El Estado debe hacer lo que hay que hacer
Más allá de la imprescindible necesidad de contar con cifras de accidentes de tránsito oficiales que nos ofrezcan la precisa información sobre todos los siniestros viales, graves y leves, sus causas y circunstancias detalladas, que resultan necesarias para la máxima eficacia de las medidas de prevención aplicables, lo cierto es que en los últimos 25 años la Argentina no ha logrado disminuir sus muertos en el tránsito. Esto contrasta con los países exitosos en seguridad vial que, por mencionar algunos, redujeron las muertes en igual período: Suecia, 63%; Holanda, 59%; los Estados Unidos, 27% y España nada menos que 81%.
El Estado argentino asumió el compromiso internacional ante la ONU (2011/2020) -como la mayoría de los Estados del mundo- de disminuir durante el Decenio de Acción para la Seguridad Vial, el número de muertos en un 50%. Hasta ahora, transcurridos ya seis años, de acuerdo a las cifras de Luchemos por la Vida, las víctimas fatales no disminuyeron significativamente, y según las últimas oficiales disponibles, aumentaron ligeramente. No se aprecian avances sustentables que acarreen una disminución importante del número de muertos y heridos.
Para recorrer el camino de los países exitosos en seguridad vial hay que poner en práctica una política seria y eficaz para lograr cambios de conductas esenciales, resultando imprescindible generalizar los controles eficaces en calles y rutas, con las consecuentes sanciones efectivas a los infractores para lograr: el uso permanente de los cascos en motocicletas y bicicletas; el cumplimiento de los límites de velocidad y evitar el uso del celular al volante, entre otras. También se deberían incorporar a nuestro Código Penal los delitos contra la Seguridad Vial, que establezcan penas de prisión para los transgresores muy graves. En síntesis, se trata, de una vez por todas, de hacer lo que hay que hacer.
Presidente de Luchemos por la Vida