El "último último día", la nueva moda entre los estudiantes secundarios
Se trata de una previa larga en la que los adolescentes se juntan a celebrar el fin de curso y van a clase sin dormir
Los estudiantes que cursan el último año del secundario tienen una nueva forma de festejar su egreso: el "último último día" (UUD), una previa larga en la que los adolescentes se juntan a celebrar el fin de curso y van a clase sin dormir.
Como la ya instalada celebración del "último primer día" (UPD), la nueva fiesta se puso de moda inicialmente en los colegios secundarios de la provincia de Buenos Aires y luego emigró a otros distritos, con reuniones en salones, bares, clubes o casas particulares, que incluyen alcohol, cotillón y pirotecnia.
"Es el último día que tenemos para festejar, por eso nos juntamos todos y nos quedamos toda la noche cantando, tomando y bailando, y después nos juntamos los chicos de distintos colegios en una plaza y de ahí cada curso se va a su escuela", detalló Sol, de 17 años, que asiste a un instituto privado de la localidad bonaerense de Adrogué.
La previa del UUD comienza la noche anterior al último día de clases, antes de la medianoche, cuando los jóvenes se juntan en un lugar para festejar con música y alcohol el fin de curso y estiran la celebración hasta que el reloj marca la hora de entrar a clases.
En algunos ciudades, la noche se corona con una gran juntada de todos estudiantes de sexto año de distintos colegios de la zona en la plaza central del barrio, donde siguen con los festejos hasta que, entre las 7 y las 8 de la mañana, cada grupo parte a su escuela.
Alertados por las condiciones en las que muchos chicos llegan tras los largos festejos, los directivos de los colegios toman distintas medidas como llamar a los padres de los alumnos que no están aptos para asistir a la escuela, sancionarlos y hasta suspender las clases.
Florencia Fernández, de 19 años, quien tuvo su festejo del UUD en diciembre del año pasado, contó que durante una de estas fiestas los directivos del colegio al que asistía, en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, sancionaron a muchos alumnos que entraron alcoholizados a clases, por eso ahora decidieron convocar a sus padres para que los esperaran en la puerta de la escuela, una vez terminados los festejos.
Florencia también contó que las celebraciones por el "último último día" se estiran hasta después de finalizado el día de cursada con una concentración en la puerta de la escuela, donde habitualmente cortan las calles para continuar con los festejos, con un despliegue de cotillón que incluye disfraces, bombos, banderas y hasta pirotecnia.
Momentos de liberación
Liliana Moneta, presidente del Capítulo de Psiquiatría Infanto Juvenil de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), explicó a DyN que este tipo de celebraciones "muchas veces responde a un ritual del pasaje a la adultez" y remarcó que "son momentos de liberación porque la salida del secundario es una etapa muy conflictiva para el chico".
"No podemos olvidarnos que el colegio es eso que conocemos popularmente como 'el segundo hogar', donde está esa segunda familia que nos contiene y a la que tenemos que soltar", señaló la psiquiatra y psicoanalista, quien sostuvo que muchas veces "los adolescentes transgreden los límites para diferenciarse de los adultos".
En este sentido, Moneta indicó que "el chico busca diferenciarse todo el tiempo de las figuras parentales, y una de las formas de hacerlo es desafiándolos, haciendo eso que al mundo adulto le molesta".
"Todo lo que el adolescente no puede poner en palabras, lo pone en actos", afirmó la integrante de APSA, quien también señaló que durante este tipo de festejos, muchas veces los adolescentes producen desmanes porque actúan bajo la lógica de que "yo puedo hacer con mi segundo hogar lo que quiero porque me pertenece, pero al mismo tiempo lo destruyo porque ya no me pertenece más".
Lo que más preocupa de estas largas previas es el consumo de alcohol que, según un estudio que difundió en octubre el Ministerio de Salud, creció en los últimos 10 años más del 100 por ciento entre los adolescentes.
A partir de un relevamiento de la cartera de Salud bonaerense y de la Dirección de Escuelas, que se dio a conocer en las últimas semanas, el 89 por ciento de estas "previas" suele hacerse en casas, por lo que el control en la ingesta de alcohol por parte de las autoridades resulta más complejo.
Por Alejandra Fernández Guida, agencia DyN