La nueva obra de arte, de un extremo realismo, distingue a un balneario bonaerense
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MIRAMAR.– La novedad llegó en coincidencia con el fin de semana extralargo y abrió un nuevo atractivo en esta ciudad. “¿Dónde está la torre de agua?”, fue la pregunta repetida de quienes iban en busca de conocer la nueva obra de arte que ofrece este balneario, un mural de extremo realismo que mide casi 35 metros de altura y que acaba de recibir una distinción de las grandes: fue elegido como el mejor del mundo.
El reconocimiento de la plataforma Street Art Cities corresponde a los trabajos presentados durante el mes de mayo y el destinatario es Martín Ron, un artista joven pero con una producción espectacular no solo en la Argentina, sino en distintos puntos del planeta.
Es el mismo que en la ciudad de Buenos Aires estuvo detrás de los pinceles que dieron forma a un retrato gigante de Diego Armando Maradona, que luce sobre la medianera de un edificio de San Juan al 1600.
Aquí, a tono con el escenario que le ofreció el municipio, eligió la imagen de dos niños –Salvador y Nina– en traje de baño que se sumergen en el agua, logrados casi al extremo de la definición de una fotografía.
“Salvi y Nina existen, son de San Isidro, son amigos, y junto a sus padres están más contentos que este artista por el resultado que logramos con la obra”, dijo Ron a LA NACION, feliz por la distinción pero también por haber podido plasmar un trabajo que reconocía con enormes dificultades no solo por la altura del tanque, sino por su circunferencia. “En total es un plano de 35 por casi 40 metros, casi 1000 metros cuadrados de pintura”, detalló.
La técnica, además, tiene en este caso una particularidad. Habla de “anamorfosis”, que aporta la fórmula para que al pintar en circunferencia se logre el efecto buscado, en particular sobre los rostros de los niños. “Una cara se ve desde una avenida; la otra, desde la que va hacia la playa, y en un punto se logra ver a ambas como en un plano”, detalló sobre esa búsqueda que parece haber tenido un objetivo cumplido.
“¿Por qué los niños? Siempre los elijo porque me permiten trabajar sobre situaciones lúdicas, me gusta cómo funcionan en escala gigante y me permiten a partir del juego, globos y reflejos metaforizar el concepto; en este caso, en la Miramar que todos conocemos como la ciudad de los niños”, profundizó sobre este contexto que buscó porque remite de manera inmediata a la identificación que mayor parte de los argentinos tiene con las playas de esta zona.
Eugenia Bove, secretaria de Turismo, Cultura y Deportes de General Alvarado, destacó el valor que la obra le aporta a la ciudad de Miramar como nuevo atractivo turístico en el contexto de un perfil en el que este destino venía profundizando acciones.
“Hace diez años que aquí se realizan las bienales internaciones de arte y este año, como parte de la sexta edición, decidimos avanzar con un deseo pendiente que había de intervenir la torre de agua”, explicó a LA NACION sobre la génesis de esta obra, que se trabajó en 360 grados sobre la estructura tubular de este hito de la ciudad, a metros de la estación de ómnibus.
Las bienales
Las bienales, que empezaron aquí en 2013, ya le habían comenzado dar toques de color y estilo distinto a este balneario. Tienen parque propio, en el acceso por la ruta 11, en ese amplio espacio verde que se comparte con el natatorio municipal, también alcanzado por estas pinceladas. Allí lucen los murales de artistas internacionales, aunque la tendencia ganó otros espacios.
Vía variante con técnica de mosaico se intervino el nombre Miramar en gran tamaño realizado con letras de cemento, también en cercanías del ingreso por la ruta interbalnearia. Calles adentro se refuerza este objetivo por estos días en la peatonal céntrica. “Estamos haciendo murales en los locales que cierran durante el invierno, que es una política que mantenemos hace más de una década”, afirmó Bove sobre otro de los motivos relacionados con el nuevo título que se ganó Miramar hace pocos años: “capital provincial del arte a cielo abierto”, según resolución de la Legislatura bonaerense.
Ron está considerado uno de los diez mejores muralistas del mundo. En esta competencia internacional que habilita Street Art Cities ya supo de segundos puestos importantes por piezas logradas también con extrema calidad, siempre en espacios urbanos, allí donde tienen contacto e impacto directo sobre quienes transitan las calles.
Ahora está más que feliz con la obra que logró en Miramar. Le llevó casi cinco semanas de trabajo compartido con su equipo, integrado por Nicolás Dicianno, Mariana Parra, Érica Ávalos y Joaquín Cava.
A la intervención de este tanque en Miramar llegó por la moción de artistas locales y por invitación del intendente local, Sebastián Ianantuony, y del Instituto Cultural bonaerense, que apoya a la bienal. En la agenda, mientras trabaja en un túnel de Malvinas Argentinas y en un complejo de pádel de Canning, le quedan trabajos en el exterior. Y deseos de cambiarle la imagen a otros espacios que cree simbólicos con pincel, color y creatividad.
¿Cuáles? “El tanque de Caseros, el barrio donde nací y me crié”, apunta pronto. Y otros muros que lo tientan están en Mar del Plata, para hacer algo del estilo de lo que ya plasmó en Australia. “Me encantaría hacer algo con los silos del puerto”, afirma a LA NACION.
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