El Gobierno nacional confirmó que son 21 los argentinos que están de rehenes en manos de Hamas
El gobierno de Alberto Fernández intensifica los diálogos con países de la región con el objetivo de lograr su liberación; el rol clave del canciller qatarí
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Con nueve argentinos ya fallecidos desde que se iniciara el inesperado y cruento ataque del grupo terrorista Hamas hacia el sur de Israel, el gobierno de Alberto Fernández intensifica los diálogos con países de la región, con el objetivo de lograr la liberación de 21 rehenes de nacionalidad argentina en manos de Hamas, presuntamente retenidos en la franja de Gaza.
“Estamos trabajando y dialogando con las autoridades de Israel”, contestaron a LA NACIÓN desde la Cancillería que encabeza Santiago Cafiero, una información que corroboran desde la sede diplomática israelí en Buenos Aires.
Más allá de esos contactos formales, que se extienden a la colaboración permanente entre las divisiones de Interpol de ambos países, este diario pudo saber que la diplomacia argentina tiene “contacto permanente” con Qatar, cercano a Hamas y cuya mediación permitió la liberación de dos rehenes de origen estadounidense durante el fin de semana.
El canciller qatarí, Mohamed bin Abdulrahman Al-Thani, es el interlocutor de las autoridades argentinas, al igual que sus pares de Egipto y Turquía, que tienen vínculos con Hamas, además de la Cruz Roja, encargada de velar por la integridad de los 220 rehenes israelíes y de otras nacionalidades, secuestrados en Gaza desde el sábado 7, cuando se desató el violento ataque de Hamas sobre kibutzim y poblados del sur de Israel, que dejó centenares de muertos y heridos.
Los vínculos con Qatar se extienden a lo económico, ya que el ministro de Economía, Sergio Massa, consiguió en agosto un préstamo de ese país por U$S 580 millones en derechos de giro, equivalentes a 775 millones de dólares, para reforzar las alicaídas reservas del Banco Central.
El canciller turco, Hakan Fidan, que se muestra tan crítico de Israel como su par qatarí, blanqueó sus diálogos con Cafiero en sus cuentas de las redes sociales. Sin entrar en consideraciones sobre el conflicto, desde el Gobierno argentino afirman que estos países “están dispuestos a ayudar” para la liberación de los rehenes de nacionalidad argentina. De todos modos, reconocen las dificultades que enfrentan, dado que-como afirmara el Presidente en su encuentro vía zoom con familiares de secuestrados-”no tenemos representación en Gaza ni negociamos nada con Hamas”.
Quiénes son los argentinos desaparecidos
Fuentes diplomáticas de ambos países coinciden en que los argentinos con “paradero desconocido” son 21, aunque rechazan divulgar sus nombres por cuestiones de seguridad.
LA NACION logró reconstruir algunas de las historias de los argentinos de los que no hay rastros y son buscados desesperadamente por sus familiares y amigos.
La familia Marman fue secuestrada del kibutz Nir Yitzhak, situado a unos diez minutos de la Franja de Gaza; a tres kilómetros y 900 metros, precisamente. Hasta el sábado del feroz ataque de Hamas, allí vivía Clara Marman, de 63 años, que hace 42 había llegado a Israel. Estaban de visita su pareja, Luis Har (70 años); su hermano, Fernando Marman (60) y su hermana, Gabriele Leimberg (59) con su hija Mia Leimberg (17).
Lo último que Clara logró avisarles a sus hijas –Mayan (39) y Gefen (36)– fue que habían entrado a su casa. El relato fue minuto a minuto, por WhatsApp. Una foto del refugio cerrado con una silla y un palito, el aviso de que estaban entrando en la casa de su vecino, y después escribió: “Están en casa, están rompiendo cosas”. A las 11.15 de aquel sábado se cortó la comunicación y desde ese momento no tienen más noticias.
De ese mismo kibutz también desapareció Lior Rudaeff, de 61 años, que integraba con otros cuatro hombres el escuadrón de emergencia de la comunidad y cuando sonaron las alarmas la mañana de ese sábado salieron a defenderlo.
