Elecciones: los tres algoritmos de la maquinaria digital de Javier Milei que terminaron en una “anomalía probable”
El contenido de las redes del candidato libertario perdió capacidad de persuasión en los últimos comicios
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La campaña presidencial parece haber sido una tormenta perfecta para Juntos por el Cambio (JxC). El poder de fuego libertario fue contundente y su dinamita tuvo forma de bytes. Un lenguaje que los equipos del Pro supieron solo gestionar. Nunca alcanzó la participación orgánica de las corrientes de los “cryptobros” de la olvidada Generación Zoe, o de los militantes de las vidas por nacer, o de los #padresorganizados, o de los “socios” de Rappi. Nunca hizo pié en las “comunidades”. Un arte que los libertarios dominaron casi naturalmente. La potencia comunicadora del ecosistema de influencers libertarios orquestó la escena digital con tres “algoritmos”: el crypto, el conservador y el Rappi.
En “11 Tesis sobre Milei”, Pablo Semán y Nicolás Welschinger echan luz sobre la corriente “antipopulista” indicando que creció en tres espirales ampliadas que, además de rabia y antipolítica, expresan tres universos de sentido articulados por algoritmos. La beligerancia contra el Estado, la justicia social y la casta primero se alimentaron del algoritmo nerd de la cryptoriqueza circulante en X, luego del algoritmo del conservadurismo popular antifeminista omnipresente en TikTok y YouTube, para finalmente conquistar al “pueblo” que encuentra una salida en los algoritmos de “Rappi”.
Fue estelar su eficacia en las PASO, pero no así en las elecciones generales del domingo pasado. Sin percatarse del cambio de ritmo chocaron contra el dispositivo comunicacional profesional del candidato oficial que desplegó potentes defensas para la rabia digital desarrolladas en el campo de batalla electoral latinoamericano más duro, el Brasil de Bolsonaro. Durante mucho tiempo los asesores de Lula aprendieron que las redes sociales dan, pero también quitan. Que la agresividad digital tiene un ciclo que puede neutralizarse con sobremoderación. Construir mensajes macerados en clonazepam que sean capaces de penetrar los oídos más tranquilos (menos enojados) de los votantes filolibertarios.
La pólvora algorítmica de los libertarios parece haberse mojado varias semanas antes de las generales. Alcanzaron lo que se identifica como una “anomalía probable”. Ocurre cuando un sistema sociotécnico alcanza los límites de su eficacia. Comienza a funcionar de forma errática sin entregar los resultados que antes garantizaba. Dicho en criollo, la máquina comunicacional de TikTok de Milei podrá seguir posteando febrilmente contenidos, pero su persuasión se evaporará en el aire. En algunos casos será por la defensa de la educación pública, en otros por la venta de órganos, en otros por simpatía con el Papa, en otros porque bajó el dólar. No importa cuál sea el contenido, lo que antes cohesionaba, ahora divide. Una maquinaria sociodigital pensada eficaz, potente para un contexto, si la gestionan un puñado de jóvenes community managers cuando la situación muta, la IA que antes conectaba ahora destruye la efímera comunidad de intereses.
El autor es sociólogo, especialista en estudios sociodigitales y director académico del Centro de Innovación Pedagógica de la Universidad de San Andrés
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