Una empresa textil taiwanesa busca revolucionar la industria mundial, reducir la huella de carbono y contribuir al ecosistema a través de un nuevo sistema
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En un pequeño rincón de la zona rural de Taiwán, en medio de otras casas de teñido textil y pequeñas fábricas, la empresa emergente Alchemie Technology se encuentra en la fase final de la implantación de un proyecto que, según afirma, revolucionará la industria textil mundial y reducirá su huella de carbono.
El emprendimiento con sede en Reino Unido se centró en una de las partes más sucias de la industria textil (el teñido de tejidos) con el primer proceso de teñido digital del mundo. “Tradicionalmente, para teñir tejidos, se sumerge la tela en agua a 135 grados centígrados durante unas cuatro horas, es decir, litros y toneladas de agua. Por ejemplo, para teñir una tonelada de poliéster, se generan 30 toneladas de aguas residuales tóxicas”, me explica el fundador de Alchemie, el doctor Alan Hudd.
“Es el mismo proceso que se desarrolló hace 175 años en el noroeste de Inglaterra, en las fábricas de algodón de Lancashire y de Yorkshire, y lo exportamos”, señala, primero a Estados Unidos y después a las fábricas de Asia.
Grandes ventajas
Según el Instituto de Recursos Mundiales, un centro de investigación sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, la industria de la confección utiliza aproximadamente cinco billones de litros de agua cada año simplemente para teñir telas. La industria, a su vez, es responsable del 20% de la contaminación hídrica industrial del mundo, al tiempo que también utiliza recursos vitales como el agua subterránea en algunos países. También tiene una enorme huella de carbono de principio a fin, o alrededor del 10% de las emisiones globales anuales, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Alchemie dice que su tecnología puede ayudar a resolver ese problema. Su máquina, llamada Endeavour, puede comprimir el teñido, secado y fijación de telas en un proceso mucho más corto y que ahorra agua. Endeavour utiliza el mismo principio que la impresión por inyección de tinta para aplicar el tinte de manera rápida y precisa sobre y a través de la tela, según la empresa.
Los 2800 dispensadores de la máquina disparan aproximadamente 1200 millones de gotas por metro lineal de tela. “Lo que estamos haciendo es registrar y colocar una gota, una gota muy pequeña, de forma precisa y exacta sobre la tela. Y podemos encender y apagar estas gotas, como si fuera un interruptor de luz”, afirma el doctor Hudd.
Alchemie señala que este proceso permite grandes ahorros: reduce el consumo de agua en un 95%, el consumo de energía hasta en un 85% y trabaja de tres a cinco veces más rápido que los procesos tradicionales. La empresa, que inicialmente se desarrolló en Cambridge, ahora está en Taiwán para ver cómo funciona Endeavour en un entorno real.
“Reino Unido está muy desarrollado en proyectos de I+D y en inventar cosas nuevas, pero, sin duda, si quieres pasar a la comercialización, tienes que ir a las fábricas reales”, explica Ryan Chen, el nuevo jefe de operaciones de Alchemie, que tiene experiencia en fabricación de textiles en Taiwán.
Otros proyectos
Alchemie no es la única empresa que está intentando un proceso de teñido prácticamente sin agua. La empresa textil china NTX desarrolló un proceso de teñido sin calor que puede reducir el uso de agua en un 90% y el tinte en un 40%, según su sitio web, y la start-up sueca Imogo utiliza una “aplicación de pulverización digital” con beneficios medioambientales similares. NTX e Imogo no respondieron a la solicitud de entrevista de la BBC.
Kirsi Niinimäki, profesora de diseño que investiga el futuro de los textiles en la Universidad Aalto de Finlandia, dice que las soluciones que ofrecen estas empresas parecen “bastante prometedoras”, aunque añade que le gustaría ver información más específica sobre cuestiones como el proceso de fijación y estudios a largo plazo sobre la durabilidad de los tejidos. Pero aunque es pronto, Niinimäki indica que empresas como Alchemie podrían traer cambios reales a la industria: “Creo que todos estos tipos de nuevas tecnologías son mejoras. Si se puede utilizar menos agua, por ejemplo, significa por supuesto menos energía y quizás incluso menos productos químicos, lo que sin duda supone una enorme mejora”.
En Taiwán, todavía quedan algunos problemas por resolver, como el funcionamiento de la máquina Endeavour en un clima más cálido y húmedo que el de Reino Unido. El gerente de servicio de Alchemie, Matthew Avis, que ayudó a reconstruir Endeavour en la nueva ubicación de su fábrica, descubrió que la máquina debe funcionar en un entorno con aire acondicionado, una lección importante dada la gran cantidad de fabricación de prendas de vestir que se realiza en el sur de Asia.
La empresa también tiene grandes objetivos para 2025. Después de su prueba con poliéster en Taiwán, Alchemie se dirige al sur de Asia y Portugal para probar sus máquinas, también con algodón. Y tendrán que averiguar cómo ampliar Endeavour.
Las grandes empresas de moda como Inditex, propietaria de Zara, trabajan con miles de fábricas. Sus proveedores necesitarían cientos de Endeavour trabajando juntas para satisfacer su demanda de teñido de telas. Y esa es solo una empresa: habrá muchas, muchas más que la necesitarán.
Por Erin Hale
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