Acá también los remaches, la austera elegancia del hierro, la firma de un ingeniero francés que, desde París, embarcaba sus creaciones hacia el mundo entero. Más de 10.000 kilómetros separan a la Torre Eiffel, la creación más famosa de Alexandre Gustave Eiffel, del edificio El Forjador, en San Telmo, pero los une algo más que las marcas distintivas de su diseñador: las numerosas visitas que reciben.
Aunque no llega a los seis millones de visitantes que se acercan a la Torre Eiffel cada año, esta estructura levantada sobre la calle Perú, entre México y Venezuela, también reúne una clientela fiel todos los fines de semana, aquellos que asisten al Club Museum, establecido allí desde hace dos décadas.
La historia de El Forjador es similar a la de la otra decena de edificios diseñada por el francés desperdigados en América Latina. Las piezas de hierro (capiteles, cabreadas y columnas, entre otras) fueron creadas en sus talleres parisinos y cruzaron el Pacífico para ser ensambladas también en países como Bolivia, Chile y Perú. Inaugurado en 1906, esta construcción de 2000 m2 cuenta hoy con cinco niveles (uno agregado por sus actuales inquilinos), de los cuales tres están habilitados al público.
Su nombre tiene que ver con su función original, una fábrica de molinos de viento y herramientas rurales. Sin embargo, con los años sirvió muchos propósitos: fue depósito, hospedó remates de telas e incluso estuvo abandonado. En 1989, se convirtió en parte de la historia del rock cuando sirvió como set de filmación de En la ciudad de la furia, la canción con la que Soda Stereo conquistó las listas de éxitos en toda la región.
A finales de los 90, se hizo un rediseño interno del local para convertirlo en un salón de eventos (la fachada no se puede alterar sin permiso porque se trata de un monumento histórico tanto nacional como municipal). Maxi Lartigue, director de Marketing de Museum, contó que la crisis de 2001 obligó a cambiar la estrategia. "A partir de ese momento se empezó a repensar el proyecto para que sea un multiespacio, con discoteca y sala de recitales", dijo.
El boliche, que tiene capacidad para unas 1950 personas de pie, abre viernes y sábados y también sirve a menudo como escenario para la visita de importantes artistas extranjeros, como Franz Ferdinand, Ricky Martin, Cypress Hill y Die Toten Hosen, entre otros. La mayoría de los que acuden a este lugar desconocen su rica historia y un pasado musical que incluso antecede a la construcción, dado que el terreno solía ser parte del solar de Vicente López y Planes, autor de la letra del Himno Nacional Argentino.
Lartigue busca cambiar esta situación. "Son pocos los edificios de Eiffel en la región, queremos trabajar con la Embajada de Francia para darle una vuelta más cultural al lugar y una mayor exposición", cerró.