El Frente de Todos ya no se impone con comodidad en los barrios populares; el desencanto con el Gobierno tras un año bisagra
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La ciudad de Buenos Aires fue la cuna del proyecto político de Mauricio Macri y, desde su irrupción, el distrito es un bastión indiscutido del espacio que primero fue el Pro, luego Cambiemos y más tarde Juntos por el Cambio. Sin embargo, a pesar de conseguir cifras muy abultadas en las urnas en casi todas las comunas, en las villas porteñas los resultados electorales siempre fueron magros. Por el contrario, el peronismo siempre se impuso por amplio margen. La historia cambió en las últimas PASO: si bien sigue arriba en cuanto al caudal de votos en casi todas los barrios populares, el peronismo perdió entre 5 y 24 puntos respecto a las elecciones de 2019, según surge de un relevamiento de LA NACION Data que contempla el barrio 31, el 1.11.14, el 21.24, el 20, Cildañez, Lugano y Soldati.
Al analizar en detalle las cifras, aparecen datos inesperados: Juntos por el Cambio le ganó la pulseada al Frente de Todos en barrios como Lugano. También se llevó una importante cantidad de votos La Libertad Avanza, espacio que en la ciudad es representado por Javier Milei, que se posicionó como la tercera fuerza política. ¿Será la caída del peronismo en los sectores más vulnerables de CABA una tendencia que se revertirá o profundizará?
“La gente está podrida”
Los múltiples problemas sociales y estructurales que habitan en los barrios populares porteños se potenciaron durante la pandemia. El año pasado, la fila para pedir un plato de comida en los comedores excedía la capacidad de preparación en las ollas dispuestas. Con las aulas cerradas, además de luchar por subsistir, los padres tenían que oficiar, en la medida de lo posible, de docentes de sus hijos. Mientras tanto, el coronavirus avanzaba y la precaria infraestructura de los barrios mantuvo a las familias hacinadas y en varias ocasiones sin agua para poder cumplir con las normas básicas de higiene. Al momento de votar, los vecinos pusieron los problemas en la balanza y, en la intimidad del cuarto oscuro, eligieron.
“La gente está podrida de los políticos y por eso muchos votaron a Milei”, señala Saúl Sánchez, que es el dueño del almacén Arcoíris, ubicado sobre la calle Carlos Perette, en la villa 31. Su corazón, dice, está con el peronismo, y por eso votó al Frente de Todos, pero reconoce que muchos vecinos se volcaron a otros partidos. “Milei vino durante la campaña y a mucha gente eso le gustó”, agrega.
En la villa 31, en las PASO de 2019, el FDT obtuvo el 69,74% de los votos, JxC alcanzó el 18,45% y el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT-Unidad) se ubicó en tercer lugar con el 3,76%. Mientras que Unite por la Libertad, el sello que llevó el partido liberal, solo había conquistado al 1,78% del electorado del barrio. Pero en las primarias de septiembre, el FDT bajó al 48,63% (-21,11%) y JxC ascendió al 25,8%. El FIT también cosechó más votos, pero perdió el tercer puesto frente a La Libertad Avanza: obtuvieron el 7,50% y el 12,90% respectivamente.
En la puerta del almacén Arcoíris, Oscar Navarro, de 65 años, está sentado en un banco de plaza contemplando el movimiento del lugar. Cuenta que votó al oficialismo porteño porque le gusta la visión que Patricia Bullrich, que no figuraba en la lista como precandidata, tiene sobre el problema de la inseguridad. Yanina Gómez, de 35, coincidió en el voto con su vecino. En su caso, el motivo fue su desacuerdo con que se cerraran las escuelas durante un tiempo tan prolongado.
“La verdad es que acá, en el barrio, muchos no quieren pasar a la formalidad. Por eso Horacio Rodríguez Larreta nunca gana. La urbanización que se hizo no sirve porque la gente no quiere pagar. Además, las viviendas sociales que se construyeron en la 31, en cuanto a la calidad, no son como las del barrio Rodrigo Bueno y están teniendo muchos problemas. Por eso el peronismo siempre gana, aunque esta vez muchos eligieron otra opción”, describe Sánchez.
Desde una perspectiva diferente, Pablo Vitale, politólogo y codirector de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), analiza. “En los últimos años hubo una presencia mucho mayor del gobierno porteño en las villas y han invertido mucho dinero, pero aún así siguen perdiendo. No creo que sea acertada la idea de que los pobres solo quieren recursos materiales o económicos, en el territorio entran muchas otras cosas en juego. Sin embargo, creo que al gobierno nacional le atribuyen la difícil situación económica y el malestar que generó la pandemia y así se puede explicar esta merma en la cantidad de votos para el Frente de Todos”.
Vitale indica que durante la cuarentena los problemas estructurales se intensificaron. En mayo del año pasado murió por Covid-19 Ramona Medina, una referente de la Garganta Poderosa, en un momento en el que no había agua corriente en el barrio 31.
“Ocho días llevamos sin agua y nos piden que nos higienicemos, que no salgamos a la calle. ¿Cómo pretenden que no salgamos a la calle si tengo que salir a comprar agua?”, se preguntaba Medina en un video que circuló en redes sociales.
Entre el voto protesta y la caída del relato
“Había una gran sensación de desamparo. Muchos vecinos estaban enojados con Agua y Saneamientos Argentinos, que es del Estado nacional. También por estas cuestiones emergen fenómenos como Milei, que nacen del descreimiento generalizado frente a las propuestas tradicionales. Pero en cuanto a ese fenómeno, hay que ver cómo decanta, no creo que alguien piense que Milei tiene las soluciones para los problemas cotidianos de la gente, sino que es más un voto protesta”, opina Vitale.
