Cada año, 110 millones de menores de cinco años presentan en el mundo cuadros de enfermedades diarreicas. Dos millones requieren hospitalización y 525.000 mueren. En la Argentina, en el mismo tiempo se notifican 480.000 casos de síndrome diarreico agudo, 25.000 hospitalizaciones y aproximadamente 100 muertes.
En su gran mayoría, estas enfermedades son producidas por rotavirus y norovirus (que se encuentran en alimentos contaminados y provocan vómitos y diarreas) y constituyen la segunda causa de muerte en infantes. Si bien son tratables, el diagnóstico inmediato tiene un rol estratégico para el manejo clínico, su evolución satisfactoria y el control de brotes epidémicos. La deshidratación grave y la pérdida de líquidos son las principales complicaciones, y los chicos malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayores riesgos.
Investigadores de Incuinta (la plataforma de desarrollos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) descubrieron que moléculas monoclonales y recombinantes derivadas de nanoanticuerpos de llamas de nombre VHH son capaces de neutralizar la infección viral que genera enfermedades diarreicas en chicos, jóvenes y numerosas especies animales, tales como terneros, potrillos y lechones.
"El monoclonal es la selección de un anticuerpo que va a un único lugar y que es específico. Una vez determinada la propiedad, generamos muchos y fabricamos un fármaco biológico que se pueda medir y registrar -explica Andrés Wigdorovitz, biólogo y responsable de Incuinta-. Lo que tienen de especial los VHH es que, por la forma en que se fabrican y obtienen, son 10 veces más chiquitos que los anticuerpos clásicos".
Ese tamaño y la forma que adquieren en el espacio hacen que puedan llegar a lugares a los que los monoclonales clásicos no pueden acceder. Por esta característica distintiva, se pueden aplicar de forma más económica y masiva.
Para su producción, luego de varias pruebas, los científicos resolvieron utilizar la levadura, un microorganismo en el que habitualmente se fabrican proteínas recombinantes porque se puede aplicar en alimentos funcionales que son aptos para consumo humano (probióticos). Para poder concretarlo, firmaron un acuerdo de fabricación con el Massachusetts Institute of Technology (MIT).
"Apuntamos a desarrollar un biofármaco que neutralice la infección en tres días; también una leche o yogur inmune que contenga estos nanoanticuerpos a partir de los cuales se pueden evitar los brotes -cuenta Viviana Parreño, inmunóloga y viróloga veterinaria y gerenta de producción e investigación y desarrollo de Incuinta-. El probiótico que ponés en el yogur tiene una parte del genoma que va a producir el nanoanticuerpo. Es mucho más económico que una vacuna y se puede distribuir a toda la población de manera preventiva o terapéutica".
Esta molécula también se puede expresar en arroz, a partir del cual se puede producir harina para disolver en un alimento funcional. Actualmente existen vacunas para los rotavirus, pero no hay tratamientos específicos para los norovirus. "El desarrollo servirá para tratamiento o para prevención, ya que es menos invasivo que las opciones tradicionales y más efectivo por su respuesta inmediata. Además, es inocuo, ya que la molécula nunca pasa al torrente sanguíneo y actúa en la superficie de la mucosa intestinal", agrega Parreño. A su vez, los nanoanticuerpos son tan pequeños que no generan una respuesta adversa. En un cuerpo de bajo peso, como un infante o un anciano, que fácilmente se deshidratan, podría sacarlos rápidamente de un cuadro severo.
"Todas las enfermedades son oportunistas, el organismo pelea contra ellas -explica Wigdorovitz-.Si se ataca al rotavirus, lo que va a suceder es un desplazamiento hacia el norovirus, por eso es importante tener respuestas para poder atacar los dos". Los investigadores trabajaron durante más de 13 años en este proyecto y demostraron en pruebas realizadas en cerdos gnotobióticos (con una microbiota reducida), que se hicieron con investigadores de los Estados Unidos, que los VHH protegieron a los animales contra la diarrea por rotavirus y se redujo la propagación de aquel. El INTA obtuvo una patente por los nanoanticuerpos contra el rotavirus y otra contra el norovirus, esta última en conjunto con los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos. Para ambos casos existe un acuerdo de exclusividad por seis meses con un laboratorio para realizar el ensayo clínico y la evaluación de su futura producción.
También, en articulación con el Malbrán, desarrollaron Rotadial, el primer kit diagnóstico Elisa nacional para la detección de estos virus en muestras pediátricas. Se utiliza a temperatura ambiente, sin ninguna tecnología compleja, y en dos horas se puede determinar el diagnóstico. Actualmente se está usando en 19 hospitales públicos.
El mes próximo se inaugurará en el INTA un espacio en el que van a poder hacer los prototipos funcionales y las primeras fases de proteínas recombinantes para nanoanticuerpos. "Esto significa que, para los proyectos que vengan en el futuro, nosotros podemos avanzar hasta la fase preclínica de forma correcta", dice Wigdorovitz.
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