Los sanatorios y hospitales habilitan salas especiales; el debate sobre los beneficios y riesgos del parto domiciliario
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El pasado octubre, una mujer de 37 años murió pariendo en su casa, en manos de dos parteras extraoficiales, no universitarias y sin matrículas. Su historia se viralizó en redes a través del relato de su marido, quien detalló como ella se ilusionó con la posibilidad de tener un parto natural en su casa tras haber tenido a sus dos hijos anteriores por cesárea. Una vez acordados los detalles de como sería el acompañamiento, y el costo de visitas mensuales, llegó la recomendación de no compartir que habían elegido esta opción para parir.
Todos los estudios, que realizó en paralelo con una obstetra por su cobertura, le dieron perfecto. En la semana 40, una obstetra alertó sobre la posibilidad de que la cicatriz estuviera pegada a la placenta pero sus parteras lo desestimaron. Murió por tener acretismo placentario, un diagnóstico que indica que la placenta está adherida a una cicatriz, una patología que requiere una cirugía muy preparada y que no sea de urgencia. De lo contrario, su mortalidad ronda el 20%.
Erika Hurtado también parió en su casa. En el medio de su living, mientras estaba encima de una pelota, nació Aneley Paz con 2,374kg el 10 de agosto de 2020. Como su hija no crecía sus parteras le habían dicho unos días antes que el parto podría ser en una clínica. Pero aquel domingo a las seis de la mañana comenzó a tener contracciones. Activó la compra de los elementos que le habían pedido y finalmente su hija nació en su casa.
A Carla Veleda y a Natalia Idiart, las parteras, las conoció por su doula a quien había elegido antes. Se reunió con ellas cada 15 días, en paralelo siguió con los estudios con una obstetra. En una de sus sesiones, que duraban entre 1:30 y 2 horas, fueron a su casa porque querían conocer el espacio. “Con ellas tuvimos un montón de informacion”, remarcó Erika en su relato a LA NACION.
“Para mí fue hermoso. Lo trabajé mucho desde mi gestación y pude cruzarme con gente que me proporcionaba mucha información. El parto domiciliario se planifica, tenés que conocer a tu equipo, te tienen que brindar confianza. Me di cuenta de la información que carecemos antes de llegar a este momento y cuán importante es desear tener un hijo porque esta información es necesaria y si estás siendo consciente de lo que venís a traer al mundo, podés elegir lo que querés para tu parto. A veces se confunde un poco y en ese momento hay veces que no sabes lo que querés, porque es todo muy hormonal y muy nuevo, pero es super importante que te den las opciones”, afirmó.
Después de parir fue una de sus parteras quien se encargó de coserla por el desgarro que había sufrido. Más tarde les trajeron comida. A Aneley la pesaron, le tomaron sus huellas y llenaron su ficha para entregar en el registro civil. Cerca de las cuatro de la tarde se fueron. Volvieron al otro día para controlar a las dos. Los controles se repitieron a los tres, siete, 15 y 45 días.
“Nosotros firmamos un consentimiento para parir. En ese consentimiento esta todo el detalle de lo que queremos y no queremos. Como las vacunas, el gel de los ojos, las vitaminas. Detallar lo que si y lo que no. Yo lo sentí como un respaldo, una seguridad”, agrega Erika.
En Argentina, el parto domiciliario no es ilegal, pero tampoco está regulado por el Estado. Es por esto que se realiza de manera privada. A pesar de la existencia de la ley de parto respetado, muchas mujeres eligen parir fuera del sistema hospitalario. Pese a opiniones disimiles sobre esta práctica, los especialistas consultados resaltan en que debe ser acompañado y asistido por profesionales habilitados en condiciones de interpretar las complicaciones y atenderlas.
Los médicos y parteras consultados coinciden en que no todas las mujeres pueden tener un parto domiciliario. Muchas no se sienten seguras en ese ámbito. Además, está indicado para embarazos de bajo riesgo, es decir, sin ninguna patología materna o fetaria.
“Tienen que estar en un estado de salud óptimo, lo que minimiza los riesgos. Todo el seguimiento prenatal del parto es donde uno va haciendo esa selección del riesgo y está para minimizar esos factores. Contar con una partera idónea, entrenada, formada y matriculada. No todas las parteras podrían asistir partos en casa que tienen que ver con respetar la fisiología y los tiempos del cuerpo. No hay muerte de mujeres en las estadísticas de partos en casa asistidos por parteras legales, universitarias y matriculas”, describió Carla Veleda (MN. 7402), licenciada obstétrica y vicepresidenta de la Asociación Argentina de Parteras Independientes (AAPI), organización que según explicó surge de la intención de organizar la asistencia en temas legislativos y en las tratativas con el Ministerio de Salud.
