El debate por la cumbia, en la oficina de Kirchner

El debate en torno del supuesto vínculo entre la cumbia villera y el crecimiento del delito llegó hasta el despacho del propio Néstor Kirchner.

Un día después de que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, estableciera ese paralelismo, el Presidente intercedió para intentar evitar que el asunto se transformara en un verdadero escándalo: Kirchner conversó cara a cara con el conductor televisivo del programa que difunde este género musical, Daniel Santillán, y desautorizó las palabras pronunciadas por el funcionario de su Gobierno.

Santillán, que fue invitado a la Casa Rosada por el ministro del Interior, Aníbal Fernández, relató que en ese diálogo el Presidente le dijo: "Yo banco la cumbia villera... ¿Quién no vio «Pasión de sábado»?"

"Le pregunté al Presidente si nunca había bailado una cumbia. Y él me dijo que sí. Me contó que lo llamó su hijo Máximo y le preguntó qué quiso decir Alberto (el jefe de Gabinete). Y él lo retó", completó el conductor.

Luego de reunirse con el titular de la cartera política, Santillán fue invitado al despacho del jefe de Gabinete. Mientras hablaba con Fernández del tema, entró el jefe del Estado sorpresivamente y allí se produjo el diálogo. El ministro del Interior confirmó la situación ante la consulta de LA NACION. "Hablamos con Santillán. Coincidimos en que el tema no merecía mayores comentarios...", se limitó a decir.

Cerrar el debate

La primera plana del Gobierno intentó así cerrar un debate controvertido sobre la supuesta incidencia de la cumbia villera -el género musical que describe en sus letras situaciones de la vida cotidiana en los asentamientos de emergencia de la Capital y del conurbano- en el incremento de la delincuencia.

El jefe de Gabinete había disparado la polémica cuando anteayer, al enumerar las causales del incremento de la inseguridad en la última década, dijo: "Hace diez años no existían programas de televisión de cinco horas donde se difundía un tipo de música en la que en gran medida y por muchos momentos se termina elogiando la acción delictiva, como lo hace la cumbia villera".

Pero el Presidente no fue el único en tomar distancia de sus consideraciones. En rigor, sus palabras despertaron cuestionamientos de distintos sectores: el secretario de Cultura, Torcuato Di Tella, reiteró su disenso respecto del tema.

Di Tella consideró que vincular la cumbia villera con el incremento del delito es lo mismo que "culpar a «Cambalache» de estimular el robo".

"El 95% de las razones que empujan al delito está en la pobreza", dijo el funcionario. Y agregó: "No he escuchado una sola cumbia villera, pero pienso que, en general, expresan fantasías y canalizan sentimientos de la gente. No hay que exagerar el rol de las letras musicales".

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