En el “verano de la noche”, Mar del Plata cierra un enero de los mejores: ¿y febrero?
Con renovada y ampliada presencia del segmento de turismo joven, aumentó volumen y cambió el perfil; como es usual, se prevén menos visitas para el segundo mes del año
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MAR DEL PLATA.– Más de 15.000 personas en la presentación del DJ Solomun, 9000 a pocos metros con María Becerra –también en playas del sur– y otros casi 14.000 entre la Fiesta Bresh en el puerto, más un espectacular sold out que lograron Ciro y Los Persas en el Polideportivo Islas Malvinas. Hay que sumar el fenómeno de las discotecas, repletas una vez más, y teatros con plateas más que concurridas. Todo entre anoche y esta madrugada, en esta misma ciudad, que empieza a despedir enero con algunas estadísticas que aspiran a hacer historia, pero por sobre todo con una dinámica de demanda y consumo que dejaron conformes a casi todos.
Este verdadero “verano de la noche”, con renovada y ampliada presencia del segmento de turismo joven, mejoró volumen y le impuso nuevo perfil a un destino que, más allá de su tradicional propuesta de playas y gastronomía, enriqueció como pocas veces su oferta de fiestas electrónicas, recitales, eventos bailables y circuito de la denominada previa, entendida como escalas donde abundan más copas que platos.
El Ente Municipal de Turismo (Emtur) había advertido tras el cierre de la primera quincena casi un 10% más de arribos –696.104– que en el mismo período del año pasado, tendencia que se ratificaría en esta segunda mitad, por lo que se vio y vivió durante estas últimas dos semanas.
“El 25 de diciembre estábamos desesperados, con un número de reservas muy malo”, reconoce el presidente de la Cámara Hotelera de Mar del Plata, Eduardo Palena, por lo que considera el “efecto Mundial”, con gente más preocupada por el seleccionado argentino de fútbol y la Copa de Qatar que por definir sus vacaciones.
A poco más de 48 horas del cierre de este enero, confirma que el escenario tuvo un giro abrupto. “No fue una explosión, pero estamos terminando un mes muy bueno”, dijo a LA NACION, con los dos últimos fines de semana de enorme demanda y altísima ocupación.
“Tuvimos un par de sábados sin disponibilidad”, confirma Néstor Gonnet, que con su inmobiliaria opera gran parte de la cartera en la zona céntrica y coincide en este arranque de año con motivos para celebrar, con ocupación que por momentos llegó a promediar “por encima del 90%. En nuestro caso estamos entre 5 y 10% de operaciones por encima del año pasado”, afirmó a LA NACION, sobre un resultado que pide no generalizar.
Es que nadie discute que gente hubo (hay todavía) y mucha. Desde el gobierno provincial hablan de un enero histórico y, desde el municipal, de los mejores de los últimos tiempos. Aquel, con ánimo de resaltar venturosas condiciones macroeconómicas; este, para resaltar las preferencias por condiciones y propuestas de esta ciudad.
“Es difícil encontrar a alguien que no le haya ido bien porque hubo mucha gente desde inicio de mes; la primera quincena, más juvenil y con menor gasto, y la segunda más fuerte, de más edad y de muy buen rendimiento”, confirmó Federico Goransky, responsable de Bruto, entre otros locales nocturnos. “Creció la oferta de la ciudad para este segmento, mucho, con buen contenido y apoyo oficial en general, para recuperar este público”, dijo a LA NACION.
El fuerte arranque de esta segunda quincena llevó a la municipalidad a abrir un registro de viviendas disponibles para alquiler frente a la enorme cantidad de gente que arribaba sin reserva previa. El anuncio impactó, pero lo cierto es que nadie que vino se quedó sin alojamiento en esta ciudad, que ronda las 400.000 camas para viajeros.
Niveles de consumo
Las diferencias pasan por los niveles de consumo. Hay algunos sectores que todavía esperan por un shock de ventas y otros en los que admiten que les fue muy bien, que hubo mucha predisposición a consumir, aunque presupuestos cuidados y una avidez creciente por descuentos y promociones bancarias.
