El papá de Delfina Pan reconstruyó el femicidio: “El pibe la ataca decidido a matarla”
El hermano de la joven asesinada en Miami viajó y recibió información del investigador del caso; quien la atacó a puñaladas era, al parecer, compañero de trabajo
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Mientras que escasea la información oficial por el asesinato en Miami de la argentina Delfina Pan, de 28 años, en el círculo íntimo de la joven se unifica una versión en base a los datos que obtuvieron y a la reconstrucción de las últimas semanas. De esas averiguaciones se desprende que se trató de un femicidio, perpetrado por un hombre veinteañero, también argentino, que era su compañero de trabajo en un local gastronómico ubicado en la Lincoln Road. Ella le tenía miedo porque la acosaba.
En las últimas horas de este miércoles, José María Pan, el padre de la diseñadora gráfica y productora de seguros, confirmó a LA NACION que su hijo que viajó hacia Estados Unidos para interiorizarse sobre el avance de la causa ya pudo reunirse con el detective del caso.
En la información que envío desde allí, el hermano de Delfina no solo dio detalles sobre la mecánica de lo ocurrido, sino que contó que el homicida está bajo custodia en el Hospital Jackson Memorial, al que lo derivaron herido de arma blanca. También, que mañana se presentarán los cargos contra él y que se emitirá un comunicado sobre cómo se desarrolla la pesquisa, por la trascendencia pública que alcanzó la noticia.
Mientras tanto, LA NACION intentó confirmar durante todo el día con la Cancillería argentina los datos del femicida que proporcionan los allegados de la joven, aún sin resultados.
“Estuve casi una hora con el detective del caso, que tiene toda la información. Ese día Delfi tenía un turno de trabajo y salía a las cinco o seis de la tarde, creo que a las cinco. Este pibe hacía doble turno y tenía que quedarse hasta las 23. Pero cuando Delfi sale, él también se va, deja su trabajo y se va con un cuchillo”, narra el hermano de la joven sobre el asesino en un audio, después de encontrarse con el investigador.
En ese relato, precisa que cuando Delfina llegó a su casa en la Avenida Harding al 7330 lo vio al atacante adentro del complejo y que se encontró también con una vecina, Michelle, que es ahora la principal testigo del femicidio. El hermano de la joven argentina asesinada aún no la conoce, pero entiende que Michelle solo vivía en el mismo sitio que Delfina y que no tenían una relación de amistad.
“Delfina le pide a Michelle que no se vaya y se ponen a hablar en una mesa. Este pibe le dice [a Delfina] que mañana se iba a Nueva York, si podía ella ir con él. Delfina obviamente le dice que no y acto seguido la empieza a atacar”, explica su hermano, de acuerdo a lo que le notificó previamente el detective.
Por su parte, José María recalca a LA NACION que el crimen se produjo en la entrada del complejo y no dentro del departamento, como circuló en las primeras versiones. “La ataca decidido a matarla”, dice el papá de Delfina.
En tanto, su hijo en la narración confirma por qué el hombre fue encontrado también herido cuando llegaron los oficiales de la Policía de Miami, que recibieron un llamado por un apuñalamiento a las 18.24 del lunes. “El pibe después agarra y se apuñala el pecho intentando suicidarse”, remarca.
Asimismo, indica en cuanto a la versión oficial que le proporcionó el detective, al respecto de la situación en la que se encuentra el agresor: “Ahora está bajo custodia en el hospital, mañana le están presentando los cargos oficiales y cuando presenten los cargos, la información se hace pública. También se va a hacer un comunicado, según lo que me dijo. La Policía lo va a hacer porque es un caso mediático. Él está hospitalizado y bajo custodia, técnicamente no está arrestado, pero tampoco se podría ir. Mañana ya sí, con los cargos”.
El testimonio del padre de Delfina: “Su único pasaporte era su mirada dulce”
Desde la Argentina, José María Pan se aferra ahora a su fe. “Soy de creer en Dios por sobre todas las cosas. Creo que desde el cielo Delfina no se quedará de brazos cruzados, era crítica de su país. Y espero que también nos ayude”, dice a LA NACION sobre su hija, diseñadora gráfica egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y también productora de seguros matriculada por la Superintendencia de Seguros de la Nación.
La recuerda como “un ser naif y gracioso con sus ingenuidades”. Dice que era concreta en lo que quería. “Su único pasaporte era su mirada dulce, brillante, y esos ojos azules tirando a soñadores”, expresa.
Cuenta a LA NACION también que Delfina viajó a Miami durante la cuarentena para establecer contacto con empresas locales allí y que, a distancia, continuó su trabajo en Federación Patronal Seguros.
Revela, asimismo, por qué la joven comenzó a trabajar en el local gastronómico donde la conoció su femicida. “Como el costo de estar en Estados Unidos es caro, pasa a ser moza en un restaurante, es como hacer entrenamiento de alto rendimiento, me contaba de su cansancio. Eso solo lo podía hacer Delfina, se transformaba según el momento. Me contaba que obtenía muchas más propinas que sueldo, porque superaba todos los récords”, dice José María.
Y rememora estos 28 años de tiempo compartido: “Siempre le enseñé a ser solidaria y agradecida y siempre me decía ‘tenés razón, papá, lo que doy lo recibo aumentado’. Como también le enseñé a saber perder, cosa que por lo general los argentinos nunca admitimos, siempre queremos arreglar o modificar desde resultados, multas o fallos de cualquier índole”.
Piensa ahora en su hija. La describe delicada, con un cuerpo pequeño de huesos marcados. Con su forma de vestir alegre, pero muy tranquila. Con zapatillas o zapatos bien bajos. Habla de su cara, de su tez con un tinte apenas como un “rubor rouge”.
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