El Chango Rodríguez: la guitarra y una pistola humeante marcaron al folclore
El crimen por el que Pity Álvarez está preso en el pabellón psiquiátrico de Ezeiza no es el primero que lleva a un músico a la cárcel. A mediados de los 60, el mundo del folclore se sacudió cuando José Ignacio "Chango" Rodríguez -reconocido cantautor cordobés- asesinó a su compadre. Preso en la cárcel de San Martín, compuso "Luna cautiva", una de sus zambas más conocidas, dedicada a su mujer, Lidia Haydée Margarita Bay, la Gringa. Estuvo cuatro años detenido hasta que fue indultado en 1968 por el general Juan Carlos Onganía, entonces presidente.
"Acércate a la reja, sos la dueña de mi alma; sos mi luna cautiva que me besa y se va", escribió Rodríguez en la cárcel. "De una historia tan triste nació algo tan hermoso; eso repetía siempre mi mamá", contó Claudia Rodríguez Bay, hija del folclorista y la Gringa. Lamentó haberlo "tenido tan poco", ya que su padre murió cuando ella tenía casi tres años. Creció escuchando su música y sus historias contadas por su madre, según recordó en diálogo con LA NACION.
La Gringa estuvo en la reunión donde se desató la pelea que terminó con el crimen de Juan "Loro" Álvarez, quien era -además de compadre de Rodríguez- el encargado de cuidar los caballos de carrera del músico. Comieron un asado el 11 de diciembre de 1963 por el cumpleaños del ahijado del folclorista, quien en la cena tocó la guitarra.
Aunque la pelea empezó porque un asistente a la cena acusó a Rodríguez de hacer propias canciones ajenas, el final trágico fue por dinero. "Tenían que viajar a San Luis; cuando suben al auto mi papá se da cuenta de que le faltaba la plata que le habían pagado como adelanto por un nuevo trabajo. Mi mamá siempre se quejaba de 'la maldita costumbre de ponerla en el bolsillo de la camisa', así que baja a buscarla en la casa", relató su hija.
"Como demoraba en volver -siguió Rodríguez Bay-, él se baja del auto con el arma para amedrentar a la persona que se la había quedado y, en un forcejeo, sale el tiro. Podría haberle dado a mi mamá, que estaba al lado, pero mata a otro. Todo eso está en el expediente".
El dinero se lo había pagado la discográfica Philips como adelanto del disco que estaba preparando, Soy de la Docta. La zamba "A la sombra de mi madre" fue la que encendió la mecha. Rodríguez la cantó, pero no mencionó a sus autores, Juan Carlos Carabajal y Crisóforo Juárez, y se enojó cuando se lo recriminaron, hasta tal punto que hubo puñetazos con los invitados. Cuando salió con Lidia, se dieron cuenta de la falta de dinero, unos $30.000 de entonces.
Versiones sobre la gresca
La Gringa aseguró que el arma estaba en el auto, pero la Cámara 1» del Crimen que dictó una condena a 12 años de prisión por homicidio simple y abuso de arma en concurso real, determinó que Rodríguez fue hasta su casa a buscar la pistola calibre 45. Por eso lo acusó de premeditación.
La causa tuvo imputados también a Ramón Altamirano, Uladislao Delfor Vera y Dionisio Funes, por lesiones leves en riña contra el músico. Reyna Pérez de Estrada fue acusada de defraudación atenuada; ella tenía los $30.000 que le faltaban a Rodríguez. El músico se entregó al día siguiente a la policía.
La familia de Álvarez nunca quiso hablar del hecho; prefirieron atenerse al dictamen de la Justicia y no hacer comentarios.
Hay dos libros sobre el folclorista cordobés: La historia no contada, de Fernando Sánchez, esposo de Rodríguez Bay, que relata el hecho basado en la declaración de la Gringa y lo que significó Rodríguez para el folclore, y Chango, de Federico Racca, nieto de un íntimo amigo de Gerardo López, cantante de Los Fronterizos, en cuya casa, en Unquillo, Rodríguez pasó todo el día del crimen.
Tienen diferencias; mientras el yerno asegura que el músico no estaba alcoholizado porque tenía que manejar hasta San Luis para participar de una peña, Racca cuenta que "pasaron el día cantando y tomando" en Unquillo, de donde Rodríguez se va a la otra fiesta. Racca admitió que en su historia prefirió quedarse "con el mito" y por eso no avanza sobre el expediente judicial. "Tomo elementos de varias partes; del relato de mi abuela y del chofer del músico, a quien tiene después de salir de la cárcel. Cuento a través de la voz de un tercero", explicó a LA NACION.