“Hemos tenido un turismo más parecido al de los fines de semana largos, que tal vez ha venido por pocos días y entonces se cuida menos en el gasto”, arriesga María del Carmen Suárez, una referente entre los responsables de restaurantes del Nuevo Complejo Gastronómico del Puerto.
Es de las que además rescata que el tiempo repartió bastante justicia entre distintos sectores de servicios turísticos. Hubo sol suficiente para que en los balnearios reconozcan un gran verano, con fines de semana en los que decenas de paradores tuvieron ocupación plena en sus carpas y sombrillas, y una generosa dosis de jornadas grises y frescas para optar por otros paseos, entre ellos, los circuitos de compras y sabores. “Dios repartió para todos”, dijo en este domingo que el puerto evoca a San Salvador, patrono de los pescadores.
El responsable de un reconocido espacio gastronómico, que opinó con condición de no ser identificado, contó a LA NACION este transcurso de lo que denominó “un verano atípico” por un fenómeno creciente de propuestas en el sector más próximo a la costa, que concentra a la mayoría de la gente. “Los que estamos en ese circuito estamos un poquitito arriba en facturación respecto del año pasado”, dijo, a partir números que toman en cuenta la inflación.
Resaltó además el protagonismo de los viajeros jóvenes, que llegan detrás de la agenda de playas y nocturnidad, y un detalle: “Es un segmento que en gastronomía impacta mucho en locales de comidas rápidas, pero también en almacenes y mercados”, acotó.
Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes de la Nación, estuvo esta semana en Mar del Plata y ratificó ante LA NACION que la temporada que se vive es “muy buena”. “Más valioso aún porque la anterior estuvo cubierta por el programa Previaje”, recordó, sobre los beneficios a viajeros que van por su cuarta edición y ahora solo impactan sobre períodos de temporada baja. Reconoce que, en su visita a destinos turísticos, recogió que “bajó algo el nivel de gasto, pero no el promedio de estadía”, que oscila entre 5 y 7 días.
Por aquí también los operadores turísticos valoran los resultados de este enero porque no dependió de aquella asistencia oficial. “El que el año pasado tenía subsidiado parte del costo de alojamiento o comidas, ahora la puso toda de su bolsillo, y eso le da mayor valor a su decisión de viajar y el lugar que eligió”, remarcó un empresario del sector hotelero de gama media.
El desafío que llega
Ahora el desafío que sigue es febrero. Arranca a mitad de semana y la demanda de alojamiento es todavía tibia, con un piso de la mitad de la totalidad de plazas confirmadas. Es siempre un período que funciona por debajo de enero, pero se potencia por valores más económicos en hotelería y alquileres de casas y departamentos.
Gonnet asegura que los pedidos confirmados a esta fecha están en buen nivel, a la par de la demanda de la misma época del año pasado. “Es un mes en el que la mayoría de los clientes se mueven sin reservas, con la mirada puesta en el pronóstico del tiempo”, dijo a LA NACION, sobre la base de lo que marcan la experiencia y la dependencia del sol y las buenas temperaturas para tener mejores rendimientos.
Lo vivido en este cierre de mes recién tiene potencial de repetirse dentro de tres semanas, con los feriados de Carnaval. Será del sábado 18 al martes 21, período que marcha a la cabeza de las consultas y confirmaciones logradas para este mes. En los distintos sectores intentan promocionar los días previos para extender la estadía y evitar baches tras el cierre de la primera quincena de febrero.
Por lo pronto, próximo a comenzar, anticipan que el mes quedará corto: dan por hecho que la última semana verá languidecer la presencia de turistas frente al inicio de un nuevo ciclo escolar, que en la Capital y en la provincia de Buenos Aires –principales emisores de viajeros a la costa atlántica– comenzará entre el 27 de febrero y el 1° de marzo.
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