El fin de la violencia es política de Estado
La Argentina está de luto. Desde que comenzó octubre, cada día una persona fue asesinada por el hecho de ser mujer. Son cifras alarmantes, sí. Pero son las vidas truncadas detrás de esos números lo que nos conmueve. Es la forma brutal en la que matan a las mujeres lo que nos duele, es la injusticia que encierra la violencia de género lo que nos impulsa a decir basta. La imponente manifestación de ayer lo demuestra. La sociedad ha dejado un mensaje: no toleramos más femicidios. Nos queremos libres, empoderadas, vivas.
La violencia contra las mujeres tiene su origen en la desigualdad estructural, naturalizada por una cultura que las pone en un lugar de subordinación respecto de los hombres. Desandar el camino que durante siglos ha trazado el patriarcado es un desafío que requiere el compromiso de toda la sociedad y la fundamental acción del Estado.
Desde el 10 de diciembre, estamos trabajando para dar respuestas integrales. Así, a través de la única línea nacional gratuita y confidencial (la 144), ponemos nuestros equipos a disposición de las mujeres en situación de violencia; diseñamos políticas para el efectivo cumplimiento de la ley 26.485, materializadas en el primer Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, entre otras múltiples acciones que ponen en evidencia que el fin de la violencia contra las mujeres es política de Estado. Sabemos que falta. Pero tenemos la convicción y la responsabilidad de trabajar para garantizarles a las mujeres el derecho a vivir una vida libre de violencia.
La autora es presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres
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