Jorge Ossona, historiador, investigador y autor del libro Punteros, malandras y porongas: ocupación de tierras y usos políticos de la pobreza, aporta: “En la mirada de los jóvenes pobres, Macri era un privilegiado, un tipo que representaba al poder. Y en 2019, además de la crisis económica que aquejaba a los sectores populares, se votó en contra de esa idea. Pero todo ese relato del fin de los privilegios de Macri y sus amigos se cayó a pedazos por todas las cosas que salieron a la luz, como el vacunatorio vip y, sobre todo, en un contexto de tanta penuria, la cena de cumpleaños en Olivos. En ese contexto, Milei ganó un gran reconocimiento. No es que los jóvenes de bajos ingresos sean liberales, sino que Milei tiene el atractivo de ser muy radical, de decir consignas concretas e ir en su discurso contra los privilegios de la casta política en general”.
Cuarentena, clave en la balanza
Magdalena Bazán, referente del Movimiento Evita en la villa 31, una agrupación ligada al Frente de Todos, señala que durante toda la pandemia ellos fueron los que estuvieron más cerca de los vecinos y que por eso el kirchnerismo todavía conserva una ventaja.
“Nosotros estamos con comedores, merenderos, postas de salud y ayudamos a las mujeres cuando hay situaciones de violencia de género. Durante la pandemia hubo mucha bronca por parte de los vecinos por no poder salir a trabajar, pero nosotros hicimos un gran trabajo territorial para poder suplir las necesidades. En cuanto a la cuestión del cierre de escuelas, muchos vecinos estaban enojados con el gobierno de la Ciudad por la falta de internet. Hay mucho enojo en general en el barrio con el gobierno porteño por la falta de infraestructura, como los problemas con las cloacas y con las nuevas viviendas que todo el tiempo tienen problemas”, sostiene Bazán.
Por su parte, María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, cree que el camino trazado es el correcto para mejorarle la vida a los vecinos de los barrios populares. “Hemos puesto el Estado al servicio de los sectores populares con hechos concretos, como 10 dispositivos Detectar en barrios vulnerables, más de cinco centros de vacunación, operativos diarios de difusión y asistencia para sacar el turno. La gente nos acompañó porque nos vio todos los días en su barrio, acompañándola y trabajando para que pueda estar mejor”, afirma Migliore.
La funcionaria también es la ideóloga de La Popular, una agrupación que se centra en el trabajo territorial en las villas porteñas y ha participado de eventos públicos donde, sobre todo, sobresalen movimientos vinculados a la izquierda o al kirchnerismo.
Pulseada perdida
Lejos de la villa 31, en los monoblocks de Villa Lugano, el oficialismo porteño dio vuelta los resultados electorales de 2019. En ese entonces, el FDT había logrado el 46,66% de los votos y JxC, el 34,57%. Unite por la Libertad había conseguido apenas el 2,73%. En los comicios recientes, la boleta de María Eugenia Vidal se impuso con el 36,32% de los sufragios, seguida por el FDT que bajó al 35,82% y, en tercer lugar, con un crecimiento del 12,52%, se posicionó La Libertad Avanza, con el 15,01% de los votos.
Laura Giménez, de 66 años, y Susana Lasry, de 73, viven en los monoblocks. Ellas venden bijouterie en la calle, a pocos metros de un gran hipermercado sobre la Avenida Soldado de la Frontera. Ambas votaron a JxC porque consideran que el Gobierno “es un desastre”. Dicen que en el barrio se puede ver la miseria que dejó la pandemia, aunque la gran mayoría de los comerciantes de algún modo u otro se las ingenió para trabajar, aunque sea de manera clandestina.
Así lo hizo Hernán Diaz, de 28 años, que tiene una barbería en el primer piso de una de las torres. Trabajó durante cuatro meses con la persiana baja porque su actividad estaba prohibida durante la cuarentena. Asegura que no le interesa mucho la política, pero que siempre vota al peronismo. Y, pese a todas las dificultades, no cambió su elección.
En Barrio 15, cerca de los monoblocks, sobre la Avenida Eva Perón, Margarita Rodríguez, de 45 años, y Fabián Coluchi, de 35, reciben la mercadería que venden en un almacén que tienen dentro de su casa. Ellos reconocen que muchos vecinos votaron a JxC, pero lo atribuyen a cierta “desinformación”.
“Se le hizo mucha mala fama a la vacuna rusa que terminó siendo muy buena. Luego lo de las clases pasó en todo el mundo, lo mismo con el cierre de comercios y empresas. Creo que muchas mentiras que se dijeron a través de los medios de comunicación jugaron un rol importante para que muchos dejaran de votar al peronismo”, dice Coluchi.
Los barrios populares porteños fueron representativos de un hartazgo que se expresó en las urnas a nivel nacional. Los motivos detrás de la pérdida de votos parecen comunes a todos los desencantados con el Gobierno. La diferencia es que en las zonas vulnerables los reclamos son más urgentes.
Metodología.
Se analizaron los resultados correspondientes a las elecciones 2019 y 2021 para diputados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por escuela proporcionados por la Dirección Nacional Electoral. Se relevaron aquellos establecimientos en los que votaron personas que viven en el Barrio 31, 1-11-14, 21-24, Cildañez, Barrio 20, Lugano y Soldati. No se tuvieron en cuenta los votos en blanco, nulos o impugnados para el análisis ya que no se contaba con este detalle para 2019.
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