El secreto máster blender
Chivas Regal realizó un viaje onírico y sensorial para experimentar en primera persona la manera única de hacer un scotch whisky
Los conocedores del scotch whisky saben que este elixir espirituoso se elabora de acuerdo a una serie de secretos artesanales muy antiguos que solo terminan cuando el master blender realiza la mezcla final.
Como si se tratara de un alquimista, pero con la precisión que le otorga el método científico, el maestro mezclador realiza el blending valiéndose de sus sentidos para unir eficazmente diferentes whiskies de pura malta y lograr la perfección que merece un scoth.
Su ancestral oficio debe dar paso a una mezcla única, memorable y equilibrada, donde la suma de las partes siempre resulta mejor a cada una de las individualidades. La habilidad del maestro mezclador debe superar las asperezas típicas de los whiskies de pura malta, tradicionalmente rústicos, complejos y difíciles de beber.
Cada una de estas maltas resultan indispensables para darle el toque extraordinario al blend, y aunque aisladamente consigan cautivar a los paladares más exigentes, juntas han logrado que los scotchs blended whisky tengan la fama que los caracteriza.
De esta manera trabajaron los hermanos John y James Chivas cuando crearon su exitoso blend en Aberdeen, Escocia, en 1801. Y así fue cómo durante el último siglo la casa escocesa se ha diversificado en una serie de etiquetas de lo más buscadas como Chivas 12, Chivas 18 y Chivas 25, a la que se suma su última apuesta, Chivas Ultis.
Poco más de doscientos años después de aquélla primera blended experience realizada por los Chivas Brothers, la marca escocesa les rindió homenaje celebrando una sesión de blendeo en el laboratorio de experimentaciones de Chivas House, instalado en el palacete Casa Basavilbaso de la Ciudad de Buenos Aires.
Fue en ese lugar donde un afortunado grupo de invitados pudo experimentar, por primera vez en la Argentina, la sensación única de crear su propio whisky. El recinto estaba lleno de pequeños vasos de cristal, pipetas, medidores y botellitas. Los participantes lucían concentrados y escuchaban atentos las indicaciones de los embajadores de la marca, el argentino Martín Bruno y el escocés Nathan Wood. Había que elaborar un whisky personal con las maltas que componen el último producto de la casa, el extraordinario Chivas Ultis.
El embajador de la marca se propuso aconsejar sobre proporciones y estilos a cada participante, y sobre todo, dejó hacer. “La mayoría de las recetas que crearon los visitantes de Chivas House -destacó luego el Brand Manager de Chivas, Juan Manuel Gómez- mantuvieron una proporción importante de maltas de Speyside, que son el corazón y la esencia de Chivas Regal”.
De esta manera, cada uno de los invitados vertió whiskies de malta de un vaso a una botella, y de otra botella al vaso mezclador, agregando gotas de humoso Islay, un poco de cítrico y floral Highlands, dos, tres y hasta cuatro toques de ligero y elegante Speyside, más otro poco de Strathisla. De acuerdo a su intuición y preferencias sensoriales, cada uno de los invitados pudo crear su propio y extraordinario blend whisky, con el sello de Chivas Regal, rindiéndoles homenaje a aquellos hermanos que formularon el suyo en Aberdeen, Escocia, hace poco más de doscientos años.
LA NACION