En la primaria y secundaria: otro preocupante hallazgo que relaciona las diferencias sociales con los aprendizajes
Un informe de la Universidad Austral creó un indicador para determinar, de los chicos que alcanzan los contenidos fundamentales, cuántos pertenecen a hogares vulnerables y cuántos a sectores acomodados
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Es uno de los mayores desafíos de la educación: su potencial capacidad de achicar las brechas sociales, sobre todo en un país en el que las tasas de escolarización han crecido enormemente. Sin embargo, lejos de igualar, las trayectorias educativas de los chicos que crecen en entornos vulnerables, agigantan la desigualdad. Así surge de un informe que presentó la Escuela de Educación de la Universidad Austral. La institución creó un innovador indicador que busca visibilizar la desigualdad en las trayectorias de aprendizaje de los estudiantes argentinos.
Este busca analizar la diferencia en la proporción de niños y jóvenes que alcanzan los aprendizajes mínimos a lo largo de su trayectoria escolar, comparando a los estudiantes más vulnerables con los menos vulnerables. Así, al analizar los datos disponibles, afirman que, en lengua, la brecha aumenta un 47% a lo largo de la trayectoria de aprendizaje, si se comparan los alumnos que alcanzaron los contenidos mínimos en los primeros años y en los últimos, pertenecientes a hogares vulnerables con estudiantes de sectores más favorecidos. En tanto, la brecha en matemática se hizo mucho mayor: de un 655% entre los estudiantes vulnerables y los que pertenecen al nivel socioeconómico más alto.
“Se construyó este indicador de desigualdad del aprendizaje, porque buscamos visibilizar la diferencia de la proporción entre quienes alcanzan los aprendizajes mínimos y los que no. Hoy uno de los principales desafíos de la educación es la desigualdad en las trayectorias de aprendizaje”, explicó Cecilia Adrogué, una de las investigadoras que llevó adelante el trabajo de la Universidad Austral.
Para poder entender si el sistema educativo permite reducir las desigualdades sociales o si, por el contrario, las potencia, tal como explicó Adrogué, se analizaron la brecha de aprendizaje que existe entre determinados grupos de estudiantes a lo largo de toda su trayectoria escolar, centrándose en la cohorte 2011-2022. Es decir, se tomaron los resultados de las evaluaciones estandarizadas de toda una generación: aquellos que estaban en primer grado en 2011 y que egresaron de secundaria en 2022. Esto permitió hacer un estudio longitudinal de todo un grupo.
Para ello, se analizaron los microdatos de tres evaluaciones en distintos momentos, en todo el país: tercer grado (Terce) y sexto grado de primaria (Aprender) y sexto año de secundaria (Aprender), comparando los niveles de desempeño mínimo entre los estudiantes más y menos vulnerables.
Los resultados se dieron a conocer en el marco del Día del Maestro, que se celebra hoy. “La investigación revela que, en lengua, aproximadamente el 70% de los alumnos menos vulnerables alcanzan los aprendizajes mínimos en los tres momentos evaluados. En contraste, entre los estudiantes más desfavorecidos, el porcentaje de aquellos que logran los conocimientos mínimos disminuyó del 50% en tercer grado al 34% en sexto año. Esta diferencia se traduce en un aumento del 47% en la brecha a lo largo de la trayectoria escolar en lengua”, explica Adrogué.
En el caso de matemática, los resultados son aún más preocupantes. “En tercer grado, el 72% de los estudiantes menos vulnerables alcanza el nivel mínimo, mientras que, entre los más vulnerables, este porcentaje es del 49%. Sin embargo, en sexto año, estos porcentajes caen dramáticamente a 36% y 5%, respectivamente. Esto refleja un alarmante incremento del 655% en la brecha a lo largo de la trayectoria escolar en matemática”, señala Eugenia Orlicki.
¿Cómo se construye el indicador?
Metodológicamente se creó una fórmula para determinar si la brecha se achicaba o se agrandaba a lo largo de los años de estudio: tristemente, como indican, se agigantó.
“Ordenamos a los alumnos por su nivel socioeconómico, y tomamos el quintil superior y el quintil inferior, es decir, el 20% de los alumnos con nivel socioeconómico más bajo y el 20% del nivel socioeconómico más alto”, explica Orlicki. El indicador de desigualdad de aprendizajes de lengua o matemática surgió de dividir el porcentaje de alumnos que alcanzan aprendizajes mínimos entre los menos vulnerables, por el porcentaje de estudiantes que alcanzaron los aprendizajes mínimos entre los más vulnerables.
Así, encontraron que en la evaluación de tercer grado, hecha en 2013, el 71% de los alumnos del quintil más alto alcanzaban los aprendizajes mínimos, contra el 50% de los de sectores más desfavorecidos. En la Aprender, tomada en sexto grado, en 2016, la brecha se achicó: el 71% del quintil más alto alcanzó el nivel esperado, contra un 58% del más bajo. En estas pruebas de 2022, fueron evaluados en el último año de la secundaria: mientras que el 74% había alcanzado los aprendizajes mínimos entre los sectores más acomodados, solo el 43% de los de sectores más vulnerables lo lograron. Esta última medición se corrigió mediante una fórmula que permitió calcular el impacto del abandono escolar y entonces la brecha fue mayor: el 71% de los chicos del quintil más alto alcanzaron los conocimientos necesarios para finalizar la secundaria, contra el 34% de los del quintil más bajo.
Esto significa que el indicador de desigualdad pasó de ser 1,41 al comienzo de la escuela primaria y terminó siendo de 2,07 al finalizar la secundaria, para los aprendizajes básicos de lengua.
“El indicador pasa de 1,41 alumnos no vulnerables que logran alcanzar los conocimientos mínimos de lengua en tercer grado frente a un alumno vulnerable, a 2,07 al finalizar la secundaria”, apunta Adrogué.
En matemática, la brecha fue aún mayor. “Tengamos en cuenta que se trata de conocimientos básicos que cualquier persona necesita para poder desenvolverse en la vida”, explica Orlicki.
Así, en 2013, el 72% quienes estaban en tercer grado y pertenecían a hogares del quintil más alto, alcanzaron los aprendizajes mínimos en matemática. En cambio, solo el 49% del quintil más bajo. En sexto grado, fueron el 63% y el 49%, respectivamente. Pero en 2022, solo el 37% de los estudiantes de sectores socioeconómicos más altos lo logró, mientras que en los sectores más vulnerables fueron apenas el 7%. Esos números corregidos por la tasa de abandono escolar, apuntan que la diferencia real es de un 36% en el quintil más alto contra el 5% de alumnos del quintil más bajo que alcanzaron los aprendizajes mínimos.
El indicador pasa de 1,47 alumnos no vulnerables que en 2013 lograron alcanzar los conocimientos mínimos por cada un alumno vulnerable que lo logró. En 2022, por cada 6,55 estudiantes no vulnerables que alcanzaron los conocimientos básicos en matemática, apenas lo hizo un alumno de sectores vulnerables.
“La brecha aumenta un 655% a lo largo de la trayectoria escolar en matemática”, detalla el informe.
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