Cómo es Cardenal Copello, la institución de carácter religioso donde el libertario completó los ciclos primario y secundario; los famosos que pasaron por sus aulas
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En la calle Nueva York al 3500, en el corazón Villa Devoto, protegido por unas rejas negras y un pequeño jardín, se encuentra el moderno edificio del Instituto Cardenal Copello. Este Colegio, de fuerte arraigo con el mencionado barrio porteño, guarda un detalle singular, relacionado con la historia presente de nuestro país. Es que, mediados de los años ‘80, en este establecimiento educativo perteneciente a la congregación cristiana de los hermanos menesianos, estudió el hombre que a partir del próximo 10 de diciembre dirigirá el destino de los argentinos: el presidente electo Javier Gerardo Milei.
LA NACION visitó el Colegio Copello, donde sus autoridades manifestaron sus expectativas al saber que un exalumno de la institución se sentará en el sillón de Rivadavia. “Esperamos que todos los valores que Milei haya vivido acá los ponga en pos del país”, dijo Daniela Ezcurdia, Directora General del Instituto y Rectora del ciclo secundario.
Lo primero que se ve al ingresar al establecimiento donde se formó el ganador del último balotaje es una inscripción en grandes letras doradas sobre fondo de madera que reza: “Mis escuelas han sido fundadas para dar a conocer y amar a Jesucristo”. La firma de la frase corresponde a Juan María de La Mennais, el sacerdote católico francés que vivió entre los siglos XVIII y XIX y fue el fundador de una asociación de religiosos educadores que, con el tiempo, se fue expandiendo a distintos puntos del globo. Los Hermanos de la Instrucción Cristiana de Ploërmel, conocidos como hermanos menesianos, llegaron a la Argentina con su objetivo de “instruir, educar y evangelizar” en la década del ‘30.
“Los primeros hermanos vinieron de España. Llegaron a la Argentina en 1933. Estuvieron un tiempo en Tucumán hasta el 35 que empezaron a buscar lugares para establecerse y en el 38 fundaron acá, el colegio cardenal copello”, cuenta Claudio Contreras, Director de Estudios del Colegio y Superior de la comunidad de Hermanos menesianos.
EN 1937, Santiago Copello, el primer cardenal argentino, pone la piedra fundamental para levantar el colegio, que se inaugura en abril de 1938. En rigor, el primer edificio que se construyó fue el de la escuela primaria de la Institución, ubicado entonces y hoy en Nueva York al 2400, donde también asistió Javier Milei. El actual establecimiento donde funciona la secundaria es de comienzos de la década del ‘80.
La leyenda que se repite en la comunidad educativa del colegio dice que el nombre de la escuela fue propuesto por el propio Cardenal Copello. Por su posición como autoridad eclesiástica, el religioso tenía la potestad de bautizar la instutición y, sin apelar a falsas modestias, decidió llamarla con su propio nombre. Más allá de este detalle, la institución educativa, que arrancó con 64 estudiantes en 1938, se consolidó como referencia educativa del barrio y hoy cuenta, en sus tres niveles -inicial, primaria y secundaria-, con alrededor de 1600 alumnos.
El legado de La Mennais en la institución tiene una presencia constante. Además de que su retrato se encuentra en lugares destacados de la geografía del edificio escolar, su prédica impregna la manera de enseñar. “Nuestro fundador tiene cuestiones importantes como el de los vínculos, de todos los lazos que se tejen entre los chicos con sus educadores y también la pedagogía de los ángeles, que es esto de acompañar a los alumnos en toda su trayectoria escolar”, explica Ezcurdia, que hoy es autoridad del Colegio, pero que tiene también un vínculo afectivo con la institución, que incluye una trayectoria como docente allí y como mamá de un egresado.
También, el colegio plantea llevar las enseñanzas menesianas más allá de las aulas. “Es muy importante para nosotros el tema de misionar, de la pastoral social -expresa la rectora-. Lo hacemos a través de un día de servicio, de una misión una vez al año a Santiago del Estero, en Pozo del Castaño, acompañamos comedores y la escuela tiene una red solidaria. Todo lo que tiene que ver con el servicio para nosotros es muy importante. Para el fundador, es ir a la frontera donde otros no llegan”.
Aquí y allá, en las instalaciones del Copello, aparecen inscripciones que remarcan el espíritu menesiano: “Tejiendo lazos construimos iglesia”; “Somos hermanos”; “El amor enseña todas las cosas”, son algunas de ellas, distribuidas en los amplios corredores. Pero hubo una de las frases, estampada en el peldaño de las escaleras que llevan a los pisos superiores, que parece un texto premonitorio sobre la carrera política del ilustre estudiante Javier Milei: “Llegando donde otros no llegan”.
Milei en el Copello
“Por supuesto que siempre tener un presidente que salga de una escuela es una valoración grande sobre esa escuela”, dice Ezcurdia cuando se la consulta acerca de las sensaciones al saber que el nuevo presidente estudió en la institución que ella dirige. Luego de aclarar que en el Copello “tratamos de no mezclar la política con la vida del Colegio”, la rectora añade: “Pero eso (que un exalumno alcance la presidencia) siempre genera una valoración, y también para los alumnos, para todos, por el sentido de pertenencia, que acá es muy importante entre los exalumnos. Muy fuerte”.
