De EE.UU. a Chaco: el médico que viajó para operar gratis
CÓRDOBA.- El norteamericano John Barker es un referente mundial en cirugía reconstructiva que, casi por casualidad, se graduó en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Quedó tan enamorado de esta ciudad que cada tanto viaja desde los Estados Unidos hasta aquí. Sin embargo, este regreso al país es diferente: junto con un colega, en un hospital de Roque Sáenz Peña, en Chaco, practicó 52 cirugías en forma gratuita.
A los 63 años -"aunque me siento un estudiante", dice-, Barker regresa periódicamente a esta ciudad. Este año, además, acompañó a otro médico y colega, Larry Nichter, para practicar las cirugías en el hospital público 9 de Julio de Roque Sáenz Peña. "No soy un héroe. Soy parte de un equipo. La Fundación Plásticos lleva realizadas 96 misiones en el mundo. Esta es la primera en la Argentina y ya estamos pensando en regresar", señala a LA NACION.
Barker creó la Fundación La Voz del Exterior e invitó a sumarse a médicos recibidos en la UNC que estuvieran radicados en los Estados Unidos para promover becas y ayudas. Cumplió el objetivo con aportes de sus colegas y, en los últimos años, con donaciones propias. Por estos días estuvo en Córdoba y retomó la idea, incluso con más fuerza y ambiciones.
Nichter, presidente de la Fundación Plásticos en California, cada año realiza cirugías reconstructivas a cientos de personas de escasos recursos. La ONG hizo operativos en Honduras, Guatemala, Tíbet, Vietnam y África. "Andan por todo el mundo y hace unos meses vinimos a hacer el estudio de campo en San Luis y Chaco. Nos decidimos por la segunda opción, donde hicimos 52 cirugías".
La educación cambia vidas y por eso sigo y doy charlas e insisto en que los médicos debemos investigar, en que sin ciencia somos curanderos, y sin arte, sin alma, tampoco tenemos sentido
Barker participó del equipo de 10 médicos de los Estados Unidos y el plantel de cirujanos del hospital público chaqueño. Atendieron a pacientes de escasos recursos.
"Elegimos casos complejos, de labio leporino a quemados o afectados por deformaciones congénitas -cuenta Barker-. La misión, además de ayudar, busca enseñar. Se hacen dos o tres viajes hasta que los médicos locales aprenden. En Chaco eran cirujanos jóvenes, con ganas, con hambre de aprender y mucha voluntad. Aunque en el hospital hubo huelga, estaban de 7 a 22 con nosotros, sin cansancio y con ganas".
El objetivo es regresar a otro lugar en unos meses. "Cuando hice este tipo de viajes por mi cuenta, con otra gente, no me iba satisfecho no por los 60 pacientes que lográbamos operar, sino por los 300 que quedaban en la fila. Eso me desesperaba. Por eso, es crucial empezar el ciclo, ayudar a formar. Educar y educar para que en unos años, cuando digamos que vamos a venir, nos digan que no hacemos falta, que hay suficientes especialistas en el país".
Casualidades
El padre de Barker era un pastor mormón cuando llegó a la localidad bonaerense de San Nicolás. Allí conoció a María Luisa Guevara, abandonó su función y formaron una familia. Tuvieron nueve hijos. Luego se radicaron en los Estados Unidos y cuando se divorciaron ella regresó a la Argentina y se instaló en Córdoba.
"Después de recibirme era tan importante la experiencia de haber vivido en la Argentina que el título era un aspecto más. Los amigos, la vida social, todo era muy fuerte. Me fui a Alemania a hacer un posgrado, pero con la idea de regresarle algo a la universidad que tanto me había dado", señala.
La misión, además de ayudar, busca enseñar. Se hacen dos o tres viajes hasta que los médicos locales aprenden. En Chaco, nos encontramos con cirujanos jóvenes con hambre de aprender y mucha voluntad
A comienzos de los 90, de regreso en los Estados Unidos, creó La Voz del Exterior, junto a otra médica argentina, Silvia Pirángeli. "Mi idea era abrirles oportunidades a los estudiantes y la de ella, mandar equipos médicos al país. Las unimos y empezamos. Lo primero que hicimos fue una donación a un hospital chico de Buenos Aires", recuerda.
Para ofrecer becas consultaron a dos médicos que Barker considera sus mentores, Norberto Allende y Pedro Saracho Cornet. Les aconsejaron diseñar una suerte de examen y premiar a los que lograran los mejores resultados. Así nacieron las Olimpíadas Médicas que aún hoy se hacen en Córdoba.
"Me contacté con 380 médicos recibidos en Córdoba que ejercían en los Estados Unidos y les propuse contribuir con US$100 al año. Unos 250 respondieron y enviaron el dinero. Así mantuvimos las becas por una década y, además, varias compañías se convirtieron en donantes tanto de recursos como de equipos. La Voz del Exterior se convirtió en una fundación".
El rol de la educación
Los compromisos profesionales y una nueva mudanza determinaron que Barker transfiriera la fundación a un colega de Chicago hace unos años. "Hace tres años vine a una conferencia en Córdoba y cuando vi que las Olimpíadas seguían, pero que los premios que entregaban eran libros, puse yo el dinero y lo doné a la facultad para que por seis años garantizara dos becas de seis semanas, una en Yale y otro en mi instituto en Alemania [en la Universidad Goethe en Fráncfort]".
Después de su visita a Córdoba, el objetivo es ampliar el contacto a los 1800 médicos argentinos residentes en los Estados Unidos y reiniciar La Voz del Exterior con becas y misiones médicas para, como dice, "colaborar en procedimientos y hacer docencia en la Argentina". Y agrega: "Fue una experiencia entusiasta y que funcionó muy bien. La vamos a repetir".
"¿Si creo que mi historia puede inspirar a otros? No sé. Lo que hicimos demuestra que hay entusiasmo y ganas de participar. Podría haber dejado la docencia y dedicarme a la industria médica. Pero la educación cambia vidas y, por eso, sigo y doy charlas e insisto en que los médicos debemos investigar, en que sin ciencia somos curanderos y sin arte, sin alma, tampoco tenemos sentido".
Conocedor del sistema universitario argentino, Barker sigue sorprendiéndose de que la educación pública sea gratuita también para los extranjeros: "Eso es impensable en Europa y en los Estados Unidos; allí pagan lo que cuesta porque después de recibirse -como yo- se van a ir. ¿Por qué usar los impuestos de los argentinos para formar a quienes se van? Lo menos que podemos hacer es devolver algo de la manera que podamos", indica.