Ron Sherman también llegó a avisarles a sus padres que los terroristas habían ingresado a la base israelí donde se encontraba. Cuatro horas después, vieron cómo se llevaban a su hijo en un video difundido por Hamas. Se enteraron de que estaba vivo, o al menos que se lo habían llevado vivo. “Desde ese día, cambió nuestra vida”, sentenció a LA NACION su padre, el argentino radicado en Israel Alex Sherman.
Hacía un año que el adolescente de 19 años, que tiene nacionalidad israelí-argentina, estaba en el ejército. No combate, sino que se ocupa de los permisos para la entrada de mercadería. Como es asmático, después de hacer un pequeño entrenamiento lo asignaron como coordinador de esa base por donde pasaban mercaderías, medicina y personas que necesitaban ser hospitalizadas. “Ese es uno de los problemas, lo raptaron sin su medicamento”, señaló su padre, que se mudó a Israel cuando tenía los 13 años.
Ofelia Feler de Roitman, una señora de 77 años que llegó al kibutz Nir Oz en 1985, llegó a contarle a su hijo que escuchaba ruidos muy cerca suyo. Su esposo Héctor estaba en el hospital por una operación de cadera. Ella estaba sola en su hogar cuando comenzaron los bombardeos.
En ese mismo kibutz, ubicado a poco más de dos kilómetros de distancia de la valla perimetral que delimita la Franja de Gaza, también vivía Iair Horn, que estaba con su hermano menor, Eitan, en el momento del ataque. El padre de ambos, Itzik Horn, es un periodista argentino que desde hace más de 20 años se instaló con su familia en Israel. “¿Estás en el refugio?”, le preguntó a Iair y nunca obtuvo respuesta. Luego se enteró que sus dos hijos estaban juntos.
También ingresaron a la casa de Karina Hengelbert, de 54 años, nacida en la ciudad de Córdoba que residía en Israel hace tras décadas. Había llegado a resguardarse en la habitación de seguridad de su casa, con su esposo Ronen Engel, de 54, y sus hijas Mika, de 19, y Yuval, de 11.
Nueve fallecidos
En muchos casos son los mismos familiares de los argentinos que residen en Israel quienes alertan sobre la muerte de sus allegados. José Luis Silberman, de 67 años, que se encontraba desaparecido en Israel tras el ataque de Hamas del 7 de octubre, fue hallado muerto el sábado pasado.
Matías Burstein, de 41 años, según relató su mamá, Fanny Burstein, fue asesinado “a sangre fría” por Hamas. Junto a su mujer, habían asistido al festival de música electrónica por la paz, donde Israel confirmó que hallaron 260 cuerpos, y fueron acribillados en su auto mientras intentaban escapar.
Entre las víctimas también se encuentran Silvia Mirensky (80), que vivía en un kibutz a 17 kilómetros de Gaza y no pudo salir del cuarto de seguridad de su casa que se incendió en medio del ataque, Rodolfo Fabián Skariszewski (56), que residía en Moshav Ohady, Abi Korin, hijo de un referente de la comunidad judía argentina, y Ronit Rudman (55), que vivía hacía 35 años en Jerusalén y estaba casada con Roland Sultan, quien también falleció durante un atentado.
Hasta hoy son 725 los argentinos rescatados por el operativo “Regreso Seguro”, repartidos en tres vuelos distintos. Las tareas fueron coordinadas entre la Cancillería argentina, el Ministerio de Defensa y Aerolíneas Argentinas. El Gobierno implementó un puente aéreo entre Tel Aviv y Roma, con los aviones un Hércules C-130 y un Boeing 737 pertenecientes a la Fuerza Aérea Argentina, para rescatar a los connacionales que estaban en Israel como residentes o turistas y que fueron sorprendidos por el feroz ataque de Hamas. Los tres vuelos llegaron a la Argentina desde la capital italiana en aviones de Aerolíneas Argentinas.
Con la colaboración de Lucila Marin
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