El crimen de Fernando Báez Sosa: por qué no se organizó una marcha en Villa Gesell pero sí hubo mensajes contra la Justicia
En el cuarto aniversario del crimen del adolescente, sus familiares y amigos participaron de una misa en su memoria; “El que mata, merece todo el peso de la ley”, se escuchó entre los asistentes a la convocatoria realizada tras la ceremonia religiosa
- 3 minutos de lectura'
A cuatro años del crimen de Fernando Báez Sosa, que tuvo lugar el 18 de enero de 2020 a las afueras del boliche Le Brique, la ciudad Balnearia de Villa Gesell ofreció tanto una ceremonia religiosa como un encuentro entre vecinos, en recuerdo del estudiante de derecho de 18 años. En simultáneo, sus padres Silvino y Graciela concurrieron junto al abogado defensor Fernando Burlando a las escalinatas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se llevó a cabo una reunión interreligiosa.
Ambas convocatorias se producen a la espera de que el Tribunal de Casación Penal bonaerense -integrado por los jueces Mario Kohan, Fernando Mancini Hebeca y María Florencia Budiño- resuelva las apelaciones al fallo que sentenció a cinco acusados a prisión perpetua y a otros tres a 15 años de cárcel. Esto último luego de que Burlando y los fiscales intervinientes apelaran la resolución de Casación y solicitaran que la perpetua alcanzara a los ocho rugbiers, Thomsen, Ciro Pertossi (23), Enzo Comelli (23), Matías Benicelli (24), Luciano Pertossi (22), Blas Cinalli (22), Ayrton Viollaz (24) y Lucas Pertossi (24).
La misa en la ciudad balnearia inició minutos antes de las 20, con un contundente mensaje del presbítero Pablo Bosisio. “Fernando murió a 200 metros de la parroquia. Su sangre no pudo haber sido derramada en vano. La Argentina tiene que cambiar. Dejar la violencia de lado”, dijo el párroco al principio de la reunión, encuentro que, como observó LA NACION, tuvo poca concurrencia.
Mientras la eucaristía avanzaba, un cúmulo de personas decidió congregarse a los pies del santuario edificado en conmemoración de Báez Sosa, que está dispuesto frente al local bailable -que fue clausurado después del crimen- donde perdió la vida.
Según contabilizó este medio, alrededor de 100 personas se dispusieron en un gran círculo y compartieron, durante no más de 30 minutos, pensamientos vinculados al caso que provocó un terremoto social en la Argentina del 2020. “Desde la muerte de Fernando, Gesell es otro”, aseguró entre lágrimas Sabrina Pereyra, una de las organizadoras del evento y persona cercana a los padres de Báez Sosa.
“El que mata, merece todo el peso de la ley”, vociferó una mujer durante otro tramo de la convocatoria. A lo largo del homenaje, como ocurría en otros años, algunos depositaron mensajes -tanto para Fernando como para sus padres- en el memorial, encendieron velas o levantaron pancartas con el rostro del joven. Hubo un detalle que rompió sin embargo con la tradición de los aniversarios que le precedieron al actual: no hubo marcha.
Silvana Perhauc, la segunda coordinadora del homenaje, explicó los motivos a LA NACION: “Queremos tener una aproximación más pacifica del caso. La Argentina ya tiene mucha violencia de por sí. Tenemos que esperar al fallo de Casación con tranquilidad”. A pesar de proceder ahora de esta manera, no descartó llevar a cabo una medida de fuerza si el Tribunal no le otorga perpetua a todos los involucrados en el asesinato. “Si no revierten la resolución, algo vamos a hacer”, anticipó. Y cerró con una frase similar a la que, minutos antes, había pronunciado otra ateniente: “El que mata tiene que salir muerto de la cárcel”.