El Obelisco ya no es blanco; tiene un color "piedra París"
Concluyeron las tareas de reciclado del mayor icono porteño
El Obelisco tiene, desde ayer, una fachada renovada: ya no es blanco, sino del color llamado "piedra París". Posee luminarias nuevas y rejas recién pintadas. Lo más increíble es que a la Ciudad no le costó ni un solo peso remozar su icono más porteño, ya que fue la Cámara de Empresarios Pintores y de Restauración de la República Argentina (Ceprara) la que realizó las tareas y corrió con los gastos, como aporte a la conservación del patrimonio histórico de la ciudad.
Las obras llevaron más de tres meses y se realizaron en distintas etapas que implicaron el hidrolavado, la restauración de la estructura y la pintura de la fachada. Habían pasado ya nueve años desde la última vez que se pintó el mayor símbolo porteño. Ceprara, en esa ocasión, estuvo a cargo de las tareas, lo mismo que en 1988. La entidad absorbió todos los costos de mano de obra, incluidos los materiales y todo tipo de insumos, los seguros de obreros y de responsabilidad civil.
El titular de la cámara, Norberto Spinelli, indicó que la entidad que preside quiere "proteger el patrimonio histórico y devolverle algo, un granito de arena, a esta hermosa ciudad".
Todas las tareas fueron supervisadas por la Dirección General de Espacios Verdes, que depende de la Secretaría de Producción, Turismo y Desarrollo Sustentable porteña.
La primera etapa, el hidrolavado, comenzó el 5 de agosto último y abarcó la limpieza de todos los paramentos para eliminar todo el resto de tiza y otro tipo de suciedad.
Sin grúas ni atascamientos
Se retiró también todo el revoque flojo o no debidamente adherido a la base. Se utilizaron medios de elevación mecánicos como silletas y andamios móviles para evitar tener que interrumpir el tránsito de las avenidas 9 de Julio, Diagonal Norte y Corrientes, con grúas a la altura de la Plaza de la República.
Para pintar los lados del Obelisco se utilizó látex acrílico especialmente formulado para exteriores, y se aplicaron todas las manos necesarias hasta llegar a un espesor de 90 micrones (90 millonésimas partes de un metro).
Las tareas se realizaron bajo la supervisión técnica e inspección de obra del Departamento de Monumentos y Obras de Arte de la Dirección General de Espacios Verdes.
Este símbolo porteño fue construido en 1936, con motivo del cuarto centenario de la Primera Fundación de Buenos Aires. La plaza se erigió en el lugar donde se dice que el adelantado español Juan de Garay refundó, en 1580, la ciudad que había sido abandonada por su primer fundador, Pedro de Mendoza.
El jefe de gobierno, Aníbal Ibarra, celebró la finalización de las obras y prometió que no serán las últimas mejoras que verán los porteños, en los próximos meses, dentro del casco céntrico de la ciudad.
"En menos de tres meses renovamos por completo uno de los mayores símbolos de nuestra ciudad. Los trabajos realizados en el Obelisco, que incluyeron el lavado, los arreglos y la pintura total de su estructura sin costo alguno para los vecinos, forman parte del mejoramiento general que estamos realizando en el área central de la ciudad. En los últimos meses, completamos la revalorización de Diagonal Norte, el ensanche de las veredas de la avenida Corrientes, entre Callao y Cerrito, y las obras de recuperación de la 9 de Julio, para consolidar a una zona fundamental desde el punto de vista económico, administrativo, turístico y cultural."