El ingenioso método que idearon en Harvard para medir el impacto de los contagios en reuniones privadas
Un equipo de investigadores analizó la incidencia del Covid en las familias, dos semanas después de la fecha de cumpleaños de algunos de sus miembros
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NUEVA YORK (The New York Times).— En el pico de la pandemia, lo que más nos preocupaba era contagiarnos el virus de algún desconocido. Pero un nuevo estudio de lo que ocurría en los días posteriores a los cumpleaños de la gente parece sugerir que la principal fuente de propagación viral son las personas en las que más confiamos.
Para los investigadores es mucho más difícil medir el impacto de las reuniones privadas que de los encuentros públicos: al fin y al cabo, son privadas. Y hace meses que hay un feroz debate entre los epidemiólogos sobre hasta qué punto las reuniones privadas han influido en la transmisión persona a persona del coronavirus.
Pero un equipo de investigadores de Harvard desarrolló un método muy creativo para detectar los efectos de esos pequeños encuentros sociales: usando los registros de los seguros de salud, analizaron la incidencia del Covid en las familias, dos semanas después de la fecha de cumpleaños de algunos de sus miembros. El informe de los investigadores fue publicado en la revista Jama Internal Medicine, y en líneas generales revela que en los países donde la circulación del virus era generalizada, el riesgo de desarrollar Covid en los días posteriores a la fecha de cumpleaños de un integrante del grupo familiar era un 30% mayor.
La teoría de los científicos es que ese aumento del riesgo de contagio se explica, casi con certeza, por las fiestas de cumpleaños. Aunque los registros de los seguros de salud no revelan si algunos de los pacientes con Covid efectivamente habían celebrado o asistido a un festejo de cumpleaños, hay varios aspectos de los datos que indican fuertemente una conexión entre ambos hechos.
Para empezar, cuando los investigadores analizaron los otros días del año, asignando fechas de cumpleaños inventadas en vez de fechas reales, o cuando analizaron los contagios en las semanas previas a los cumpleaños, no encontraron el mismo patrón. Pero hay algo tal vez más significativo todavía: descubrieron una mayor incidencia de contagios en las semanas posteriores a los cumpleaños infantiles.
“La verdad que mi esposa y yo no veíamos la necesidad de hacer reuniones a puertas cerradas para nuestros cumpleaños”, dice Anupam Jena, profesor de políticas sanitarias de la Escuela de Medicina de Harvard y uno de los coautores del informe. Jena agrega que la idea para este estudio se le ocurrió a partir del cumpleaños de su propia hija. “Para nuestros chicos era más difícil de aceptar.”
Un festejo de cumpleaños obviamente suele implicar el apiñamiento de personas en un espacio reducido, por ejemplo, para observar de cerca cómo el cumpleañero sopla las velas de la torta.
El estudio analiza datos del año pasado, cuando Covid estaba mucho más extendido y casi no había estadounidenses vacunados. Pero sus conclusiones siguen siendo relevantes para quienes no están vacunados en la actualidad, un grupo que incluye a todos los niños menores de 12 años. Y puede ser más relevante todavía si consideramos el avance de la supercontagiosa variante delta.
Comportamiento dentro del hogar
Muchos debates políticos sobre la gestión de la pandemia se han centrado en qué hacer con los espacios públicos, por ejemplo, si se debe permitir la apertura de los salones interiores de los restaurantes o si el uso de barbijo debe ser obligatorio. Pero la realidad es que para los funcionarios públicos es mucho más difícil vigilar el comportamiento de las personas en el hogar. Y también han tenido problemas para medir el impacto de esos comportamientos privados.
K.J. Seung, jefe de estrategias y políticas de respuesta al Covid de Partners in Health, una ONG que colaboró con la implementación del sistema de rastreo de contactos en Massachusetts, dice que a los rastreadores de contactos les cuesta mucho demostrar con certeza que las personas contraían el virus en pequeñas reuniones privadas.
Las instancias públicas de exposición al virus, como el trabajo en una fábrica o una boda, han sido más fáciles de rastrear. Ya sea por vergüenza o por olvido, las personas no solían revelar que habían invitado a un primo a cenar o que habían llevado en auto a un compañero de trabajo hasta su casa. Y si lo hacían, se mostraban reacios a dar nombres.
“Las pequeñas reuniones sociales son las más difíciles de rastrear”, dice Seung. Sin embargo, “cuando hablamos con los rastreadores de contactos de todo el país, todos concuerdan: Efectivamente, la gente se contagia en estos pequeños encuentros”.
Gran parte del comportamiento social frente a la pandemia, desde el uso de barbijo hasta la aceptación de las vacunas, parece ser diferente según el partido político de la persona. Pero este nuevo estudio revela que el aumento de las infecciones por Covid debido a las reuniones de cumpleaños fue similar en las regiones republicanas y demócratas de Estados Unidos. Por lo tanto, si bien en los hogares de tendencia demócrata tal vez hayan sido más propensos a usar barbijo cuando sacaban a pasear al perro, probablemente se diferencien menos de los republicanos a la hora de invitar a los amigos de confianza a cenar a casa.
“Esa idea de que el hogar es un lugar seguro influye mucho, porque hace que cuando uno recibe a amigos o familiares en su casa simplemente no se sienta en peligro”, dice el doctor Ashish Jha, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown, y agrega que el nuevo estudio usa un enfoque “creativo” para detectar una forma de transmisión de la enfermedad que de otro modo sería difícil de medir.
En los últimos meses, para muchos estadounidenses las fiestas de cumpleaños se han vuelto mucho más seguras. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) aseguran que las personas que han completado el esquema de vacunación pueden reunirse en interiores sin riesgo y sin necesidad de usar tapaboca.
Pero para aquellos que no se han vacunado, el estudio es un recordatorio de que incluso las actividades que nos parecen más seguras representan una amenaza de contagio real. En muchas partes de Estados Unidos, los no vacunados responden a un mismo y determinado grupo social o localización geográfica, y eso hace que las fiestas de cumpleaños y otras ocasiones festivas y privadas de esos grupos sean aún más riesgosas.
(Traducción de Jaime Arrambide)
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