El Dalai Lama, de nuevo en la Argentina
El Dalai Lama llegará a la Argentina, por segunda vez, el próximo miércoles. El líder político y religioso de los tibetanos en el exilio y guía espiritual de los budistas de todo el mundo -premio Nobel de la Paz 1989- es reconocido mundialmente por su campaña en favor de la paz mundial y el diálogo interreligioso.
La Nación conversó con el organizador de la gira, Rinchen Darlo, que fue durante una década el representante del Dalai Lama para las Américas y que actualmente preside la Fundación Tíbet, una organización sin fines de lucro dedicada a ayudar a los refugiados que huyeron de la represión china y a preservar la herencia cultural de este pueblo milenario.
"Su Santidad el Dalai Lama quedó muy contento con su visita anterior; encontró grandes similitudes entre los Andes y los Himalayas, y los picos nevados le recordaron su Tíbet natal -aseguró Darlo-. Además, los argentinos son gente sonriente y de un gran corazón, por lo que quiso regresar al país para promover el respeto y el entendimiento entre las distintas culturas y religiones."
Durante su anterior viaje a América del Sur, realizado en 1992, el Dalai Lama realizó -en colaboración con el cardenal Antonio Quarracino y los líderes argentinos de los principales credos- una ceremonia interreligiosa en la Catedral de Buenos Aires.
"El Dalai Lama está en contra de la conversión. Cuando viene a Occidente, no imparte enseñanzas budistas a menos que se lo pidan personas ya iniciadas. Por el contrario, sostiene que es bueno estudiar y conocer otras religiones, e incluso adoptar algunas de sus técnicas, pero siempre le pide a la gente que se mantenga fiel a sus raíces", comentó Darlo.
Intercambio religioso
En particular, subrayó los esfuerzos conjuntos que está realizando con el Vaticano: "Su Santidad siente un profundo respeto por el Papa, con quien se ha encontrado en repetidas ocasiones. También realizamos intercambios en forma permanente con los monjes benedictinos, que se alojan por un tiempo en monasterios budistas en la India y luego reciben a nuestros monjes tibetanos en los suyos", recordó.
Para Darlo, esto permite la oportunidad de que ambos grupos aprendan mucho. "El Dalai Lama admira en particular la caridad cristiana, la manera en que crean hospitales, asilos y escuelas para los más pobres. Pero ellos también pueden aprender de nosotros. Sin dejar de lado su religión, muchos padres, hermanos y hermanas católicos han encontrado muy útil aplicar técnicas como la meditación, propia de los tibetanos."
El XVI Dalai Lama -Tenzin Gyatso- nació en 1935 al nordeste del Tíbet, país que por más de cuarenta años ha sido brutalmente reprimido por el gobierno chino.
"Su Santidad está absolutamente abierto al diálogo; no pide la independencia sino que se respeten los derechos humanos y la identidad religiosa y cultural de su pueblo", afirmó Darlo.
Firme defensor de la no violencia, el Dalai Lama -que recibirá el doctorado honoris causa de la Universidad de Buenos Aires- no ha cesado de efectuar llamados a las Naciones Unidas y demás organismos internacionales sobre la real condición tibetana. Recientemente, los más importantes líderes políticos mundiales, haciéndose eco de la opinión pública, han insistido en que el gobierno chino entable serias discusiones a fin de terminar con la opresión.
El Dalai Lama dará una conferencia pública sobre "Felicidad individual y paz en el mundo globalizado", el sábado, a las 10.30, en el teatro Gran Rex (Corrientes 857).
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