“Si hay algo que se va dentro de lo normal, hay que derivar”, sintetizó Liliana Rondal (MN.7807, MP 51058), licenciada obstétrica del Hospital Teodoro Álvarez . Su colega, María Inés Huarte, que trabajó como partera en instituciones y asiste partos domiciliarios desde 2008 coincidió: “Para un parto planificado en una casa voy trabajando durante el proceso con la pareja, porque el hombre es un factor fundamental. Si la situaciones no están dadas, vamos a la institución. Esa es mi forma de trabajo”.
Algunos plantean que el principal problema reside en que nadie puede anticipar cuáles serán las mujeres que tendrán alguna dificultad inesperada porque se trata, justamente, de embarazos que llegan a término aparentemente normales y sin riesgos.
“No siempre se puede predecir quien va a hacer una complicación. Se necesitan recursos humanos, gente capacitada para atender, y recursos materiales, elementos para poder resolver estas posibles complicaciones. Hay cerca de 70 insumos necesarios para que esto pueda hacerse de manera adecuada”, señaló Leonardo Mezzabotta, vicepresidente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Bs. As.
“Cuando digo que asisto en una maternidad quiere decir que tengo un anestesista inmediato, banco de sangre, tengo todos los elementos para corregir estas complicaciones. El parto es un evento natural, fisiológico pero puede tener problemas y lo que hay que hacer para disminuir mortalidad materna y mortalidad fetal es actuar rápidamente cuando existen complicaciones”, apuntó el médico obstetra del Hospital Italiano, Mario Sebastiani (M.N 49800), quien enfatizó en la necesidad de evaluar cada caso: “En Inglaterra o en Holanda, donde tienen mucha experiencia sobre el parto domiciliario primero califican a las mujeres. De las que les permiten, el 40% durante el trabajo de parto va a la maternidad porque hubo algún problema. Es más inseguro que el parto hospitalario, pero además hay que tomar muchos recaudos: derivación inmediata, que una institución sepa que se esté haciendo un parto domiciliario. Cosas que en nuestro país no suceden”.
Hay un punto en común entre quienes defienden el parto domiciliario y aquellos profesionales que trabajan en instituciones: deberían funcionar de manera articulada. “La partera que atiende en casa debe fluir dentro del sistema, entrar y seguir dando atención. Hay muchos sistemas de salud en donde la partera puede seguir brindando atención en caso de que necesite trasladarse y en otros, no”.
Rondal concuerda: “Lo ideal sería que estén unidos a una institución de salud. Pero acá esa articulación está funcionando mal muchos médicos se enojan antes la posibilidad del parto domiciliario”.
Las razones son varias: bajos salarios, sobrecarga horaria, falta de empatía, de escucha, de tiempo. “¿Qué le hicimos a las pacientes para que quieran parir en la casa? Si uno le echa la culpa sólo al médico se está equivocando. Tiene mucho que ver el tiempo y los honorarios del médico y la partera. Entonces, ¿puede tener un parto respetado el que puede pagar? A nivel público no, porque el medico cobra lo mismo independientemente de la cantidad de partos”, reflexiona Nicolás Fortunato (MN108354), obstetra del Sanatorio La Trinidad de Palermo especialista en partos respetados.
Fortunato plantea que quizás es necesario rever algunas prácticas y ejemplifica: “En Argentina estamos los siete días de guardia los 365 días del año. En otros países los médicos están de guardia un día por semana y atienden todos los partos que entran. En vez de tener 20 partos por mes, uno debería tener 5 partos”.
“Al sistema de salud le cuesta adaptarse a los tiempos que requiere una mujer, no solo físicamente sino emocionalmente. Hay una actitud negacioncita con las decisiones que las mujeres están tomando y que están aumentando. Hoy hay más mujeres que lo eligen, algunas huyendo desde el sistema, otras desde una cosmovisión. El sistema de salud tiene que encontrarle la vuelta para que los nacimientos sean libres de violencia. La violencia obstétrica es totalmente ignorada, como si no sucediera. Las estadísticas dentro del sistema privado son prácticamente desconocidas porque el Estado no obliga a que se publiquen”, señaló Veleda.
