En la línea de fuego: Así es la atención primaria a los brigadistas en El Bolsón
Desde hace más de 15 días y con temperaturas que, en promedio, estuvieron siempre por encima de los 30° C, los brigadistas y bomberos son los verdaderos protagonistas de un incesante y angustiante combate contra el fuego en los alrededores de El Bolsón.
Las distintas actualizaciones del estado de situación dan cuenta de la cantidad de hectáreas quemadas y del avance de las llamas sobre zonas pobladas, aunque poco se dice sobre las casi 300 personas que incansablemente intentan contener el fuego desde el 24 de enero.
Durante aquella primera jornada, fueron 40 los brigadistas del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (Splif) de El Bolsón y Bariloche los que emprendieron la tarea. Poco a poco, fueron sumándose brigadistas de la Dirección de Lucha contra los Incendios Forestales y Emergencias (DLIFE) de Bariloche, del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), Bomberos Voluntarios de El Bolsón, cuadrilla de incendios de Ñorquinco, Defensa Civil del municipio de El Bolsón, de los servicios provinciales de manejo del fuego de Chubut, Córdoba y Neuquén, y personal de Vialidad Nacional y provincial, entre otros organismos.
Y, desde el jueves pasado, a todos esos recursos se sumó el equipo del Sistema Integral de Atención Rionegrina de Medicina de Emergencia (SIARME), que brinda asistencia y atención a brigadistas, bomberos y personal afectado al combate del incendio forestal. Primero se instaló un shock room con dos camas para pacientes críticos — equipado con monitores multiparamétricos, bombas de infusión, desfibriladores, respiradores portátiles, etc.— y luego un puesto médico para pacientes de mediana complejidad y consultas comunes.
“Entre médicos y enfermeros, son unas 20 personas trabajando en los puestos de avanzada que montamos en el aeródromo de El Bolsón. También estamos brindando apoyo a los brigadistas en la Rinconada, sobre la cascada Nahuelpan, en la ladera del cerro Piltriquitrón, que es donde están trabajando casi todo el día. Allí arriba tenemos un equipo con cuatriciclos para eventuales traslados de los combatientes”, explica a LA NACION Miguel Ledesma, secretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Salud de Río Negro.
Atención primaria
A su vez, alrededor de las 21 de cada día, el equipo del SIARME se desplaza hacia las escuelas y refugios en que están alojados los brigadistas y bomberos, para brindarles atención primaria, curar heridas y ampollas, evaluar las condiciones físicas y determinar si pueden seguir trabajando. “Los brigadistas tienen una particularidad: siempre quieren seguir. De hecho, no se quieren atender mucho y, cuando vienen, ya presentan un malestar general”, cuenta Ledesma.
Desde el jueves, ya han atendido a más de 30 personas. Entre las lesiones más comunes están los esguinces de tobillo, las quemaduras superficiales, cuerpos extraños oculares, heridas cortantes e intoxicación. “Les cae mal la comida por el calor extremo. No todos los aparatos digestivos responden de la misma manera a estas situaciones de estrés. También hemos atendido a brigadistas con golpes de calor e hipotensión arterial”, agrega Ledesma.
La idea es mantener los dos puestos médicos de avanzada para no saturar el hospital de El Bolsón, e ir sumando médicos y enfermeros a medida que sea necesario: “En este contexto de pandemia, tenemos que tratar de no llevar más presión a los colegas y profesionales que están trabajando en el hospital. Buscamos descomprimir y realizar los primeros auxilios en el puesto médico y, en caso de ser necesario, derivar al hospital”, advierte Ledesma.
A su vez, el equipo del SIARME cuenta con una ambulancia por si se necesita hacer un traslado, al tiempo que decidieron ubicarse en el aeródromo para utilizarlo también como punto de evacuación, ya que poseen un helicóptero para eventuales traslados.
Por su parte, Orlando Báez, jefe de la Central del Splif de Bariloche, afirma que el dolor muscular está entre las lesiones más comunes de los brigadistas, así como la deshidratación y las molestias oculares a causa de la presencia de cenizas en suspensión. En el caso del personal del Splif de Bariloche, se instauró un relevo de personal cada siete días: grupos de 10 brigadistas reemplazan a los que están trabajando en el siniestro, para que puedan descansar.
Asimismo, en la Central del Splif de El Bolsón se armó una carpa en la que se realizan tratamientos regenerativos musculares y masajes a los brigadistas y bomberos voluntarios. La gobernadora Arabela Carreras aseguró que el personal que participa de la contención del fuego también recibe asistencia psicológica y que se les brinda una dieta elaborada por nutricionistas.
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