El zoroastrismo fue la primera fe monoteísta; hoy minoritaria en Irán, cuenta con pocos practicantes en todo el mundo
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El cristianismo fue utilizado frecuentemente para definir la identidad y los valores de Estados Unidos y Europa, así como para contrastar esos valores con los de Oriente Medio. Sin embargo, una breve mirada a una religión antigua -que todavía se practica- sugiere que lo que muchos dan por sentado como ideales, creencias y culturas occidentales pueden de hecho tener raíces iraníes.
Los eruditos creen que el antiguo profeta iraní Zaratustra (Zoroastro en griego) vivió en algún momento entre los años 1500 y 1000 antes de Cristo. Antes de Zaratustra, los antiguos persas adoraban a las deidades de la antigua religión Aria de Irán, una contrapartida de la religión que llegaría a ser conocida como hinduismo.
Zaratustra condenó esta práctica y predicó que sólo Dios -Ahura Mazda, el Señor de la Sabiduría- debía ser adorado. Al hacerlo introdujo a la Humanidad su primera fe monoteísta. Los conceptos de Cielo e Infierno, Día del Juicio Final y la revelación final del mundo, y los ángeles y demonios se originaron en las enseñanzas de Zaratustra. Incluso la idea de Satanás es fundamentalmente zoroastrista.
De hecho, toda la fe del zoroastrismo se basa en la lucha entre Dios y las fuerzas de la bondad y la luz (representada por el Espíritu Santo, Spenta Manyu) y Ahriman, que preside las fuerzas de las tinieblas y el mal. Aunque el hombre tiene que elegir a qué lado pertenece, la religión enseña que en última instancia, Dios prevalecerá, y que incluso aquellos condenados al infierno disfrutarán de las bendiciones del Paraíso (una palabra persa antigua).
Cambio de rumbo
Después de las conquistas persas de tierras griegas durante el apogeo del Imperio Acaménida, la filosofía griega tomó un curso diferente. Los griegos creían que los seres humanos tenían poca independencia, y que sus destinos estaban a merced de sus muchos dioses, que a menudo actuaban según el capricho y la fantasía.
Sin embargo, después de conocer la religión y la filosofía iraníes, comenzaron a sentirse más como si fueran los dueños de sus destinos. Aunque fue la religión estatal de Irán, ampliamente practicada en otras regiones habitadas por pueblos persas (por ejemplo, Afganistán, Tayikistán y gran parte de Asia Central), el zoroastrismo es hoy una religión minoritaria en Irán, y cuenta con pocos practicantes en todo el mundo.
El legado cultural de la religión, sin embargo, es otro asunto. Muchas tradiciones zoroastristas continúan subyacentes y caracterizan la cultura iraní. Fuera del país también tuvieron un impacto conocido, Incluso la idea de Satanás es fundamentalmente zoroastrista
Rapsodia zoroastrista
Siglos antes de la Divina Comedia de Dante, el Libro de Arda Viraf describió vívidamente un viaje al Paraíso y al Infierno. ¿Podría Dante haber oído hablar del cósmico relato del viajero zoroastrista, que asumió su forma definitiva alrededor del siglo X d. C.? La semejanza de las dos obras es extraña, pero solo se pueden ofrecer hipótesis.
En otras partes, sin embargo, la “conexión” zoroastrista es menos oscura. El profeta iraní aparece sosteniendo un globo brillante en La Escuela de Atenas, pintura de Rafael en el siglo XIV. Del mismo modo, el Clavis Artis, una obra alemana sobre la alquimia que data de finales del siglo XVII principios del siglo XVIII, fue dedicada a Zaratustra, y contó con numerosas representaciones de temas cristianos.
Zaratrusta “llegó a ser considerado (en la Europa cristiana) como un maestro de la magia, un filósofo y un astrólogo, especialmente después del Renacimiento”, señala Ursula Sims-Williams, de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres. Hoy en día, la mención del nombre Zadig trae inmediatamente a la mente la marca de moda francesa Zadig & Voltaire.
La historia detrás del nombre ciertamente es zoroastrista. Escrito a mediados del siglo XVIII por nada menos que Voltaire, Zadig cuenta la historia de su homónimo héroe persa zoroastrista, quien, después de una serie de pruebas y tribulaciones, finalmente se casa con una princesa babilonia.
Tan enamorado de la cultura iraní estuvo Voltaire que fue conocido en sus círculos como “Sa’di”. En el mismo espíritu, “El Diván de Oriente y Occidente”, de Goethe, dedicado al poeta persa Hafez, ofreció un capítulo temático zoroastrista, mientras que Thomas Moore lamentó el destino de los zoroastristas de Irán en “Lalla Rookh”.
La antigua fe también hizo una serie de apariciones musicales en el escenario europeo. Además del personaje sacerdotal de Sarastro, el libreto de “La flauta mágica” de Mozart está cargado de temas zoroastristas, como la luz versus la oscuridad, las pruebas del fuego y el agua, y la búsqueda de la sabiduría y la bondad por encima de todo.
Y el difunto Farrokh Bulsara -conocido como Freddie Mercury- estaba muy orgulloso de su herencia persa zoroastrista. ”Yo siempre voy a caminar como un petimetre persa”, dijo una vez en una entrevista, “¡y nadie va a detenerme, cariño!”. “Creo que lo que la fe zoroastrista le dio la vocación de trabajar duro, perseverar y seguir sus sueños”, dijo su hermana Kashmira Cooke en 2014.
Hielo y fuego
Sin embargo, en lo que se refiere a la música, tal vez ningún ejemplo refleje mejor la influencia del legado del zoroastrismo que el “Así hablaba Zaratustra”, de Richard Strauss, tema musical de la película Odisea del Espacio de Stanley Kubrick (2001). La partitura debe su inspiración a la obra magna de Nietzsche del mismo nombre, que sigue a un profeta llamado Zaratustra, aunque muchas de las ideas propuestas por Nietzsche son, de hecho, antizoroastristas.
El filósofo alemán rechaza la dicotomía del bien y el mal tan característica del zoroastrismo, y, como ateo declarado, no le ve ninguna utilidad al monoteísmo. Hay otros ejemplos del impacto del zoroastrismo en la cultura popular contemporánea en Occidente.
Ahura Mazda, que le da nombre la compañía de automóviles Mazda, sirvió de inspiración para la leyenda de Azor Ahai, un semidiós que triunfa sobre la oscuridad en la serie de novelas convertidas en serie de televisión Game of Thrones, de George R. R. Martin.
Además, se podría argumentar que la batalla cósmica entre la Luz y la Oscuridad de la Fuerza en La Guerra de las Galaxias lleva, muy ostensiblemente, la marca del Zoroastrismo. Pese a todas sus contribuciones al pensamiento, la religión y la cultura occidentales, se sabe relativamente poco sobre la primera fe monoteísta del mundo y su fundador.
Para muchos políticos estadounidenses y europeos, se supone que Irán es el polo opuesto de todo lo que el mundo libre representa y defiende. Dejando de lado los muchos otros legados e influencias de Irán, la casi olvidada religión del zoroastrismo sólo podría proporcionar la clave para entender cómo nosotros somos similares a ellos.
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