Coronavirus en la Argentina. El particular reclamo de estudiantes secundarios para que vuelvan las clases presenciales
Frente al Ministerio de Educación de la Nación, estudiantes de distintas edades del nivel secundario se reunieron para exigirle a las autoridades el regreso paulatino de las clases presenciales. Los jóvenes colocaron pupitres en la plaza Jardín de los Maestros simulando una clase al aire libre.
Los estudiantes remarcaron que la convocatoria no es en contra de un partido político en particular, sino que a todos los presentes los une la triste premisa de que la clase dirigente argentina, sean funcionarios públicos o sindicalistas, no se interesa por la educación de los chicos.
Valentino Díaz Fontau, estudiante secundario de 18 años, del Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE), es uno de los que impulsó esta convocatoria. Estaba parado en la plaza frente al Palacio Sarmiento, sobre la calle Pizzurno: "Lo que queremos manifestar es que a la política no le interesa la educación, y esa fue la base que nos unificó a todos, más allá de la opinión personal de cada uno".
Díaz Fontau dijo que, luego de seis meses, el aprendizaje virtual "parece haber llegado a un límite", porque no todos se han podido adaptar, sobre todo aquellos que no tienen acceso a internet, una computadora o padres que los puedan ayudar con las tareas.
"Hay que buscar alternativas, en lo personal creo que lo que ofreció la Ciudad, sobre tener clases al aire libre, es una propuesta a considerar. Al principio todos entendimos que había que resguardarse, pero luego de tantos meses no puede seguir todo de la misma manera", señaló Díaz Fontau.
Y agregó que, además, este es un buen momento para repensar la educación en general: "La educación antes de la pandemia también tenía enormes fallas que habrá que revisar".
Reunión clave
La semana pasada, la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, presentó un documento que se centraba en tres puntos: "apoyo escolar y en talleres de lectura en el espacio público", "la escuela en la calle" y "espacios evaluativos para el nivel superior". El primero es dar apoyo escolar a los 6500 chicos que quedaron fuera del sistema de clases virtuales. Para eso, se propone hacerlo en los espacios públicos de la ciudad (plazas y polideportivos, entre otros) en el horario de 9 a 12. Habrá dos grupos de 10 estudiantes por espacio, en turnos de una hora y 15 minutos. Estará a cargo de docentes socioeducativos.
La ministra Acuña y su par de la Nación, Nicolás Trotta, estuvieron reunidos hoy para debatir sobre esta propuesta y habrían llegado a un principio de acuerdo respecto de la revinculación de esos 6500 chicos pero en los patios de las escuelas. En estos días también se han viralizado en redes varias cartas escritas por padres, profesionales y referentes de distintos ámbitos, en las que se preguntan si no será hora de analizar propuestas para que los chicos recuperen parte de lo perdido.
Agustín Villalba, alumno de cuarto año de la escuela José María Torres, en la Ciudad, que también estaba manifestándose frente al ministerio de Educación, relató la dificultades que tiene para estar al día con sus tareas: "Es difícil, tenemos dos computadoras para toda la familia y somos cinco en la casa. Además, me desconcentro en mi habitación, nunca cambias de aire y no sabes qué es de la vida de tus amigos. Ojalá que, a pesar de la pandemia, podamos buscarle la vuelta para volver al colegio".
Sabrina Ajmechet es una de las madres que se acercó al ministerio a pedir por el regreso de las clases presenciales. Ella tiene una hija en el tercer grado de una primaria privada. "Se tomó el tema a la ligera, creo que al principio vieron el regreso a clases como algo más cercano, pero ahora estamos viendo que estos meses no se han aprovechado para pensar opciones que permitan el regreso a las aulas. Las casas no son aulas, este es un año perdido, por más que los chicos hagan tareas y se conecten a Zoom", dijo.
Soledad Palacios es docente de historia de la escuela Leonardo Da Vinci, en Boulogne. Dijo que tuvo que reducir su currícula y dar solo los contenidos que ella considera prioritarios. Aunque no es solo por eso que hoy fue a manifestarse.
"Los docentes estamos sosteniendo al sistema educativo. Pero la escuela no solo cumple una función pedagógica, sino una función social. Hay muchos chicos que dejaron la escuela y vinimos acá a pedir por ellos. Solo con computadoras esto no se soluciona, hay problemas mucho más profundos", se lamentó Palacios.
En las inmediaciones del palacio se pegaron carteles con consignas que iban en línea con el reclamo, como "la educación es un derecho", o "los chicos presentes, Trotta, ausente".
Durante la clase abierta, se invitó a que los alumnos tomaran un megáfono y dijeran cómo se sintieron durante estos meses. También leyeron un comunicado en el que denunciaron la ausencia de un plan y la indiferencia del Gobierno para resolver esta situación, ya que, consideran, no ofrecieron una opción superadora a lo que había acercado la Ciudad, sino que, hasta el momento, solo se habían opuesto a la propuesta porteña.
Por parte de las instituciones educativas, son muchas las que están de acuerdo con regresar a las aulas de manera escalonada y segura. Teresa De Stefano, directora de relaciones con la comunidad del Northlands, señaló que, ya hace tiempo, trabajan en distintos protocolos.
"Creemos que es necesario cuidar de manera integral la salud de los chicos y dentro de esto está la salud psíquica. Nada reemplaza la presencialidad ni el encuentro con el otro, porque en ese encuentro se provoca el desarrollo emocional y social. Esto es más importante aún en los chicos que cambian de etapa, como los de sala de cinco que pasan a primer grado, los de séptimo que pasan al secundario o los de quinto año, que terminan la escuela", dijo De Stefano.
Celeste Bresas, propietaria y ex directora del jardín de infantes del Nuevo Colegio Guernica, en el partido de Presidente Perón, también se pronunció a favor de buscar alternativas que vuelvan a conectar a los chicos con las aulas.
"Creo que tendría que ir retomándose la práctica de a poco y con grupos reducidos, los protocolos ya están, solo habría que ponerlos en práctica. Los chicos tienen muchas ganas de reencontrarse con los amigos y con los docentes que, muchas veces, son las personas a las que los chicos les cuentan cosas y con quienes exteriorizan sus problemas", argumentó Bresas.
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