El desembarco de El grito sagrado en el cine
El día que Mariquita Sánchez de Thompson llegó a la pantalla gigante; Aída Luz fue Remedios de Escalada y el padre de Norma Aleandro y de María Vaner, Vicente López y Planes
Los festejos por el centenario de la Revolución de Mayo incluyeron un tipo de homenaje que era impensado para la época: el cine. La industria cinematográfica en el mundo era incipiente y la Argentina fue pionera en esta materia. En 1909 y 1910 se estrenaron dos obras del director Mario Gallo: La Revolución de Mayo y El Himno Nacional. Ese fue el comienzo de una larga lista de títulos que recrearon los momentos más importantes de nuestra historia.
Luis César Amadori era un reconocido profesional. Dios se lo pague y Hay que educar a Niní ya figuraban en su currículum cuando dirigió El grito sagrado, cuyo estreno, en 1954, fue por partida doble. El primero en marzo, durante la primera edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Amadori asistió junto con su esposa, la estrella Zully Moreno, y tuvo la oportunidad de exhibir el filme frente a grandes personalidades del espectáculo tales como Errol Flynn, Mary Pickford, Fernando Fernán Gomez y Alberto Sordi, entre otros.
El estreno comercial tuvo lugar el 24 de mayo de 1954 en dos cines porteños: en el Gran Rex y en el modesto 17 de Octubre. La fecha no fue casual ya que el filme narraba la vida de Mariquita Sánchez de Thompson y su vinculación con los grandes acontecimientos de la historia argentina. El guión fue escrito por el poeta Pedro Miguel Obligado y estuvo interpretada por Fanny Navarro, en el rol de Mariquita, Carlos Cores como Martín Thompson, Eduardo Cuitiño como Fray Cayetano Rodríguez y una jovencita Aída Luz en el papel de Remedios de Escalada.
La obra exhibía una clara intención de épica patriota y trataba temas como la abolición de la esclavitud en 1813 y la declaración de la Independencia en 1816, aunque el asunto principal, según se advierte en el título de la obra, fue el Himno Nacional que, según la tradición, se interpretó por primera vez en casa de Mariquita. En estas escenas se lucieron Pedro Aleandro (el padre de Norma y de María Vaner) como Vicente López, y Fernando Salas como Blas Parera.
Pero también, no podemos dejar de mencionarlo, la película hizo hincapié en la pasión y el amor. Las primeras escenas nos muestran a una Mariquita ya anciana que protege a su nieta, quien quiere casarse con el hombre al que ama, aún frente a la oposición del resto de la familia y a quien le aconseja jugarse por amor tal como lo había hecho ella en 1801. Esta escena es el puntapié inicial para narrar la intensa vida de la reconocida patriota.
Si bien fue promocionada como “la película que marca una nueva era en la cinematografía argentina”, y obtuvo algún elogio de la crítica (El Mundo la llamó “excepcional muestra del cine argentino”), no logró entusiasmar al público.
Más allá de reseñas positivas o negativas, El grito Sagrado trascendió a su época y hoy forma parte del acervo cinematográfico dedicado a la historia de nuestro país.
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