PUNTA DEL ESTE.- Cuando esta ciudad recién comenzaba a ser vista como un potencial lugar de recreación y disfrute de millonarios, famosos y políticos, tres empresarios vieron el potencial que significaba ampliar Punta del Este más allá de los límites. Un hotel cinco estrellas con un gran casino sería la culminación para una idea que había comenzado en 1937 con la compra de 10 lotes de 15 hectáreas cada uno sobre la playa San Rafael, que debía su nombre a una fragata española.
El hotel y casino San Rafael fue inaugurado el 11 de diciembre de 1948, en la rambla Lorenzo Batlle Pacheco, a la altura de la parada 11 de la playa Brava y cumplió 70 años el mes pasado. Demandó tres años de construcción el imponente cuerpo central de estilo Tudor, pensado por el arquitecto Octavio De Los Campos que se inspiró en los palacios europeos. Tal fue su adelanto en el tiempo que la rambla costanera de la Brava aún no estaba construida.
Ahora, tendrá una nueva vida de la mano deGiuseppe Cipriani, el empresario italiano detrás del Cipriani Ocean Resort Club Residences, un emprendimiento de lujo con casino, teatro, fuentes, spa, centro de convenciones, mirador y un pasaje subterráneo para llegar directo al mar. La obra incluye la demolición de la construcción original para levantar una réplica exacta, que será escoltada por tres edificios, uno de ellos de 67 pisos.
A mediados de siglo, durante su construcción original, era tal la desolación y lo agreste que debieron plantar pinos para poder asentar los médanos y comenzar, en 1939, la construcción de un nuevo barrio que tendría su propia iglesia, casas, parador de playa y, que menos de 10 años después se convertiría en el nuevo ícono y lugar de encuentro esteño.
Los materiales elegidos para tamaña obra también fueron traidos desde diferentes lugares del mundo: se trajeron mayólicas y sanitarios desde Inglaterra, pizarras portuguesas, parte de la carpintería se hizo con laurel chileno y aún conserva cuatro imponentes murales del uruguayo Norberto Berdía, que fueron pintados antes de su inauguración.
"El magnífico hotel contaba con 150 cuartos que se comunicaban entre sí para formar apartamentos de dos habitaciones o más, todas con baños privado, agua caliente y teléfono. Poseía un suntuoso hall de 360 metros de superficie, confortablemente amueblado, un solárium, un bar, dos comedores, un petit golf y una plaza de deportes para niños. También tenía un salón de baile y fiesta, que se hizo célebre, llamado Le Carroussel", recordó Fernando Cairo, historiador y subdirector de Cultura de Maldonado.
Este salón en particular, fue pensado para que fuera una de las joyas del lugar, con objetos únicos y de gran valor. Por su gran escenario pasarían orquestas, ballets y artistas de fama internacional como George Ulmer, Joe Cocker, Vinícius de Moraes, Rod Stewart, El "Puma" Rodríguez, Carmen Maura y Billy Idol.
El lugar también fue la vidriera de artistas rioplatenses y del mundo como Cantinflas, Raffaella Carrá, Susana Giménez, Ricardo Darín o Boy Olmi.
Pero el atractivo y que impulsó al San Rafael a ser la meca esteña fue el gran casino con su sala de juegos. Las crónicas de la época señalaban que era "...la más bonita de América, llena de color, de luz y de alegría, reuniendo en sus mesas de Ruleta y Baccarat a lo más granado de la sociedad uruguaya y extranjera, y a la más aristocrática clientela de turistas". Tal era el lujo que disponía de un juego completo de fichas de casino confeccionadas en nácar.
Los eventos que pusieron en el ojo mundial en los 60
Cuando el mundo estaba dividido en lo político, fueron los salones del San Rafael los que albergaron eventos con repercusión internacional. En 1962 se llevó a cabo el octavo encuentro de ministros de Relaciones Exteriores, de la Organización de Estados Americanos ( OEA).