El 8 de enero de 1965, Rodríguez y la Gringa se casaron en la cárcel de Encausados; él se puso un frac negro con moño y ella, un vestido floreado. En las revistas de la época se registró ese día especial, donde él aparece tocando la guitarra y en la celda se ve una jaula con un pájaro. Regalo de un preso, decía el músico.
"Mi mamá fue su gran amor, el pilar que tuvo sobre todo en momentos tan difíciles como los que vivió en la cárcel; si no hubiera sido por ella y por ese gran amor, tal vez no los hubiera superado", afirmó Rodríguez Bay. La pareja estuvo una década de novios y otra de casados. La Gringa -docente de Manualidades en la Escuela Carbó- le llevaba todos los días la comida a Encausados. "Salía y en su motoneta, buscaba la vianda y se la dejaba. Le daba mucha tristeza verlo".
La hija insistió en que la Gringa nunca pensó que su marido moriría "tan pronto". Tenía problemas cardíacos (en la cárcel tuvo dos infartos) que lo obligaron a abandonar los escenarios. Las últimas presentaciones las realizó junto a su mujer, una en Chaco en el Festival de los Guardamontes y otras en Cosquín.
En busca de la libertad
Con Rodríguez en Encausados, su mujer creó una comisión por su libertad y reunió firmas de artistas reconocidos, como Tita Merello y Leo Dan, quien además lo visitó en la cárcel. Su hija contó que en el penal de San Martín tuvo tiempos duros porque lo mandaban al pabellón de castigo, al que llamaban Sierra. "Después jugaba a las bochas y componía; estaba preparando el disco Fruto del silencio, que haría con los temas que escribió encerrado".
"Mi mamá se movió mucho por su libertad, se reunió con Onganía; luchaba para que saliera en libertad -dijo-. No podía verlo así; su salud se estaba deteriorando. La movía el enorme amor que se tenían".
En 1968 -cuando llevaba cuatro años preso- salió por el indulto 5030 (el 11 de septiembre se cumplen 50 años, recordó su hija). Dejó la cárcel con el mismo frac con el que se casó. Regresó a su casa de barrio Alberdi, con la Gringa; allí nació Claudia, a quien le hizo la zamba "Niña de cara morena". Él, además, tenía tres hijos.
Rodríguez siempre se definió como un "peronista de Perón". Antes de que saliera en libertad, lo hizo "Luna cautiva". En 1967 la cantó Horacio Guarany, quien visitó al músico en la cárcel y conoció el tema. "Son todas metáforas para contar que aunque no pareciera estaba, que todo ese tiempo él y mi mamá estuvieron juntos", se enorgulleció la hija.
"De nuevo estoy de vuelta, después de larga ausencia; igual que la calandria que azota el vendaval. Y traigo mil canciones como leñita seca, recuerdo de fogones que invitan a matear", cantó. El Chango murió el 7 de octubre de 1975 en Alberdi, su barrio de siempre, muy presente en sus composiciones.
Hace unos años su figura fue rescatada y retornaron los homenajes. El 28 del actual su hija y el yerno participarán de un evento que se realizará en la localidad tucumana de Simoca; Rodríguez es autor de la zamba "De Simoca": "Carretas cañeras cruzan la laguna; el grillo a la luna le da su cantar y en los valles retumba mi caja. Canta con la zafra todo Tucumán".
Rodríguez pasó su infancia y adolescencia entre Córdoba y La Rioja (donde había nacido su madre). De joven empezó a viajar por el norte argentino, Bolivia y Perú en busca de inspiración. En barrio Alberdi, típico lugar de estudiantes, fue el encargado de animar las peñas que se multiplicaban por los 60. Su hija enfatizó que "pintó siempre la ciudad y sus costumbres; es una figura emblemática del folclore".
Dinero y alcohol
El móvil
El 11 de diciembre de 1963, José Ignacio "Chango" Rodríguez compartió un asado con amigos. Discutió al descubrir el robo de unos $30.000, recibió golpes y mató a su compadre, Juan Álvarez
Condena a 12 años
Premeditado
El tribunal entendió que el folclorista actuó en pleno conocimiento de sus acciones, ya que buscó en su casa un arma calibre 45 antes de acusar a allegados de quedarse con su dinero
El rol de su esposa
Apoyo clave
Lidia Haydée Margarita Bay estuvo con el compositor la noche del homicidio y no abandonó a su pareja en la cárcel; juntó firmas de artistas hasta lograr el indulto del general Juan Carlos Onganía
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