Empezaron a demoler el complejo donde murió Sheila Ayala
"Bienvenido al verano 2008 del Campo Tupasy", se lee sobre una pared al borde de una pileta que en su interior solo tiene basura y una montaña de tierra húmeda. Aunque no siempre estuvo así. El Campo Tupasy, situado en el partido de San Miguel, tuvo muchos años de vitalidad -desde su inicio como club para la comunidad paraguaya hasta el último tiempo de ocupación del lugar-, pero tomó trascendencia pública el 18 de octubre pasado, cuando la policía bonaerense, tras cuatro días de rastrillajes, encontró el cuerpo Sheila Ayala , la niña de 10 años cuyo asesinato conmovió a la sociedad. El tío de la menor, Fabián González, está acusado por ese crimen que abrió la polémica sobre ese predio con irregulares construcciones que causaban enojos en el barrio.
El predio está hoy arrasado: donde había casas ahora hay paredes rotas y escombros. Ya no existe la puerta de ingreso donde se dio un enfrentamiento de habitantes con la policía durante la búsqueda de Sheila; hay una montaña de tierra que selló esa entrada. El escenario pensado como un club social y zona de esparcimiento nocturno, que fue con los años usurpado por muchas familias, está destruido. Por orden judicial solo queda en pie la casa donde mataron a Sheila .
Dentro del complejo aún quedan 30 de las 56 familias que ocupaban el lugar. Lograron un acuerdo con la Justicia para quedarse allí. Se trata de aquellos que viven en la zona más periférica del predio, ya que el desalojo se centró en el casco central. Con la recuperación de ese espacio podrá abrirse una calle que había sido bloqueada por quienes ocuparon el complejo.
"Desde lo de la nena cambió todo para siempre. Nunca imaginé pasar por todo esto. Cambió todo. Yo quedé sola con mis hijos. Se fueron todos los que conocía. Quedamos muy solas. Traje a mi hermano a vivir conmigo porque me da miedo quedarme en la casa con los chicos", relató Adriana, que era vecina del acusado tío de Sheila, ya que vivía abajo de la casa donde murió la menor. Uno de sus hijos fue quien alertó a los policías sobre la ubicación del cuerpo de Sheila.
"Él sintió el olor y fue a avisarles a los policías. Después vinieron con una escalera, se treparon y la encontraron. Fue un caos. No lo podíamos creer. Jamás creímos que ese día nos iba a cambiar la vida de esta manera, acá estábamos bien", dijo la mujer que aún habita el complejo Tupasy a LA NACION.
Los vecinos insisten en que sufren una estigmatización por todo lo que se dijo sobre lo que allí pasaba. "Nos condenaron injustamente a nosotros sin darnos el derecho a defendernos, decían que hacíamos riña con los chicos, todo eso es mentira. Acá somos laburantes, como la mayoría somos paraguayos y tenemos nuestras costumbres, pero jamás hicimos algo así", contó Víctor Fernández, que llegó en 2007 al predio porque el exdueño del lugar le había dado una vivienda a su padre. Además se refirió al temor que invadió el lugar tras el asesinato de Sheila.
"Nosotros nunca temimos que entren y ocupen el predio, pasa que los familiares de la madre de Sheila eran de la villa y la amenaza era que nos iban a quemar las casas y de eso sí teníamos miedo. Esa noche vino la policía. Aunque ellos no nos protegen a nosotros igual. La policía está recibiendo órdenes de Panizza (por la empresa que es propietaria legal de parte del predio)", dijo.
En la Municipalidad de San Miguel explicaron a LA NACION que la intención es abrir la calle que había sido bloqueada por los ocupantes del complejo Tupasy.
La situación en la zona siempre fue compleja y con el hallazgo del cuerpo de la niña creció la tensión en los alrededores del complejo Tupasy, especialmente entre los ocupantes y los vecinos más cercanos. La policía tuvo que intervenir para evitar una batalla campal entre los de "adentro" y los de "afuera" del predio. Por entonces, los funcionarios del municipio tenían miedo de que los vecinos más enojados cumpliesen con su promesa de vengar el crimen de la niña e ingresar a Tupasy por la fuerza para incendiar las casas de los habitantes.
El origen de la ocupación
Dentro de ese complejo se habían instalado familias originarias de Paraguay que llegaron de la mano de Rubén Demetrio Camacho, un empresario de la noche, de nacionalidad boliviana, que construyó un centro recreativo para la comunidad paraguaya en San Miguel. Camacho dejó que viviesen allí los obreros que trabajaron en la edificación de Tupasy. Así empezó todo. El predio estaba amurallado y contaba con dos entradas por la calle que atraviesa el complejo, Aristóbulo del Valle. Uno de sus ingresos da el barrio Trujui, y el otro, al barrio Mitre.
A dos meses del hallazgo del cuerpo de la niña, la municipalidad, a partir de la decisión de la jueza Elina Fernández, del Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 10 de San Martín, desalojó a más de la mitad de los habitantes del lugar y destruyó el complejo. Según explicaron en el municipio, el terreno donde se había construido tenía un conflicto con la empresa lindante, Transportes Panizza, que, según fuentes judiciales, le había comprado a Camacho algunas parcelas del territorio. Tras la muerte de Camacho, los habitantes que allí estaban trajeron más familiares, lotearon parte del complejo, vendieron las tierras y generaron la expansión del predio ocupado.
El Campo Tupasy parece hoy una zona demolida en una guerra. Casas agujereadas, tierra y escombros son parte del paisaje actual. El plan del municipio es abrir el predio para que la calle que lo atraviesa vuelva a ser pública. La empresa Panizza recuperó sus tierras y algunas familias se ubicaron en la parte del terreno aún judicializada. Esos habitantes confían en recibir materiales para construir nuevas casas. Otras familias, las que fueron desalojadas, quedaron repartidas en casas transitorias y hoteles de San Miguel.
Cronología de un asesinato conmocionante
- Fue asesinada el 14 de octubre pasado. La vieron por última vez cuando jugaba en el patio del predio Campo Tupasy
- Cuatro días después su cuerpo fue hallado en el hueco de una medianera a pocos metros de la casa de sus tíos, en el mismo complejo en el que vivía
- Por el homicidio fueron detenidos Leonela, su tía y su pareja, Fabián Ezequiel González Rojas. Para la Justicia, Sheila fue asesinada en la casa de los familiares
- Después de un mes de investigación, la Justicia liberó a Leonela y dejó preso a González Rojas