El viejo oficio de lechero renace en Olavarría
El intendente Eseverri dispuso la comercialización directa; la iniciativa partió de médicos locales para mejorar la alimentación
OLAVARRIA.- Víctor Oscar Corridoni es el lechero de Sierras Bayas, un pueblo de 5000 habitantes situado a diez kilómetros de esta ciudad cabecera de partido. Cada madrugada, a eso de las 2, llena con la leche que él mismo ordeña seis tarros de 50 litros y sale a recorrer las calles. Lo hace todos los días, desde 1962, cuando tenía 14 años y ayudaba a sus padres. Ahora, con 54 años, no se cansa de repetir una rutina que dice llevar "en el alma".
Corridoni ve que sus ventas, hoy, van en aumento. Es que es uno de los beneficiados por la resolución municipal número 571 y que, con la firma del intendente Helios Eseverri (UCR), desde el 25 del mes mes último, autoriza la venta directa de leche cruda "en todo el partido de Olavarría, pudiéndose efectuar a domicilio o en comercios del ramo", se expresa en la disposición.
El tambero, sin embargo, prefiere quedar al margen de las controversias desatadas por la decisión del intendente Eseverri. Ahora hasta hay días en que la leche de sus 20 vacas no alcanza y tiene que comprar a otro tambo."No hay nada mejor que esta leche. Se hierve y listo, el que la prueba no la quiere dejar y los chicos crecen sanos y fuertes", dice al promocionar su producto.
La venta de leche cruda directamente de los tambos a los clientes, propiciada mediante una resolución municipal, sin embargo, desató una dura porfía. Es que funcionarios provinciales y nacionales no dejan de advertir sobre posibles riesgos para la salud derivados de esa forma de comercialización.
La idea nació de la preocupación de los médicos del sistema de salud municipal que advirtieron a las autoridades comunales sobre las fallas alimentarias constatadas en un sector importante de la población.
Práctica formalizada
En rigor, la medida impulsada por Eseverri y avalada por la secretaria de Salud Pública de la comuna, María de la Cruz Arouxet, formaliza una práctica surgida espontáneamente en los últimos meses como producto de la crisis económica.
Consultado por LA NACION, el jefe comunal defendió la venta de leche sin pasteurizar al argumentar: "Con esto apuntamos a mejorar la alimentación de toda la familia, además de generar nuevas fuentes de trabajo tan necesitadas en nuestro tiempo".
El funcionario se refirió a la veintena de vendedores que, últimamente, hicieron resurgir la vieja figura del lechero por las calles de esta ciudad -a 350 km de la Capital- en la que viven más de 100.000 habitantes.
"Los cigarrillos tienen una leyenda en la que se dice que perjudican la salud y, sin embargo, se venden igual. ¡Que me vienen a hablar de sanidad si todos nosotros nos criamos con esta leche!" se enojó Ricardo Nasello, de 44 años, que en su despensa Damver comercializa la leche que produce su padre, Domingo, de 73 años.
Desde que incursionó en el negocio sus ventas de leche -$ 0,50 el litro- crecieron un 300 por ciento; pasó de 20 a 80 litros diarios. "La gente está redescubriendo la calidad de la verdadera leche y empezó a cambiar sus costumbres", aseguró.
Mientras recibe un bidón de tres litros de leche en la puerta de su casa, María Laura Catalano resume los motivos de la mayoría aquí para comprar el producto crudo: "Me ahorro un montón de plata". Catalano, que tiene cinco hijos, no es una cliente cualquiera: es nutricionista en el hospital municipal.
"Nosotros no podemos permitir que se expenda leche sin el proceso de pasteurización porque esto significa un retroceso que vulnera toda la legislación vigente en relación con los controles sanitarios y pone en riesgo la salud de la población", dijo a LA NACION Juan José Linari, responsable del Programa de Lechería del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación bonaerense.
"Un retroceso"
Hace una semana, el director de Sanidad y Fiscalización Ganadera provincial, Dardo Galli, envió una nota en la que recordó a Eseverri la vigencia del Código Alimentario Nacional (ley 18.284) y de la ley provincial 7265: ambas normas prohíben la venta de leche cruda al público.
Por su parte, el titular de la Secretaría Nacional de Sanidad Animal (Senasa), Bernardo Cané, también desaprobó la medida y, en diálogo con LA NACION, la consideró "un retroceso que genera un altísimo riesgo para la salud, más allá del loable objetivo que persigue". Y acotó: "No se puede legalizar la informalidad desde un municipio".
El intendente Eseverri, que restó importancia a la misiva enviada desde la provincia, dijo asumir "toda la responsabilidad por la medida" y destacó la idea de "restablecer la libertad para cada vecino de Olavarría de comprar y consumir la leche que más le agrade o que mejor se ajuste a sus posibilidades económicas".
También auguró una generalización de esta práctica: "Esto es explosivo, no lo van a poder parar porque es algo que, en realidad, es impuesto por las urgencias de la gente ante la profundidad de la crisis", opinó.