
El ex número 10, en la noche de Giordano
PUNTA DEL ESTE.- Llegaron hasta la punta de la pasarela, vestidas con pantalones cortos, la camiseta del seleccionado nacional y una pelota de fútbol en la mano. No mostraban la sonrisa permanente y obligada de las demás modelos. No eran modelos. Estaban serias, emocionadas y al borde del llanto. Más aún cuando Roberto Giordano dijo: "Ahí van las hijas de mi gran amigo Diego".
Dalma Nerea y Giannina Dinorah Maradona dieron la vuelta, aplaudidas y, sin realizar ningún saludo al público desaparecieron tras las bambalinas. La música se detuvo y se escuchó un mensaje que el ex jugador enfermo grabó en Buenos Aires: "Sé que a veces tengo momentos malos y por eso quiero agradecer infinitamente a Roberto por tenerme en su corazón y dejar que las chicas desfilen para nuestra alegría".
Esta vez, el nombre de Diego, quien solía presenciar los desfiles y el paso de sus "nenas", no causó manifestaciones eufóricas por parte del público joven, sino más bien de respeto por la situación.
Fue al promediar la noche cuando, como cierre del emotivo momento, el peinador exaltó: "¡Vamos, Diego; hacé el mejor gol de tu vida!" La noche había comenzado con las plateas cubiertas como nunca y, en la primera fila, el infaltable Carlos Perciavalle, con su pelo amarillo, casi color mostaza, el gitano Joaquín Cortés, el reconocido Christopher Lambert y, a un par de metros, Ricky Maravilla.
Comienza el show
Más que nunca, la rara mezcla de personajes, miles de efectos especiales y una parte del público desesperada por ver de cerca a las modelos, fotografiarse con sus ídolos y, decenas de chiquilinas intentando estamparle un beso al galancito de moda.
El gran show de Roberto Giordano arrancaba y las luces caían sobre Valeria Mazza. La seguían otras diez primeras modelos, cubiertas con gasas transparentes o, más bien descubiertas. Enseguida hizo punta Daniela Cardone, un símbolo de la sensualidad dentro del mundo de las pasarelas. "Allí vienen más peinados", dijo la co-conductora Teté Coustarot, cuando en realidad nadie miraba el pelo "a la garçon" de Cardone, sino su cuerpo desvestido y apenas tapado por unas pinceladas de pintura brillante.
"Es el nuevo látex -explicó Giordano-, que suaviza la piel y sale como una lámina." Así, de salida nomás, el único desfile que arrastra tanto a mujeres como a hombres, volvía, impúdico, a conquistar Punta del Este. Enseguida, un puñado de modelos que promocionaban la marca Kellogg´s ingresaron envueltas en túnicas amarradas a unos racimos de globos inflados con gas. Sucedió lo que todos se imaginaron: los globos se llevaron los trapos al cielo y las chicas se quedaron con lo puesto, que era muy poco.
El desfile, por problemas técnicos derivados de una fuerte tormenta que hubo hace unos días, había empezado tarde y, más tarde, llegó el empresario Francisco Macri, que rodeado por los fotógrafos distrajo la atención de lo que en ese momento se mostraba. "Se acaba de separar de Flavia -recordó una mujer que hacía comentarios acerca de todo-. Pero... ¿saben la casa que le dejó?", agregó con su chismosa sabiduría.
Enseguida apareció en la pasarela la colección de lencería de Karina Rabollini, con ella en persona luciendo un sofisticado conjunto de bombacha y corpiño verde: "¡Miren cómo la mira Daniel!", apuntó la misma comentarista refiriéndose a Scioli, el ex marido de la modelo, quien tampoco faltó en la primera fila.
Hubo más show, más comentarios. Y el cierre, como es habitual, con las novias. Y la habilidad de Giordano para sorprender, más alla de los peinados y del infaltable "muevan las cabezas" con que invita a sus modelos.