El mega rayo argentino que rompió el récord mundial: cómo se forma y por qué es probable que vuelva a impactar
Una doctora en Geofísica especializada en el estudio de los rayos explica para LA NACION los detalles del fenómeno meteorológico que atravesó el cielo de la Argentina y Uruguay durante 17.01 segundos
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Este martes se dio a conocer que un rayo individual que se extendió entre Uruguay y la Argentina en 2020 duró 17,1 segundos y fue, de este modo, un fenómeno que rompió el récord de duración a nivel mundial, de acuerdo con los registros de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Por su longitud nunca antes medida, el acontecimiento meteorológico fue definido como “megarrayo”.
“Normalmente los rayos no se extienden más allá de 16 kilómetros y duran menos de un segundo”, dijo Randall Cerveny, de la Universidad Estatal de Arizona, jefe de confirmación de registros de la Organización Mundial Meteorológica (OMM) y parte del equipo que publicó el informe que oficializó la existencia del citado megarrayo en la revista de la American Meteorological Society. Esto destaca el carácter extraordinario del fenómeno meteorológico que se extendió por más de 17 segundos entre cielos uruguayos y argentinos el pasado 18 de junio de 2020.
Sin embargo, es posible que el récord recientemente registrado por este megarrayo pueda ser superado en el futuro. “Va a haber nuevos récords, porque este es un fenómeno meteorológico que se está midiendo hace poco”, explica, a LA NACION, Gabriela Nicora, Doctora en Geofísica de la UNLP e investigadora del Citedef y del Conicet.
La especialista, que dedica gran parte de sus investigaciones al estudio de los rayos, señala además la importancia real que tiene este récord para la región, explica cómo se genera un megarrayo y por qué el tipo de tormentas que provocan estos fenómenos se dan con relativa frecuencia en esta zona del mundo.
La importancia del récord
“La OMM, entre todo lo que hace, realiza mediciones para mostrar récords: la inundación más grande, la tormenta más grande. En este sentido, está bien lo del récord, pero hay que tener en cuenta que el récord anterior del megarrayo también era de nuestra zona, por lo que es importante destacar que esto puede servir para entender mejor los grandes sistemas de nubes de tormenta que tenemos en la región”, explica Nicora.
“Para que exista este megarrayo tiene que haber una tormenta que mida más que eso. Un sistema, una gran mancha. Hay una actividad eléctrica muy alta en el centro y norte de la Argentina, que se ve en las grandes tormentas”, continúa.
A continuación Nicora señala que estas mediciones se realizan hace relativamente poco, desde 2018, y cuenta qué tipo de tecnología se utiliza para las mismas. “Los últimos récords fueron medidos por un instrumento que está dentro del satélite Geoestacionario GOE16, de la NASA. Es una herramienta fabulosa, porque este satélite está mirando todo el tiempo América, desde el norte hasta Ushuaia”, señala.
El satélite, a través de instrumentos como los generadores geoestacionarios de mapas de rayos, van haciendo un mapeo de los sistemas de nubes de tormenta desde arriba. “Los satélites ven la luminosidad en el tope de la nube, como pixeles que se van encendiendo uno después del otro en una misma línea. En el caso del megarrayo, esta señal empezó en una punta de la nube y se fue trasladando, por 17 segundos, a la otra punta”, agrega.
El investigador principal en el análisis de estos datos brindados por el GOE16 es Michael Peterson, del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Estados Unidos. “Lo que él hace todo el tiempo es fijarse por día donde se ve el rayo más largo. Es su trabajo”, explica Nicora.
Cómo se genera un megarrayo
La palabra “megarrayo” se utilizó desde la OMM para definir a los rayos que baten récords, tanto de duración como de distancia. Pero, en rigor, no tienen ninguna diferencia en su génesis con los otros rayos. Para la existencia de un rayo se necesita una nube “de formación vertical y ascendente”, dice Nicora. Dentro de estas formaciones nubosas hay tipos diferentes de hielos: más pequeños, en forma de cristales. Y más grandes, como granizo.
“Cuando los cristalitos chocan con el granizo, unos toman carga positiva y otros, negativa. Los vientos verticales van moviendo estos hielos. Algunos van hacia arriba, otros, hacia abajo. Cuando la diferencia de electricidad es más grande, se produce la descarga”, argumenta la especialista.
Al ser consultada sobre el por qué de la buena actividad eléctrica y los grandes sistemas de nubes de tormenta en esta región, Nicora responde: “La clave es que el sudeste de Sudamérica es una zona de convergencia de distintos factores. La humedad que viene del Amazonas baja por Jujuy y va después pegada a la Cordillera y luego, por corrientes de aire, llega hasta las sierras de Córdoba. De ahí, las nubes empiezan a crecer y se van para el este por el viento”.
Además, las nubes que se forman en este lugar del mundo alcanzan grandes alturas. “Los sistemas pueden llegar a alturas de 13, 14 kilómetros acá en la Argentina. No es algo común. Viene gente de todo el mundo a estudiar las tormentas en Córdoba. 10 kilómetros es una nube alta. Estas nubes rompen el límite de la tropopausa y se meten en la estratosfera”, destaca la doctora en Geofísica.
Va a haber nuevos récords
Gabriela Nicora asegura luego que este fenómeno de los megarrayos va a batir nuevas marcas en la región. “Va a haber más récords, porque se está midiendo hace poco. No lo hacemos hace 100 años, este tipo de medición se realiza desde 2018″.
En ese sentido, el récord anterior de la duración de un megarrayo se dio en el norte de la Argentina, el 4 de marzo de 2019, que se prolongó durante 16,7 segundos. Si se habla de la distancia recorrida por uno de estos fenómenos meteorológicos, el anterior récord ocurrió en el sur de Brasil, el 31 de octubre de 2018, y el megarrayo se trasladó unos 709 kilómetros. Actualmente, ese récord de distancia salió de sudamérica, y se dio en el sur de los Estados Unidos, donde el rayo recorrió 768 kilómetros.
Otro de los aportes que puede dejar el rastreo y estudio de estos megarrayos es entender cómo en el planeta todo está relacionado. “Es bueno que entendamos que el mundo está conectado. Una tormenta de acá está conectada con otra tormenta de otro lado. Cuando uno lo mira de afuera, trata de pensar que la tierra no es una bola no tan grande. Tratar de pensar en forma global, profundizar la idea de que todo tiene que ver con todo, es importante porque así podemos cuidarnos y entender mejor los conceptos”, explica Nicora.
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