El paso de Javier Milei por este colegio fue narrado por él mismo en una entrevista en LA NACION: “Fui al Cardenal Copello, tanto la primaria como el secundario. No me vinculaba mucho con mis compañeros, no tenía tiempo: jugaba al fútbol, entrenaba seis horas por día… Era una situación muy solitaria”. En aquel tiempo, el presidente electo de los argentinos era arquero en las inferiores de Chacarita.
De su paso por el colegio religioso de Devoto, barrio en el que creció, también se sabe que el economista libertario era uno de los mejores alumnos, pero con algunos problemas de conducta. “Vivía con amonestaciones. todo el tiempo estaba haciendo chistes o acotaba con ironía”, recordó el hombre de La Libertad Avanza en otra entrevista con este medio, donde también expresaba que había recibido 10 amonestaciones una vez por burlarse de un poema que había escrito su profesor de literatura.
En aquellos tiempos escolares, al libertario le colocaron el mote de “el loco” por sus excentricidades y también se dijo que habría sufrido bullying, algo que él mismo relativizó. “No sé”, respondió cuando en este medio le preguntaron sobre si había recibido maltratos escolares, y añadió: “Siempre vas a encontrar algo que no te guste y seguramente yo hice algo que a alguien no le gustó. Hoy ese tipo de cosas me parece que están demasiado exacerbadas y estamos generando una generación de cristal”.
Ezcurdia y Contreras dicen no tener registros materiales del paso de Milei por el Colegio. Por su fecha de nacimiento, el 22 de octubre de 1970, puede estimarse que el futuro presidente comenzó su ciclo primario en el Cardenal Copello a mediados de los ‘70 y finalizó su etapa secundaria a finales de los ‘80.
Las autoridades mencionan una foto del libertario de niño, en los pasillos de la escuela primaria, con el guardapolvo de la institución y un portafolios en la mano, que es la que circula en diferentes medios de comunicación. “De los hermanos de esa época prácticamente no hay ninguno vivo”, se lamenta el Superior de la orden y añade: “No tenemos actualmente educadores que hayan sido de él que todavía continúen en actividad. Pasó un tiempo...”.
En 2021, una nota en LA NACION que contaba el paso de varios políticos por su etapa escolar, se aseveraba que Milei integra un grupo de WhatsApp del colegio, creado en el 2020. Incluso, el economista se había reencontrado con alguno de sus excompañeros en una cena.
Si bien no es el caso del presidente electo, que no volvió a visitar el Copello, Ezcurdia destaca lo importante que es el papel de los exalumnos para el colegio: “Tenemos muchos exestudiantes que cumplen funciones en la escuela, muchos que mandan sus hijos a la escuela. De la Asociación de Padres depende un campo de deportes que está en Martín Coronado, un lugar de muchos encuentros para alumnos, exalumnos, familias. Esta es una escuela de mucha pertenencia, mucho arraigo”.
Al ser consultada acerca de qué espera del nuevo rol del exalumno Javier Milei en la presidencia, Ezcurdia no escapa a su posición de integrante de la comunidad del Instituto Copello: “Nosotros lo que esperamos es que todos los valores que haya vivido acá, porque acá los valores se viven, los ponga en pos del país. Eso es lo que deseamos y esperamos”.
Al explayarse acerca de cuáles son esos valores que se busca que se lleven los exalumnos, sin desconocer tampoco la importancia de los contenidos, la rectora expresa: “Intentamos que los valores sean cristianos y comprometidos con la realidad que les toque, para poder analizarla y transformarla, que no es poca cosa, en pos del bien común. Esa es nuestra visión del egresado menesiano”.
Otro exalumno que fue presidente
Además de Javier Milei, hubo otro exalumno del Colegio Cardenal Copello que llegó a la Casa Rosada. Aunque, en este caso, no lo hizo de una manera democrática. Se trata de Reynaldo Benito Bignone, el último militar que ocupó la presidencia de facto del país en la dictadura militar antes del retorno de la democracia. Este dictador, vecino de Devoto, fue estudiante en la primaria de la institución en cuarto, quinto y sexto grado, según consta en su libro autobiográfico El último de facto; la liquidación del Proceso. Memoria y testimonio.
Fuera de este antecedente que recuerda tiempos oscuros del país, hubo otros personajes que concurrieron al Cardenal Copello y que luego alcanzarían la fama. Uno de ellos es José María Listorti, el cómico y conductor que, además, en sus estudios secundarios fue compañero de Karina Milei, la hermana y jefa de campaña del presidente electo. “Me fui de viaje de egresados con los padres de Milei. Vivían a cinco cuadras de casa, y en la casa de Karina pasé la Secundaria. Javier iba al campo de deportes donde jugábamos al fútbol”, dijo el humorista en una entrevista al diario El País, de Uruguay.
También pasaron por las aulas del Cardenal Copello quienes luego formarían parte de la mítica banda de rock nacional Los ratones paranoicos: Juan Sebastián Gutiérrez (Juanse), Pablo Cano (Sarcófago) y Pablo Memi. En relación con esto, en julio de este año, el intérprete del “Rock del pedazo” estuvo en Londres, donde cantó frente al embajador argentino en Gran Bretaña, Javier Figueroa, a la sazón, otro exestudiante de la institución educativa de Villa Devoto. También el cantante CAE cursó la primaria allí.
En el terreno deportivo, dos hermanos que se destacaron en fútbol también fueron alumnos del Instituto Cardenal Copello. Se trata del mediocampista surgido de las inferiores de Argentinos Juniors que debutó en la Primera División argentina en Independiente, Esteban ‘Cuchu’ Cambiasso, y del arquero Nicolás Cambiasso.
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