El periplo de un investigador para destrabar un viaje ya aprobado por el Gobierno a una becaria doctoral: finalmente lo pagaron desde Francia
Jorge Montanari, un investigador del Conicet, que trabaja en nanobiotecnología aplicada a la salud, contó las dificultades que vivió para acceder a un programa internacional que ya tenía el visto bueno
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Falta de respuestas. Circuitos interrumpidos. Falta de autoridades. Desorientación. “En estos momentos está aterrizando en París una de mis becarias doctorales, Magalí, en el marco de un proyecto internacional Ecos-Sud”, comienza el hilo de X en donde Jorge Montanari, un investigador del CONICET que trabaja en Nanobiotecnología aplicada a la salud, relata las dificultades para acceder a un programa internacional que apoyaba el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y se interrumpió a partir de la asunción del nuevo Gobierno.
Ecos-Sud es un programa que existe desde 1997 para promover proyectos de investigación de excelencia conjuntos entre grupos científicos de Francia y de la Argentina por un lapso de tres años. Está financiado por el Ministère de l’Europe et des Affaires Étrangères (MEAE) y el Ministere de l’Enseignement Supérieur, de la Recherche et de l’innovation (MESRI), por la parte francesa, y por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), por la parte argentina. La financiación cubre la movilidad de investigadores.
“Su evaluación es exigente y por eso se aprueban aproximadamente solo 1 de cada 5 postulaciones”, indicó Montanari, y precisó que las postulaciones se evalúan en ambos países y solo financian proyectos con nota A+ en ambos.
A fin del año pasado eran 14 los aprobados. En su caso, cuenta que en 2022 habían postulado un proyecto junto con un grupo de la universidad de Paris-Saclay y no quedaron seleccionados. Volvieron a postularlo nuevamente al año siguiente. “En nuestro proyecto combinamos los temas principales en que trabajamos ambos grupos durante los últimos 15 años y pensamos en una nueva estrategia para tratamientos de enfermedades localizadas en la piel (cáncer, leishmaniasis, etc.) con innovaciones nanotecnológicas”, describió.
Y agregó: “A esta altura ya habían trabajado muchísimas personas en ambos países entre postulantes, evaluadores y entidades convocantes. Estaban aprobadas las misiones internacionales del primer año: dos viajes nuestros a Francia, dos de ellos a Argentina”.
Pero no sabían a dónde comunicarse. No había más Ministerio de Ciencia y Tecnología, el organismo convocante. Con la llegada de Javier Milei al Gobierno, el exministerio quedó, como secretaría a cargo de Alejandro Cosentino, bajo la órbita de Jefatura de Gabinete. “Desde Francia, los responsables de ECOS no sabían tampoco con quién hablar. Cada uno por su lado contactó a quien pudo”, indicó Jorge. Él optó por escribirle, el 5 de febrero pasado, un mail a Cosentino y a Paula Nahirñak, subsecretaria de Ciencia y Técnica.
Nunca le contestaron. El segundo intento fue con todos los otros 14 directores de los proyectos seleccionados. Una de ellas contactó a todos los demás y decidieron presentar una carta conjunta el 21 de febrero donde pedían planificar las misiones de 2024 para facilitar el intercambio de investigadores.
NUNCA recibí siquiera una respuesta a ese mail del 5-feb.
— Jorge M ⭐⭐⭐ (@jorgenomefui) May 15, 2024
Entonces, pasando las semanas, otra directora de proyecto seleccionado nos contactó a todos los demás. Los 14 estábamos en la misma. Hicimos reuniones y presentamos una carta conjuntael 21-feb.
NUNCA nos respondieron. pic.twitter.com/tUjpKXASp1
“Expresamos nuestra preocupación respecto de la continuidad y ejecución de nuestros proyectos en el contexto actual de transición y reestructuración del área de Ciencia y Tecnología, así como la revisión de los programas de Cooperación Internacional”, dice el mail que también publicaron.
Y agregan: “Solicitamos su apoyo para elevar esta carta a las autoridades pertinente y de esta manera asegurar la continuidad de estos proyectos, respetando los compromisos establecidos en la convocatoria Ecos-Sud Argentina 2023″. Tampoco tuvieron respuesta.
Un mes después del primer contacto, el 5 de marzo, Jorge se apersonó en el ex Ministerio de Ciencia y Tecnología. “Ni Nahirñak, ni Cosentino me recibieron. Tampoco nadie por debajo de ellos. Solo la Secretaria Privada me atendió por un teléfono interno que me dejaron usar en recepción. Me dio un mail y me pidió escribir ahí. Lo hice”, relató.
“Desde la universidad parisina ya le hicieron llenar formularios a ella que requieren de al menos dos meses de anticipación para habilitar su estadía”, cuenta en ese mensaje. Y pide: “Necesitamos sabés por favor cuál va a ser el procedimiento para la compra del pasaje. Mi preocupación pasa también para contar con la antelación lógica para conseguir un costo razonable. También saber cómo le van a depositar el perdien y en base a cuál tabla se calcula. Todo esto necesario para que también podamos reservar un lugar para su estadía”. Esa vez sí obtuvo una respuesta: un número de nota y que sería elevado a Nahirñak. Pero luego no hubo novedades.
“Corrió el rumor de que Francia iba a dar los viajes de ellos hacia acá, y que Argentina iba a financiar un viaje solo. Pero pasó el tiempo y no hubo nada. Se dijo entonces que Ecos-Sud no iba a convocar nuevos proyectos este año. El tiempo pasaba y el destrato era descomunal. Entonces, le pedí al director del laboratorio francés si aceptaba bajarse él del viaje a Argentina y proponerle a Ecos que, con ese dinero, pagaran el viaje de Magalí para Francia. Él fue muy generoso de aceptar mi proposición”, relató.
“Finalmente entonces, sin que nadie en los organismos argentinos nos diera siquiera una mísera respuesta, Ecos-Sud accedió a comprar pasaje y bancar estadía de Magalí en Francia. Allí aterriza ahora con sus nanopartículas fototérmicas y nuestros compuestos antitumorales para laburar”, expresó Jorge.
Y cierra enumerando por qué cree que es importante financiar estos intercambios: “porque hubo un compromiso asumido en la convocatoria, hubo mucha gente trabajando en el tema, dedicamos tanto el equipo francés como el mío muchas horas (pagas e impagas) para formular un proyecto con nota de excelencia. Además, porque hay una ley de financiamiento de la ciencia vigente y un presupuesto que, congelado a valores 2023 y todo, está siendo subejecutado. El dinero está”.
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