En qué gastaron el botín los ladrones del Banco Río
En propiedades, autos y otras inversiones
Preparar el plan para no dejar ningún detalle librado al azar les llevó su tiempo. Comenzar a gastar el dinero del suculento botín, sólo horas.
El denominado “robo del siglo”, el espectacular asalto a 145 cajas de seguridad de la sucursal Acassuso del Banco Río, terminó a las 19.15 del 13 de enero pasado. No habían pasado 24 horas del hecho cuando parte del dinero obtenido por los delincuentes comenzó a circular en el sistema financiero.
La investigación de los fiscales Jorge Ariel Apolo, Eduardo Vaiani, Duilio Cámpora y Fabián Brahim determinó que en el atraco –del que está por cumplirse un año– los delincuentes se apoderaron de, al menos, 8 millones de dólares, joyas, alhajas de oro, brillantes y piedras preciosas, entre otros objetos de valor.
A uno de ellos, Luis Mario Vitette Sellanes, se lo conoce con los alias de “Marito” o de “El uruguayo”. Nació el 4 de agosto de 1951 en Uruguay y está preso en la Argentina desde el 1° de marzo último. Actualmente está alojado en el penal de Magdalena.
Está acusado de ser el presunto líder de la banda que ingresó en el Banco Río. Ese día estaba vestido con un traje gris, camisa blanca y una corbata de fondo negro. Cubría su rostro con un pasamontañas. Cinco días después, en Uruguay y sin ningún reparo, según la investigación judicial, compró al contado en una concesionaria de Montevideo una cupé Hyundai full, modelo 2006. Pagó en efectivo 39.900 dólares. Horas después de la operación comercial, "Marito" fue hasta San José de Mayo, ciudad situada a 90 kilómetros al noroeste de Montevideo, para patentar el vehículo deportivo en la Dirección de Tránsito local.
Vitette Sellanes no pasó inadvertido en San José de Mayo, su pueblo natal y donde vive gran parte de su familia. Allí, sin importarle llamar la atención, paseó con su lujoso automóvil.
El auto quedó patentado en San José de Mayo con la matrícula MAA5395, y el 6 de febrero último, Vitette Sellanes pagó en efectivo 27.042 pesos uruguayos para cancelar por adelantado la totalidad del impuesto automotor del año pasado.
Rubén Alberto de la Torre, "Beto", otro de los cinco procesados por su presunta participación en el robo del siglo, tardó menos que Marito en comenzar a gastar la plata del millonario botín. Tres días después del hecho, este hombre que el 24 de este mes cumplirá 53 años compró un lujoso automóvil. Al igual que Vitette Sellanes, De la Torre también eligió adquirir un vehículo marca Hyundai, pero él prefirió un modelo Galloper.
Propiedades, euros y rupias
Pero "Beto" no sólo "invirtió" su parte del suculento robo en un vehículo. Según la investigación judicial, casi un mes después del asalto, utilizó 40.000 dólares en una operación inmobiliaria. Ese fue el precio que pagó por un departamento en Beauchef 1777, Parque Chacabuco.
"Del allanamiento practicado en el domicilio de la calle Portela 56, en Flores, surge de manera inequívoca que se encontraba parte del botín y de una de las armas utilizadas para perpetrar el atraco", sostuvieron los fiscales en el requerimiento de elevación a juicio.
En ese domicilio de Portela 56, relacionado con la familia De la Torre, los investigadores policiales y judiciales hallaron dentro de una mochila, escondida en una bolsa de residuos, tres envoltorios de nailon y cinta de embalaje con ocho fajos que totalizaban 78.900 pesos; una cartera de cuero marrón con 28.700 euros y otras dos carteras en las que había 2950 euros, 13 dólares, reales y hasta rupias. En otra mochila, de cuero marrón, otros trece envoltorios plásticos que escondían nada menos que 678.850 dólares.
Una cantidad nada despreciable, que se sumaba a los 158.700 dólares secuestrados al sobrino de "Beto", en la puerta de Portela 56.
En una caja de seguridad del Banco Provincia, sucursal Plaza Miserere, a nombre de su hijo Gastón de la Torre -aún no detenido por el caso pese a que los fiscales lo imputaron-, se hallaron otros 1470 euros, 55.728 dólares y 36.165 pesos, según el requerimiento.
La 4x4 de "el Ingeniero"
Se llama Sebastián García Bolster. Tiene 38 años y se lo conoce con los alias de "Marciano" o "el Ingeniero". El, según la instrucción judicial, gastó menos dinero que sus presuntos cómplices. Se compró una camioneta 4x4, pero sólo invirtió 20.000 pesos en una camioneta Toyota e hizo mejoras edilicias en la casa donde vivía y también, siempre según la investigación judicial, adquirió un terreno en 20.000 pesos.
"Marciano" fue generoso con sus amigos. Según consta en el expediente, a Mariano Enzo del Grande le dio 59.900 dólares. A Santiago Dolan, por la compra de un departamento, le dio 67.000 dólares. Este amigo declaró "no tener dudas de que el dinero que le entregó proviene del hecho de robo".
Los pesquisas encontraron más pruebas en Villa Gesell, donde detuvieron a García Bolster. En una casa que había alquilado "el Ingeniero" en esa ciudad de la costa atlántica, los investigadores encontraron parte del botín: 20.000 pesos.
Si "Beto" y "Marito" demoraron poco tiempo en "blanquear" parte del dinero presuntamente robado en el banco, el que no quiso perder ni un día en ver los resultados del "gran golpe" fue José Julián Zalloechevarría, alias "el gordo Julián", de 49 años.
El 14 de enero del año pasado, es decir, un día después del robo del siglo, Zalloechevarría gastó, según lo afirmaron en su resolución los fiscales de la causa, 1044 pesos en un negocio de artículos para el hogar. El 10 de marzo, en el mismo local comercial, gastó otros 2400 pesos.
Cuando los investigadores allanaron su casa de Alejandro Korn, partido de San Vicente, la policía encontró caros electrodomésticos, entre los que había pantallas de plasma.
Pero entre otras pruebas recolectadas, los investigadores le secuestraron 12.000 pesos, facturas por materiales de construcción. "El gordo Julián" se habría comprado una camioneta Ford EcoSport.
Celulares y GPS
Quizá para asegurar "el futuro" de su familia, Zalloechevarría puso un local de venta de teléfonos celulares en Lavalle al 700, en pleno microcentro porteño. No pudo ser: fue descubierto por los pesquisas.
Fernando Araujo, de 38 años, fue el último en caer detenido. Estuvo prófugo hasta el 10 de abril pasado cuando la Gendarmería Nacional lo detuvo en un desolado paraje de San Juan. Cuando lo apresaron le secuestraron un GPS ( global positioning system ), un aparato que permite ubicar las coordenadas geográficas del usuario del aparato en cualquier parte del planeta a través de información provista por satélites. En un pozo había enterrado 5800 pesos.
Pero más allá del poco dinero, comparado con lo secuestrado a sus presuntos cómplices, las personas que detuvieron a Araujo encontraron algo de gran valor para la investigación: notas periodísticas sobre el robo del siglo y fotocopias de la causa.
Trataron de blanquear el dinero lo más rápido posible, pero todo terminó siendo una firme prueba contra ellos. Ahora, esperan el juicio.