En la costa hay más turistas que lugares de alojamiento
El feriado largo registra la mayor demanda de todo el verano; en Mar del Plata y en Cariló hubo que derivar visitantes a otros sitios
MAR DEL PLATA.– Familias que ayer, en pleno temporal, esperaron el amanecer dentro de sus autos. Otras que, a la misma hora, venían viajando sin saber bajo qué techo iban a dormir anoche. Bolsos en mano y con gestos que combinaban cansancio y preocupación, ya con la tarde avanzada, unos 300 turistas todavía esperaban en la oficina de informes del Ente Municipal de Turismo (Emtur) un dato preciso para definir dónde alojarse. Aquí o en la zona.
Pero la falta de plazas no fue exclusiva de esta ciudad, sino una constante en las principales localidades balnearias. Pinamar, Cariló, Mar de las Pampas, Miramar y en buena medida Villa Gesell ya no tienen camas disponibles en este fin de semana largo. Excepcional, por ahora; histórico, tal vez, cuando pasado mañana se conozcan cifras oficiales. Se viven las horas más exitosas de todo este verano en la costa atlántica.
"Seguimos pidiendo por más plazas y vamos ubicando gente a medida que los dueños nos habilitan nuevas casas o departamentos", confirmó a LA NACION el responsable del Emtur, Emiliano Giri, que ayer tomó contacto directo con algunos de esos viajeros que arribaron sin reservas cuando la ciudad ya tenía ocupación casi plena de su oferta hotelera e inmobiliaria, que supera las 370.000 plazas. A algunos les encontraron lugar en la cercana Santa Clara del Mar. Otros aceptaron dormir en Balcarce, a 60 kilómetros por la autovía 226.
Las expectativas eran excelentes ya a mitad de la semana pasada, pero excedieron los pálpitos más optimistas. Aun cuando el pronóstico para la costa anticipaba lluvias como las de ayer, con tormentas eléctricas y fuertes vientos. "No habría que sorprenderse si esta quincena de febrero fuera mejor que la primera de enero", arriesgó Giri. Confía en que la demanda sea interesante hasta el próximo domingo.
El mes había comenzado más parecido a lo que fue en temporadas anteriores, a diferencia del arranque del año, muy por debajo de lo que se había visto en los últimos veranos. Y con estos feriados de Carnaval, más temprano que de costumbre, no sólo se potenció el inicio de febrero, sino que se espera que tenga un efecto positivo hasta el próximo fin de semana.
Los pronósticos detallaban el viernes cuatro días consecutivos de nubarrones que iban a hacer de las suyas. La sorpresa llegó anteayer, con un día de playa excepcional de punta a punta. Los meteorólogos se volvieron a sentir confiables ayer, con una suerte de temporal que duró desde la madrugada hasta el mediodía. La tarde, ya sin lluvias y fresca, se pudo disfrutar al aire libre.
Sin la opción de disfrutar del mar, los turistas optaron por los paseos: compras, gastronomía y recreación. Eso hizo que en destinos como Cariló, pequeño y acogedor, una multitud copara el centro comercial. "Tuvimos clientes sorprendidos porque vinieron sin reservas y se tuvieron que alojar en otro lugar por la zona o, como ocurrió con algún caso, volverse a casa", comentó Silvia Melgarejo, titular de la inmobiliaria Constructora del Bosque.
Gabina Cardoso, directora de Turismo de Pinamar, habló de un fin de semana con el distrito "a full. La hotelería está completa desde mitad de semana", dijo a LA NACION. A diferencia de Mar del Plata, la oferta inmobiliaria logró resolver la demanda espontánea. Tras un arranque de febrero bueno, aspiran a cerrar la quincena con alta ocupación a partir de una acción nueva bautizada Semana del Amor, ante la inminencia de San Valentín. "Habrá descuentos del 20% en alojamiento y beneficios especiales en cenas románticas y otros rubros", anticipó.
Eugenia Bove, secretaria de Turismo de General Alvarado, detalló: "Arrancamos febrero con una ocupación interesante y con este fin de semana largo logramos cubrir el total de las plazas que teníamos registradas en hotelería y alquileres". Capacidad completa significa unos 100.000 turistas que pernoctan en Miramar y su vecina Mar del Sur.
Para el conjunto de la costa atlántica, y en particular para las empresas y los comercios de los distintos sectores de servicios turísticos, este fin de semana largo es un alivio tras los dolores de cabeza que dejó enero, corto en visitantes y en consumo.