El fúbol que nos une...
Por recomendación de un cliente habitual, con quien nos conocemos hace años, fui a llevar a un señor amigo suyo que necesitaba llegar a Ezeiza, para tomar el avión que lo trasladaría a Miami. Después de haber dejado a este señor en el aeropuerto, fui hasta el sector de arribos respondiendo a un mensaje recibido telefónicamente días antes ya que coincidía en el horario con la llegada con unos pasajeros, cuatro de origen español que venían a conocer, en primer término, nuestra Buenos Aires y luego visitarían otras ciudades importantes de Argentina. Eran las 7.30, cuando subieron al taxi y me contrataron para todo el día con el propósito de recorrer lugares emblemáticos de nuestra Capital.
Estas personas eran dos matrimonios ciudadanos de Catalunya y, por consiguiente admiradores, del Fútbol Club Barcelona y de Lionel Messi. Mis pasajeros eran: Jordi y Begoña junto con Jaume y Nuria, de cuyas historias particulares me voy a referir en próximas notas.
Comenzamos nuestro periplo turístico dirigiéndonos hacia San Telmo. Allí paseamos por distintos lugares del barrio. Los llevé a conocer La Casa Mínima, en el pasaje San Lorenzo, luego al Zanjón de Granados, el Pasaje de la Defensa y la Iglesia Ortodoxa Rusa, con sus cúpulas celestes en forma acebollada. También visitaron la Iglesia de San Pedro Telmo.
Eran aproximadamente las 13.30 cuando el grupo decidió que era buen momento para hacer un alto e ir a almorzar. Dado que yo también estaba invitado y de acuerdo a las conversaciones ya mantenidas, como tenía un perfil de cada uno, resolví llevarlos a un restaurante muy particular y de neto corte futbolero. Fuimos hacia la esquina de Lavalle y Mario Bravo. Allí está La Popular, un sitio donde se puede comer fundamentalmente unas exquisitas picadas, además de carnes a la parrilla, acompañado todo esto por excelentes vinos. Contemplamos la gran cantidad de camisetas de fútbol que cuelgan de los techos semiabovedados así como la antigua colección de balones de cuero, además de otros elementos siempre vinculados al balón pie que se exhiben en sus paredes, con firmas de personajes famosos que han pasado desde 1988 por el restaurante. En las fotos que ilustran la nota podrán apreciar el local y su particular interior. Destaca, en una de sus vidrieras con vista a la calle Mario Bravo, una oración que dice lo siguiente: "El fútbol, desde la vivencia de La Popular, pasión, amor y odio, descontractura, expresividad, sangre y sudor. El choripán sin igual, la previa. La vuelta, el copetín, la picada, el asado del domingo y el fútbol más tarde. La noche para revivir la gloria o la pena".
Durante el almuerzo continuó la conversación, disfrutando de una hermosa comida en agradable compañía. Debo aclarar que, durante la comida, sólo tomé bebidas gaseosas, dado que luego tenía que seguir manejando.
Les sugiero a los lectores que se hagan de un ratito y pasen por La Popular y se encontrarán con un lugar muy acogedor y con la hermosa escenografía futbolera que tanto identifican al argentino.
En próximas notas relataré algunas de las historias de estos cuatro amigos, que se han quedado admirados por la belleza arquitectónica de nuestra ciudad y de nuestro país en su totalidad.
Hace pocos días recibí un mail desde Barcelona donde me agradecieron el recorrido que hicimos, comentándome sobre los otros lugares que visitaron: Calafate, Bariloche, Cataratas, etc.
Será hasta nuestro próximo encuentro.
La respuesta de la semana pasada
La foto publicada en la nota anterior y que ningún lector descubrió, se encuentra emplazada en una plazoleta sobre la calle Pavón, en su cruce con la avenida Chiclana y Esteban de Luca. Nos muestra la imagen del poeta y dramaturgo rioplatense, nacido en Uruguay, el recordado Florencio Sánchez, que fuera quién bautizó a los vendedores de periódicos como Canillitas.
¿Qué lugar de la Ciudad es?; deje su respuesta. El lunes próximo, se revelará la incógnita
Carlos Guarella hace 15 años que es taxista y remisero. Su profesión original es Dibujante, Ilustrador y Diseñador Gráfico. Además es historietista y estudió con maestros del dibujo como Alberto Breccia y Hugo Pratt. También es Maestro Mayor de Obras. Trabajó muchos años como diseñador para importantes laboratorios medicinales, desarrollando literaturas, folletería y packaging. Integró la Asociación Argentina de Promotores Publicitarios y fue editor y director de la revista "Horas de Radio", un mensuario de 10.000 ejemplares que se vendía en todos los kioscos de Capital y GBA. Fue productor y conductor de varios programas radiales en distintas emisoras y columnista. Sus placeres: manejar automóviles; dibujar, escribir y la hacer radio. Tiene 66 años y el auto que maneja en la actualidad es un Chevrolet Corsa Wagon. Trabaja al volante 12 horas diarias. cware42@gmail.com
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