El día que Villa Gesell fue una ciudad fantasma por la aparición de dos pumas
Imágenes de dos ejemplares fueron captadas por cámaras de seguridad; por la tarde se suspendieron las clases y se pidió a la población permanecer en sus casas
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VILLA GESELL.– Catalina Pardo tenía turno con el pediatra, en Mar del Plata, y se resistía a viajar sin su padre, que debía ir a trabajar. “¿Y si se lo come el puma?”, le planteó a Diana, su madre, que ya entrada la tarde cuenta a LA NACION entre risas lo que temprano sembró pánico entre vecinos locales apenas vieron videos con la presencia de al menos dos de esos animales salvajes, pero mansos y tranquilos, a paso lento por las calles céntricas de esta ciudad balnearia.
Desde entonces nadie habla aquí de otra cosa. Lo que durante la mañana confundía temor y precaución se volvió broma recurrente después del mediodía, ya con el personal especializado tras los pasos de los felinos, a los que no se volvió a ver.
Como la situación no se considera resuelta y la evidencia de la presencia de los pumas es irrefutable, se suspendieron las clases en todo el distrito durante el turno tarde. Sin frutos en el rastrillaje, todavía se evalúa si la medida se extenderá al turno matutino de mañana.
Aún se mantiene el intento de dar con uno de los pumas en una manzana muy habitada de la zona de Paseo 105 y 8, donde se lo vio por última vez, camino a los patios de una de las viviendas. Personal especializado de la Dirección de Flora y Fauna de la provincia de Buenos Aires, con redes y demás equipos para intervenir, repetía la guardia a la espera de alguna señal.
“Llegué a trabajar y vi policía, bomberos... Pensé que había un incendio”, relata Bruno Salvatierra, que trabaja en una verdulería esa esquina y vio en primera fila el inicio de ese operativo. “No vi al puma, pero sabemos que ingresó en una casa de frente rojo, y después ya no se supo más”, dice a LA NACION. Por eso no se descarta que, asustado, pueda permanecer escondido en los fondos de alguna de esas viviendas.
Aunque no hay certeza absoluta, se cree que fueron solo dos los pumas que se pasearon por calles gesellinas, incluida una caminata con las primeras luces del día entre sillas y mesas de un muy famoso local de panqueques, sobre la Avenida 3.
Al restante lo vieron correr a ritmo intenso por la Avenida 1, inmediata a las playas. Allí se lo filmó desde un móvil de Seguridad municipal. Se cree ahora que ese animal se perdió entre zonas de bosques próximas a Colonia Marina, en dirección hacia Mar de las Pampas.
Presencia en la fauna regional
Móviles policiales y de Patrulla Urbana del municipio siguieron de cerca a estos animales hasta que los perdieron de vista. La incertidumbre sobre el rumbo que tomaron elevó la preocupación, y desde el municipio lanzaron la voz de alarma por sus redes sociales y medios de comunicación para que los vecinos se abstuvieran de salir de sus casas.
“La captura es el último recurso”, señala a LA NACION el guardaparques Juan Ordóñez –que se desempeña en la cercana Laguna Grande, en el distrito de General Madariaga– y junto a otros colegas se acercó para compartir el esfuerzo de rastrillaje para dar con estos pumas.
Los destaca como protagonistas de la fauna autóctona de la zona, aunque ya en sectores más alejados de la costa, donde considera que sus apariciones pueden ser posibles, como en este caso, pero siempre excepcionales.
Rosana Luquet, a cargo de la Dirección de Zoonosis del distrito, presentó el caso como una “situación atípica” y también difundió un mensaje desde las redes del municipio para pedir que los vecinos permanecieran en sus casas, al igual que las mascotas, frente a la presencia de pumas en las calles. “Se pueden comer los perros y los gatos”, advirtió temprano, y sumó un poco más de dramatismo a esta particular tensión con la que la comunidad vivió esta inolvidable jornada.
“Desde que abrimos todos están hablando de lo mismo, no hay otro tema”, insiste al caer la noche Yamila Giancola, que atiende una panadería justo frente a la esquina donde se concentró la vigilia y la búsqueda de uno de los pumas. “Parecían grandes”, comenta luego de ver los videos.
El operativo de búsqueda incluyó personal de la Secretaría de Seguridad municipal y la policía bonaerense, que intervino en primera instancia. Luego se sumaron guardaparques, especialistas de la Dirección de Flora y Fauna de la provincia de Buenos Aires y otros de los parques Temaikén y Mundo Marino.
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