Tasa de cesáreas
En la Argentina la tasa de cesáreas ronda el 36% y su tendencia es ascendente. No es un problema exclusivo de nuestro país, a nivel mundial se observa que, por distintas causas, este dato aumenta 1% por año. Según los datos del anuario del Sistema Informático Perinatal (SIP), publicado por última vez en el 2019 por el Ministerio de Salud, Santa Cruz tiene la tasa más alta con un 53,8%, le sigue Tierra del Fuego con 51% y Formosa con 50,2%. La tasa más baja es del 17,6%, en Misiones. Solo los hospitales públicos, sin embargo, tienen la obligación de reportar mensualmente sus datos en este sistema y no existen datos oficiales publicados del sector privado. Por algunos relevamientos se estima que la tasa es muy superior a la de los efectores públicos.
“En privados la tasa es mayor, aproximadamente el doble, cerca del 70%. Se debe a la edad, porque la población que se atiende en sanatorios tiene una edad superior a la que se atiende en los hospitales. También tiene que ver con que en el sistema privado la población que pasó por reproducción asistida es muy superior a la del ámbito publico. Otro factor: la cesárea a pedido de la mujer recién ahora empieza a aparecer en el ámbito público. Pero para desterrar mitos: uno gana menos en una cesárea que un parto vaginal porque se divide con el equipo que interviene. De hecho hay coberturas que pagan mas los partos que las cesáreas”, afirmó Mezzabotta.
Desde 1985, la comunidad internacional ha considerado que la “tasa ideal” para las cesáreas debe oscilar entre 10% y 15%. En el 2015 la OMS revisó la evidencia y concluyó que no se puede indicar ninguna proporción de cesáreas ideal, recalcó la importancia de enfocarse en las necesidades de cada paciente y desalentó centrar la atención en intentar alcanzar una tasa determinada. La cesárea es aconsejada por la institución sólo cuando el parto vaginal implica un riesgo para la madre o el bebé. Remarcan que solo deben realizarse por razones médicas y apuntan que no están demostrados sus beneficios para ninguno de ellos cuando este procedimiento resulta innecesario.
Hospitales públicos de la Ciudad se sumaron a Quali-Dec, un proyecto mundial financiado por la Comisión Europea y la OMS que busca reducir la tasa de “cesáreas no justificadas medicamente”. Está dirigido por un consorcio de instituciones situadas en nueve países pero actualmente solo se está aplicando en Argentina, Burkina Faso, Tailandia y Vietnam. Acá, la lleva adelante el Centro Rosarino de Estudios Perinatales (CREP) junto con el Área Materno Infantil del Ministerio de Salud del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Según detalló Celina Gialdini (MN. 16500), tocoginecóloga y coordinadora de Quali-Dec, esta estrategia propone ofrecer información a la comunidad y a las embarazadas durante las visitas de seguimiento de embarazo sobre los riesgos y beneficios de un parto vaginal y de las cesáreas, se fomenta un rol activo y concreto del acompañante y se implementan ciclos de auditoría que son, en resumen, un análisis reflexivo sobre indicaciones de cesárea en mujeres de bajo riesgo.
Nuevas opciones
En simultáneo, las instituciones buscan sumar opciones. Rondal celebra los pequeños pasos en el Alvárez y remarca que fueron incorporando diferentes elementos como la pelota de esferodinamia o un banquito.
Fortunato está autorizado para realizar partos acuáticos. Cuenta con el certificado del curso Water Birth Internacional y el Otamendi es por ahora el único sanatorio que está asociado a esta organización. “Muchas de las chicas que hacen el curso con las parteras domiciliarios o respetados se animan a parir sin anestesia. Dentro del agua duele mucho menos y hasta hay una tasa menor de desgarros. Es para embarazos de bajo riesgo. El parto se hace casi espontáneamente, el médico está casi de observador. Lo importante es, en el caso de que este autorizado la posibilidad de parto en agua, tiene que ser dinámico: vas eligiendo donde te sentís cómoda. Están los banquitos, la pileta, las camillas, las pelotas. Yo lo llamo en parto en movimiento: que tengas todos los elementos en la sala de parto y que encuentres el que te sirve”, describe el obstetra.
El Hospital Austral ofrece un servicio de Parto Seguro Sin Intervención pensado para mujeres que quieren dar a luz en un “ambiente hogareño”. Estas habitaciones están en el piso de la maternidad pero fuera del ambiente quirúrgico. Cuentan con bañera, sofá, banquillo para parto vertical, eslinga, equipo de música, pelota de esferodinamia, entre otros tantos facilitadores para el parto. “En caso de surgir algún imprevisto, la cercanía al quirófano y el hecho de contar con profesionales de guardia de múltiples especialidades, facilitan la rápida resolución del mismo”, señalan en su página web.
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