El país que dejó el último censo: las provincias que más aumentaron su población y la problemática que se magnificó en el AMBA
El censo de 2010, la última gran encuesta nacional, entregó algunos datos alentadores pero también grandes falencias
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Desde 1869, la Argentina no para de crecer. Al menos en cuanto a su población, que es diversa y padece profundas desigualdades. Aquel año se realizó el primer censo y, hoy, 153 años después de aquel puntapié inicial, se lleva adelante el 11° relevamiento nacional. El último fue en 2010, tras una década tormentosa luego de las crisis de 2001, año en el que también se realizó un censo, justo un mes antes del estallido social.
El país que salió de la última gran encuesta nacional entregó índices, algunos alentadores, y otros que mostraron un país con grandes falencias. En materia de educación, los datos fueron positivos; bajó el número de personas mayores de 10 años analfabetas y aumentó la cifra de personas con el secundario completo. En cuanto a la calidad de las viviendas, se detectaron menos casas con características deficitarias, pero se multiplicaron los asentamientos informales en los alrededores de los grandes centros urbanos. Y, en relación con las cifras de salud, se incrementó el número de personas que cuentan con algún tipo de cobertura médica.
Sobre el número de habitantes censados, si bien se incrementó un 10,6% entre ambos relevamientos (2001-2010), los expertos consultados por LA NACION pronostican que el próximo censo será el que muestre el crecimiento intercensal más “pequeño de la historia”.
Población
Desde 1991 hasta el 2001, el crecimiento de la población fue del 10,1%. Esto quiere decir que el incremento promedio fue de 1,01% por año. Pero la variación intercensal entre el 2001 y el 2010 fue un poco mayor. La población aumentó un 10,6%, lo que representa un incremento del 1,17% anual. En total, el último censo registró 40.091.359 habitantes en todo el territorio.
Sin embargo, Rafael Rofman, especialista en demografía social y director del programa de Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad (Cippec), advierte que la población está envejeciendo, y señala que el número de nacimientos fue disminuyendo con los años. “El número de nacimientos bajó notablemente, por supuesto habría que ver en qué porción de la sociedad se está dando esto, pero para los resultados del censo que está próximo a realizarse yo creo que vamos a ver el crecimiento intercensal más pequeño de la historia”, argumenta el especialista.
En la Argentina, la densidad poblacional, que en 2001 era del 13%, para 2010 escaló al 14.4% y se mantuvo una distribución de la población muy despareja. Por ejemplo, en Santa Cruz, según el censo 2010, había 0,8 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que en el distrito porteño esa cifra ascendía a 14.185.
A su vez, las provincias patagónicas son las que más incrementaron su población. Santa Cruz sumó un 34,4% más de habitantes, Tierra del Fuego un 24,8% y Chubut un 22,6% entre 2001 y 2010.
La provincia más poblada del país, como era de esperar, es la provincia de Buenos Aires, con 15.594.428 habitantes, casi el 39% del país. Y, entre los 24 partidos del Gran Buenos Aires, La Matanza encabezó el ranking poblacional con 1.772.130 personas.
Educación
En cuanto a la educación, entre los dos últimos censos el analfabetismo en personas mayores de 10 años bajó del 2,6% al 1,9%. En 2010, el total de analfabetos fue de 641.828. En buena parte de las provincias el analfabetismo se distribuye de manera similar entre varones y mujeres, excepto el caso de Jujuy, en donde el número de mujeres analfabetas (11.784) duplica al de los varones (5404).
El número de personas con el secundario completo sobre el total de la población también mostró un número positivo. En 2001 era del 16,2% y en 2010 ascendió al 18,4%. “El nivel de analfabetismo va bajando porque sobre todo los analfabetos son personas grandes y por eso de a poco va en disminución. Pero una buena pregunta es qué va a mostrar el censo que viene en cuanto al porcentaje de personas que terminó el secundario. Digo esto por la deserción escolar que generó la pandemia”, señala Rofman.
Salud
Sobre la salud, el censo solo consultaba quiénes cuentan con algún tipo de cobertura médica, y en caso de tenerla, si es una obra social, una prepaga, un plan del Estado, etcétera. En ese sentido, entre 2001 y 2010 hubo un aumento del 25% en la cifra de personas que cuentan con algún tipo de cobertura médica.
Sin embargo, el censo que se realiza hoy incluirá por primera vez en el cuestionario preguntas vinculadas a si hay o no en la vivienda alguna persona con discapacidad. Por ejemplo, la siguiente será una consulta dentro del próximo censo: ¿Hay alguna persona que tenga dificultad o limitación para... ¿caminar o subir escaleras? ¿recordar o concentrarse?
Servicios públicos y viviendas
En materia de infraestructura y acceso a los servicios públicos, el Censo 2010 había demostrado avances en relación al acceso a la red de agua corriente; los hogares que dijeron contar con ese servicio se incrementaron un 3%. Al mismo tiempo, el porcentaje de hogares con necesidades básicas insatisfechas se redujo 5,2%.
Entre 2001 y 2010 también se pudo observar una disminución del porcentaje de viviendas con características deficitarias. Para ese período el descenso fue de 4,8%, a diferencia del período anterior, 1991-2001, en el que la disminución fue de 3,7%.
“En términos generales, el Censo 2010 mostró una disminución en términos absolutos y relativos de los tipos de vivienda de mayor nivel de precariedad habitacional, y un incremento de las viviendas de mayor solidez, en relación con el Censo 2001″, destaca Rosario Fassina, socióloga y coordinadora del programa Derecho a la Ciudad de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ).
Sin embargo, el censo 2010 evidenció que aún había 2.309.498 personas que residían en áreas urbanas y no contaban con la calle asfaltada, 4.484.545 no tenían alcantarillas o bocas de tormenta y 493.731 no contaban con alumbrado público.
Si bien entre 2001 y 2010 mejoró en términos generales las condiciones de las viviendas, se multiplicaron los asentamientos informales en los grandes centros urbanos. Por ejemplo, en 2001, en la Ciudad había 21 villas y en 2010 se registraron 42. Este incremento, señalan los especialistas, es mayor que el crecimiento poblacional que se dio en la Ciudad formal, donde las viviendas se escrituran y se pagan los servicios públicos. Allí, el incremento fue del 4%. Lo que más los sorprende es que los asentamientos informales crecieron, paradójicamente, a pesar de la expansión de la economía.
“Ese incremento en el número de asentamientos demuestra que aún en períodos de crecimiento económico, la población de villas sigue aumentando. Aunque las causas del crecimiento de la población en barrios populares son múltiples, estos datos nos enseñan que dicho aumento no está asociado a la baja de la actividad económica y suba de la pobreza, tal como ocurre en el período actual, sino que está mayormente vinculado a la falta de políticas que apunten a reducir el déficit habitacional y a la reproducción de prácticas que tienden a generar expulsión y exclusión del mercado formal del suelo y la vivienda”, agrega Fassina.
“A la cifra de asentamientos de 2010 se llega porque el crecimiento demográfico continuó en un contexto de poca oferta de viviendas. Fue una década muy mala en términos de desarrollos inmobiliarios, mientras que en los últimos años hubo un boom inmobiliario, por eso no creo que la cifra de asentamientos aumente de ese modo en el censo que viene”, concluye Rofman.
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