Emma Barraza: el cerebro de una abuela fuera de serie
El neurólogo explica la tenacidad con la que tuvo que trabajar la "abanderada del Bicentenario" para, a los 89 años, aprender a contar, leer, escribir... y conmover
Cuando usted termine de leer estas líneas su cerebro habrá cambiado, tendrá nuevas conexiones, más fibras que van de una a otra neurona almacenando información. El cerebro es plástico, se construye desde el inicio de la vida a partir de los estímulos que nos llegan por los sentidos. Lo que vemos y oímos se graba físicamente en el cerebro, creando fibras nerviosas y circuitos, con billones de conexiones, cada día unos millones más. Cada día nuestro cerebro cambia, ésta es la base del aprendizaje.
Emma Barraza tiene 89 años, tuvo nueve hijos, enviudó joven, ha trabajado duro toda su vida y era analfabeta. Hace tres años decidió asistir a la escuela de adultos "para aprender a escribir y a contar". Ahora se siente más feliz, es capaz de entender y controlar su entorno, con el lenguaje y los números. Goza del placer de saber más.
Los centros cerebrales que canalizan el aprendizaje están vinculados con los núcleos de la motivación, la emoción y el placer. Emma ha sabido escoger la mejor satisfacción en la vida: comprender mejor lo que ocurre a su alrededor, con su familia, con sus amigos. Gracias al conocimiento adquirido ahora es una mujer más independiente, más libre y segura en la vida. Ha hecho un gran esfuerzo, pues aprender a su edad precisa tesón y perseverancia. Con los años el cerebro pierde capacidad de aprendizaje, los neurólogos decimos que pierde plasticidad. Recuerde, el lector, la desigualdad entre aprender a tocar el piano desde niño o intentarlo en la madurez. La diferencia es abismal. De ahí que el esfuerzo y la constancia deban ser mayores. Este ha sido el mérito de Emma. A pesar de su edad lo consiguió.
Los médicos, al atender a una persona mayor, recomendamos los tres ejercicios básicos para mejorar la capacidad cerebral: ejercicio físico, mental y social. Es lo que se conoce como estimulación cognitiva. Con ello es posible retardar el deterioro mental que puede sobrevenir con la edad, e incluso atenuar los efectos devastadores para la mente que ocasionan las enfermedades degenerativas, como el mal de Alzheimer.
En el caso que nos ocupa interesa también otra dimensión. El singular papel que han tenido otras personas como las maestras, y también el portero que la ayuda en sus desplazamientos a la escuela. La maestra María del Valle debe haber trabajado de lo lindo para adaptar el método pedagógico a las necesidades, expectativas y apetencias de Emma.
Nunca reconoceremos suficientemente el mérito del trabajo de los maestros. En mi país hay un refrán terrible: "Ser tan rico como un torero o tan pobre como un maestro". El codicioso que hace cabriolas ante el toro, o con las finanzas, es el respetado rico. Mientras, no agradecemos, ni compensamos como merecen, a los maestros. No se olvide que ellos son la forja del futuro.
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Nolasc Acarín