En busca de una brújula a la hora de educar a un hijo
Chicos: ustedes tienen la llave para la felicidad de sus padres. Crezcan y váyanse de sus casas. Independícense. Parece provocador y antipático, pero es un dato duro. Así lo revela una reciente encuesta de la Universidad de Heidelberg, en Alemania. Concluyó que las personas con mayor índice de satisfacción son las que han tenido hijos. Pero esta felicidad solo llega más adelante en la vida, cuando los hijos se han independizado y convertido en fuente de disfrute social.
¿Qué padre o madre se atrevería a decir que sus hijos no le traen felicidad? Así y todo, hay que reconocer que también son una de las principales causas de preocupación, angustia emocional, dudas, noches de insomnio y estrés financiero. Y de aprendizaje diario.
La revolución tecnológica, junto con los vertiginosos cambios en los hábitos y formas de relacionamiento, ha modificado profundamente los códigos y los vínculos familiares. El propio concepto de familia ha evolucionado.
"Los padres en muchos casos están perdidos. Antes tenían dos o tres asesores, ahora tienen 200. Las relaciones de padres e hijos son hoy muy distintas, en parte por los cambios en las neurociencias y la inteligencia emocional. La brújula de siempre ya no funciona", dice la psicóloga Maritchu Seitún de Chas, especialista en niños y adolescentes.
Hijos tiranos, padres cómodos, síndrome de padres impostores, madres tigres. Todas etiquetas que reflejan el desconcierto ante los nuevos paradigmas que dejan a muchos padres paralizados. Además, la crisis económica y la incertidumbre sobre el futuro, sumadas a las largas horas de trabajo, hacen que muchas veces la crianza y educación de los hijos se convierta en apenas una tarea más para tachar de nuestra agobiante lista de pendientes. Nos olvidamos de disfrutar, y muchas veces en vez de divertirnos con nuestros hijos terminamos documentando nuestro tiempo con ellos. O actuando como amigos de ellos, más que educadores.
¿Cómo hacer que un hijo cambie las pantallas por los libros? ¿Es recomendable que un chico tenga su propia mensualidad? ¿Debo preocuparme si mi hijo tiene una vida social excesiva? ¿Y si tiene pocas invitaciones? El bullying, las previas con alcohol, las vacaciones en familia, los exámenes de diciembre, el apego, la lactancia. Son apenas algunas de las inquietudes y debates que tanto se viralizan en los chats de padres, y que reflejan la incertidumbre de criar a un hijo en esta era. Hay una avidez por tranquilizarnos de que estamos en el camino correcto. Como señaló Sebastián Campanario en su columna de LA NACION, dos de los libros más vendidos este año en Estados Unidos tienen que ver con la economía de estilos de crianza.
Como un aporte más a este debate, LA NACION inicia hoy una sección nueva, Familias, que busca responder a algunas de estas inquietudes. Historias, experiencias en primera persona, columnas de opinión, tendencias y las recomendaciones de algunos de los expertos más reconocidos formarán parte de la oferta de contenidos, a la que en breve se sumarán un nuevo newsletter y un espacio especial dentro de lanacion.com. Una contribución a esta fascinante aventura de criar y aprender con nuestros hijos.
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