El Chaltén: tras la confirmación de la muerte del italiano Pesce, resurge un debate en la comunidad escaladora
El cuerpo fue localizado con un drone; evalúan si recuperarlo o no
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SAN CARLOS DE BARILOCHE.– Luego de declararse en El Chaltén la muerte del escalador italiano Corrado “Korra” Pesce, de 41 años, se evalúa por estas horas si recuperar o no el cuerpo, que permanece en la cara este del cerro Torre (3133 msnm).
Así lo confirmó hoy a LA NACION Carolina Codó, médica y coordinadora de la Comisión de Auxilio de la localidad santacruceña. “Normalmente, se recuperan, porque entendemos que para las familias es muy importante muchas veces ver el cuerpo cuando hay un fallecido a la distancia, como en este caso. Es parte de cerrar el duelo de forma apropiada. A veces se organiza el grupo de trabajo por ese motivo. Hemos hecho varios recuperos de cuerpos que no han estado en lugares tan complicados”, indicó.
Más allá de que recuperar el cadáver de Pesce es factible, lo cierto es que siguen cayendo muchas avalanchas en el sector donde fue localizado el cuerpo durante el sobrevuelo de un drone.
El escalador y guía de montaña italiano radicado en Francia y su amigo y colega Tomás Aguiló –que fue rescatado y permanece internado en El Calafate con múltiples fracturas– descansaban en una repisa de la cara este del cerro Torre cuando fueron sorprendidos por una avalancha que los dejó casi sin equipo.
Aguiló ayudó a Pesce a descender hasta que la tarea se volvió imposible por la gravedad de las heridas del italiano y la falta de equipamiento. El guía barilochense alcanzó a dar aviso de su situación a través de un dispositivo de comunicación por satélite y continuó descendiendo solo hasta donde pudo. Fue rescatado en la madrugada del sábado 29.
Miembros del equipo de rescate contaron luego que, mientras era estabilizado para ser evacuado en helicóptero, Aguiló expresó preocupación por la seguridad de los rescatistas. Algunos de ellos, de hecho, iniciaron el ascenso desde la base del Torre –conocida como Nipo Nino– para intentar localizar a Pesce. Escalaron varios largos (tramos) de roca, pero desistieron al advertir la enorme peligrosidad de la vía.
Por ese mismo motivo, sumado a las malas condiciones climáticas y las nulas posibilidades de supervivencia del italiano, luego la búsqueda fue definitivamente suspendida.
Familia y seguros
Tras la confirmación oficial de su muerte, comenzó el debate que siempre resurge entre la comunidad escaladora y no escaladora: qué hacer con los cuerpos de quienes mueren haciendo montañismo extremo.
“Cuando la familia lo pide y hay un seguro que pague el recupero, normalmente recuperamos los cuerpos. Lo que pasa es que este lugar, donde quedó Corrado Pesce, es tan peligroso que se está evaluando si realmente vale la pena poner gente a hacer ese trabajo, por más que les paguen. Todavía no está definido”, expresó Codó.
En la Patagonia, cuando las condiciones lo permiten y resulta “accesible”, los cuerpos de los montañistas son recuperados. Codó cuenta que incluso se puede esperar “hasta un año” para recuperar un cadáver, como ya ha pasado en otras oportunidades en El Chaltén.
A principios de enero, por ejemplo, el cuerpo del escalador alemán de 29 años Robert Grasegger, que murió tras una avalancha en la Aguja Guillaumet, fue rescatado por 16 rescatistas de la localidad santacruceña días después de su deceso, tras un operativo que demandó 18 horas.
Si bien no existen leyes que dicten los pasos por seguir, las comisiones de rescate europeas siguen mayormente el mismo criterio que en la Argentina. Otras veces son escaladores voluntarios que conocen a los accidentados los que deciden rescatar los restos.
Los 14 ochomiles
En Asia, en cambio, es más común que los cadáveres permanezcan en las montañas, como sucede en los “14 ochomiles”, los 14 picos más altos del planeta, que superan los 8000 msnm. Están todos ubicados en la Cordillera del Himalaya: Everest, K2, Kanchenjunga, Lhotse, Makalu, Cho Oyu, Dhaulagiri, Manaslu, Nanga Parbat, Annapurna, Gasherbrum I, Gasherbrum II, Broad Peak y Shisha Pangma.
Llegar a sus cumbres implica, en la mayoría de los casos y a medida que el hielo se derrite por el cambio climático, toparse con cadáveres. El cuerpo del montañista británico George Mallory, una de las primeras personas en intentar llegar a la cima del Everest (8848 metros), fue hallado en ese macizo 75 años después.
“Se cree que quedan más de 200 cuerpos en el Monte Everest”, indican desde el sitio Climber News. Si se considera que desde que comenzaron las expediciones hasta enero de 2021 fueron 305 las personas que murieron intentando conquistar ese pico, lo cierto es que dos tercios de los cadáveres aún están en la montaña.
Por las enormes dificultades que plantea la tarea –muchas personas han muerto en el intento–, recuperar un cuerpo en lugares como el Everest puede costar entre 40.000 y 80.000 dólares.
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