En el Salón de París, los nuevos escritores argentinos deslumbran a los franceses
En esta feria del libro se nota la tendencia por descubrir las letras jóvenes, como el caso de Selva Almada, que acaba de editarse en ese país
PARÍS.- Cuando el miércoles pasó por la torre Eiffel, ni bien llegada a esta ciudad, "fue como wow". Selva Almada, (Entre Ríos, 1973) nunca había estado en París, ni tampoco en Europa. Pero sus estudios de francés durante la adolescencia habían convertido esta ciudad en una de sus fantasías. Su participación en el salón del libro francés , que abrió ayer le permitió descubrirla, y ahora le dan ganas de recorrerla. Algo parecido les pasa a los lectores franceses con Selva Almada.
Su primera novela, El viento que arrasa (2012, editado en el país por Mardulce), acaba de ser publicada en francés y es uno de los grandes coup de coeur de esta feria. La seducción empezó con los libreros y los periodistas franceses, y ahora es el turno del público. Los franceses ya conocen a los autores argentinos clásicos, como Arlt, Borges y Cortázar, y en este salón se acercan con ganas de descubrir a los nuevos escritores del país, a esos que empezaban a escribir durante la crisis de 2001, que emergieron junto con el nacimiento de pequeñas editoriales independientes.
Quieren saber qué escribe esa nueva generación de autores. En Almada encuentran historias muy locales y muy universales al mismo tiempo, historias que pasan en el norte del litoral argentino, pero que podrían ocurrir en cualquier pueblo del interior de Francia, y ello con una narrativa poética y con algo de muy cinematográfico. Y, sobre todo, encuentran una Argentina que no imaginan.
"Almada evoca paisajes argentinos que aquí no se conocen. Para nosotros la Argentina es la pampa, o quizá los glaciares. Las imágenes que relata Almada nos sorprenden porque no son las que esperábamos", explica a LA NACION la fundadora de las ediciones Métailié, Anne-Marie Métailié, que publicó esta primera novela en francés. Après l'orage sitúa a sus cuatro personajes en una zona desangelada de Entre Ríos, de donde viene Almada. Los franceses descubren esa literatura rural tan viva en los 60 y que hoy reaparece de la mano de escritores más jóvenes. Esos paisajes descampados, calurosos, de esa parte del interior del país.
Métailié tiene una larga historia con autores argentinos: en esta misma casa conviven Pablo de Santis (con seis títulos), Elsa Osorio, Alicia Dujovne Ortiz, Mempo Giardinelli y Daniel Mordzinski, entre otros. "Es la manera de contar, esa intriga que enseguida crea un ambiente, un mundo. Y también siempre genera mucha expectativa la primera traducción de una primera novela", agrega.
A los franceses les atrae el vocabulario simple y las construcciones de frases sobrias de Almada, las vueltas hacia atrás para enfocarse más en detalle en la historia de uno u otro personaje, y los diálogos que ilustran mejor las descripciones. Acostumbrados a una escritura por momentos de lo más pesada, los franceses parecen descubrir lo atractivo de la simpleza, mezclado con lo exótico de la Argentina, un país que siempre les despierta curiosidad.
Anne-Marie recibió el texto hace poco más de seis meses. Le gustó enseguida, y pensó en Laura Alcoba para la traducción. Alcoba es argentina, pero vive en Francia desde los diez años. Aquí, sus libros son publicados por la histórica editorial Gallimard. "Cuando me enteré de que era Laura que me traducía, me puse contenta, porque la leo", comenta Almada.
Una de las primeras actividades de la escritora a su llegada a París fue participar en una de las emisiones de la muy reconocida radio cultural France Culture. La periodista era de lo más elogiosa, y a la escritora entrerriana le sorprendió que incluso la interprete había leído su novela. Los franceses se toman todo muy en serio, sobre todo cuando se trata de temas culturales. Le emocionó escuchar cómo sonaban algunos pasajes de su obra en francés.
En la Argentina, la primera edición de la novela fue de 1500 ejemplares, una cifra habitual para las pequeñas editoriales independientes como Mardulce, y desde entonces ya va por la sexta reedición. En Francia, la primera tirada fue de 6000. Ambas casas de edición están por concluir el contrato para la publicación en francés de Ladrilleros, la segunda novela de Almada. El tercer libro, Chicas muertas, será publicado por Random House Mondadori (porque no es ficción) en abril, para coincidir con la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
"De Santis es completamente original en el panorama literario, incluso entre los franceses, y tiene lectores fieles. Los de Osorio son militantes de su obra. Cuando viene a dar conferencias hay 250 personas escuchando. Es muy popular. Luz ou le temps sauvage vendió 40.000 ejemplares. Y ahora va a salir en formato "poche" (de bolsillo)", cuenta la fundadora de Métailié.
Además de Almada, en estos próximos días los lectores franceses se encontrarán con la literatura bonaerense de Leandro Ávalos Blacha o el fantástico cotidiano de la cuentista Samanta Schweblin, esa nueva generación de escritores que tanto ansiaban descubrir. Y esa Argentina con la que no esperaban encontrarse.
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