El enojo de los pasajeros en Aeroparque y Ezeiza: "No sé cómo explicarles a mis hijas que no vamos a viajar"
Un piloto cruza la puerta de entrada al Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery y Marcelo Bas -que lleva cuatro horas esperando para que le reprogramen un vuelo- le grita: "¡No tenés vergüenza! Yo no cobro ni un cuarto de lo que te pagan a vos, y estuve mucho tiempo juntando la guita para poder ir a ver a mis hijos al sur. No nos pueden hacer esto".
Con una sonrisa, el piloto lo mira, lo saluda con la mano abierta y se pierde entre los abucheos de los más de 5000 pasajeros que se quedaron varados esta mañana por una protesta de los gremios aeronáuticos contra el Gobierno.
"Los señores sindicalistas hacen todo este lío en un fin de semana largo. No es ni el Gobierno ni la empresa LATAM. A los sindicalizados no les importa nada. La empresa está haciendo todo lo posible. Están viendo si me lo reprograman, pero a mí ya no me sirve", dice Bas.
En el sector de atención al público se escuchan aplausos. Una chica acaba de insultar a los gritos a los empleados. Está llorando, con el maquillaje corrido y los ojos rojos. Micaela Lartigau llegó a las cuatro de la madrugada con la ilusión de almorzar con su amiga en Jujuy, pero recién a las 11 de la mañana le avisaron que su vuelo estaba cancelado.
"Saqué los pasaje en noviembre del año pasado. Me rompo el lomo laburando. También estudio. Este es el único finde que tenía para tomarme un respiro. Y por 50 tipos que rosquean no puedo viajar. Perdí más de 20 lucas. Nadie me los va a devolver", dice.
Pablo Fernández mira la escena -que se repite todo el tiempo- parado cerca de los asientos de espera. No tiene lugar para él ni para sus dos hijas de 5 y 7 años. Una de ellas cumple años mañana, y lo iba a festejar en la nieve, en Bariloche.
"No sé cómo le voy a explicar que no vamos a llegar. Me acaban de cancelar el vuelo. Tengo una bronca terrible. Tampoco nadie se va a hacer cargo de las noches de hotel que perdí ni me van a pagar los días de trabajo que me pedí", dice.
En el área de ventas de pasajes, una mujer, nerviosa, pide que se acerque un policía para dejar constancia de que el empleado de Aerolíneas Argentinas no le quiere decir su nombre y apellido.
"¡Ustedes son empleados de una empresa con aportes de todos nosotros, que pagamos los impuestos para poder movernos por el país sin tener estos problemas!", le dice desde el otro lado del vidrio y se va con su bolso.
Es el mediodía. Los empleados corren de un lado al otro. Los pasajeros se agolpan en los letreros electrónicos, mientras los vuelos comienzan a normalizarse. Los pilotos salen en grupos por la puerta del frente, con sus valijas en mano, rodeados por policías.
Vuelos perdidos
Luego del caos, Aerolíneas Argentinas informó que canceló más de 30 vuelos y reprogramó otros 40, con más de 5000 pasajeros afectados. La medida también provocó problemas en los servicios de Latam y Andes, mientras que Norwegian cumplió con su cronograma habitual. En tanto, en el aeropuerto de El Palomar operaron con normalidad Flybondi y JetSmart.
Aerolíneas indicó que informará los cambios en los vuelos por correo electrónico a sus clientes que hayan dejado registrada su dirección y solicitó al resto que estén atentos al sitio web aerolineas.com.ar y a los posteos corporativos en redes sociales.
Recomendaron, además, a sus pasajeros añadir a sus reservas su dirección de correo electrónico, para poder enviar ahí en forma directa los cambios que puedan tener sus vuelos.
Los pasajeros que resultaron afectados por la medida y no pudieron viajar ven muy complicada su situación debido a que, como consecuencia del fin de semana largo, todos los vuelos están con su ocupación a pleno y resulta imposible ubicar a los viajeros que quedaron varados, y en muchos casos recién pueden encontrar un lugar dentro de dos o tres días, con los consecuentes perjuicios.
Latam recomienda a los pasajeros chequear el estado del vuelo a través de su página web o su app para celulares.
Aquellos pasajeros afectados por la medida podrán reprogramar sus vuelos a través del sitio de Latam, la app, las oficinas comerciales, el centro de atención telefónica o la agencia de viajes donde se adquirió el pasaje.
La empresa indicó que podrán realizar cambios de fecha o vuelo hasta 15 días después de la fecha original, siempre manteniendo el mismo origen y destino.
También podrán elegir un cambio de ruta sin penalidad, sujeto a las diferencias de tarifa aplicable o la devolución del dinero, que aplica sin multa y para todos los cupones del ticket sin utilizar.
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