El hacker que cambió las notas tiene antecedentes
Lo investigan también por interceptar transferencias de dinero en 2013
El joven de 21 años qué está bajo la lupa de la Justicia sospechado de haber hackeado parte del sistema informático de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) para cambiar sus calificaciones tiene una investigación en curso por una supuesta intercepción de transferencias electrónicas de dinero en 2013.
Con ese dato se encontraron los investigadores cuando avanzaron con la identificación de Christian Cámara, el presunto responsable de violar la seguridad informática de la universidad.
Manuel Romero Victorica (uno de los abogados de las hijas del fallecido fiscal Alberto Nisman), que representó a Cámara aquella vez, dijo: "Las pericias realizadas en ese momento a sus computadoras no coincidieron con ninguna de las acusaciones".
En febrero pasado, las autoridades de la UADE denunciaron ante la Fiscalía porteña especializada en Delitos Informáticos, a cargo de Daniela Dupuy, que alguien había cambiado el registro de algunas de sus materias en el campus virtual. Según pudo saber LA NACION, el sospechoso habría procedido de dos maneras: alteró las calificaciones de las asignaturas reprobadas a aprobadas (para ello robó contraseñas a los docentes) y dio por cursadas materias a las que no había asistido. Fue una profesora la que alertó que las calificaciones no coincidían con su ficha en papel.
Los directivos de la UADE, en tanto, suspendieron al estudiante hasta que se aclare su situación. Así lo informaron a través de un escueto comunicado.
La investigación incluyó el trabajo del equipo de cibercrimen de la Policía Metropolitana. El rastreo de las distintas direcciones IP (algo así como los documentos de identidad de las computadores y teléfono inteligentes) y el cotejo de los datos trasladó a la pesquisa hasta una vivienda ubicada en la avenida Juan de Garay al 3200, en el barrio de San Cristóbal.
Allí vive el sospechoso con sus padres y su hermano menor. El jueves de la semana pasada se hizo el allanamiento. Se cortó la luz en toda la manzana -de ese modo se evitaba que el joven se conectara a una red que le permitiera borrar pruebas- y se usaron dos drones para controlar los accesos de la casa.
Daño informático
"El joven tuvo acceso a la base de datos de alumnos y docentes de la universidad. No sabemos qué información copió", indicó a LA NACION el comisionado Carlos Rojas, a cargo de la dependencia de cibercrimen de la Metropolitana.
Nicolás Durrieu, abogado que asesora a la UADE y que se presentó como querellante en la investigación, dijo a LA NACION: "No constan registros en la universidad ni en la causa que se hayan modificado otras notas de alumnos más que las de Cámara. Tampoco sobre la adulteración de tarjetas de débito o de crédito, como trascendió".
La fiscal Dupuy indicó que, por ahora, el joven está siendo investigado por el delito de daño informático, que prevé una pena máxima, excarcelable, de un año. "Esperamos el resultado del análisis de los dispositivos para saber si está involucrado en otro ilícito", agregó la funcionaria judicial que alertó que estos delitos "son cada vez más recurrentes".
Durante el procedimiento policial se secuestraron nueve servidores, una notebook, seis teléfonos celulares, pendrives, memorias extraíbles y 16 tarjetas magnéticas que son utilizadas en la UADE para el acceso de los alumnos a la universidad. Diez de ellas eran vírgenes, en tanto que las otras tenían información grabada, indicó el comisionado Rojas.
"Es ridículo pensar que mi hijo se haya cambiado sus notas", dijo el padre del joven, algo nervioso, al salir ayer de su vivienda.
De acuerdo con los trascendidos, el imputado ya se habría recibido como ingeniero en informática en la UADE, incluso habría solicitado el título, pero estos hechos demoraban el trámite, y continuaba en esa universidad como estudiante de Artes Escénicas.
Con la colaboración de Gabriel Di Nicola