Allí fue donde se debatió la expulsión, o no, de Cuba y el naciente régimen Castrista que tuvo como su enviado a Ernesto "Che" Guevara.
Cinco años después, el líder revolucionario regresaría para la Conferencia de Presidentes de las Américas y protagonizaría una de las fotos que aún hoy sigue colgada en el pasillo que conduce de los comedores al casino.
En la imagen se ve a todos los líderes debatiendo y una silla vacía, la que le correspondía al "Che" en representación de Cuba.
De ese encuentro, en abril de 1967, participaron los presidentes de Argentina, general Juan Carlos Onganía; de Brasil, mariscal Arthur Costa e Silva; de Colombia, Carlos Lleras Restrepo; de Costa Rica, Trejos Fernández; de Chile, doctor Eduardo Frei, de la República Dominicana, Joaquín Balaguer; de Ecuador, doctor Otto Arosemena; de El Salvador, Fidel Sánchez; de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson; de Guatemala, Julio Montenegro; de Honduras, general Osvaldo López; de México, Gustavo Díaz Ordaz; de Nicaragua, general Lorenzo Guerrero; de Panamá, Marco Robles; de Paraguay, general Alfredo Stroessner; de Perú, arquitecto Fernando Belaunde Terry; de Trinidad y Tobago, Eric William; de Uruguay, general Óscar D. Gestido; y de Venezuela, doctor Raúl Leoni; así como el representante de Haití, embajador Arthur Bonhome.
En su máximo esplendor llegó a tener hasta una boutique, peluquería y cerca de 500 empleados que vivían en los edificios situados detrás del hotel o en las habitaciones que había en las buhardillas en la parte más alta del complejo, casi pegadas al tejado.
Un ícono rioplatense
"No fue solo importante para Punta del Este sino para toda América Latina, que no contaba aún con hoteles de esta envergadura", dijo el empresario, Alfredo Etchegaray y recordó: "A principios del 1900 los médicos recomendaban a los argentinos a venir acá para tratar enfermedades respiratorias".
Para el hombre, que transitó los diferentes salones del San Rafael durante décadas lo que le permitió destacarse fue ser un hotel casino. "Como no había muchos en varios lugares de Argentina y Brasileño, eso lo ayudó", recordó.
"Durante muchos años fue el punto de encuentro de Punta del Este, como es La Huella hoy en José Ignacio", comparó el hombre y luego habló sobre el principio del fin del castillo que recordaba las construcciones del medioevo. "Hasta el 1997 estuvo así, como punto de encuentro. Pero al perder la concesión de Casinos del Estado y con la llegada del Conrad, se comenzó a apagar", dijo Etchegaray.
Al ser consultado sobre sus recuerdos del San Rafael, dijo: "Las grandes mesas de buffet de aquella época, eran lo que hoy es la gastronomía de autor".
El recuerdo de medio siglo de gloria
"Era mí casa y quería que los huéspedes se sintieran como en la suya. Por eso manejaba de cerca cada sector. No queríamos ser un hotel frío. Queríamos ser un segundo hogar", dijo Yolanda Manoukian de Merlo, quien fuera la última dueña del hotel, que compró cuando las deudas lo agobiaron en 1968. Mientras acomodaba fotos y recuerdos dentro del hall del hotel que cerró en 2014, Yolanda comenzó a recordar algunos de los visitantes ilustres que le tocó recibir.
"Uno recuerda mucho a los reyes de España a Christopher Lambert, Rita Hayworth, Ava Gardner, Niki Lauda y Omar Sharif. Como así también a la orquesta de Viena", contó Yolanda como repasando en su memoria el más de medio siglo vivido entre esas puertas.
La mujer octogenaria explicó: "Comencé a trabajar en la década del 50 acá y fue el trabajo que más hice en mi vida. Arranqué a los 16 años y nunca abandoné el hotel. Es como mi casa".
Fotos: Diego Lima / Enviado Especial
Edición Fotográfica: Enrique Villegas
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