El Calafate, para todos los presupuestos
Casi el 40% de la demanda de alojamiento en esa ciudad del Sur corresponde a brasileños, mexicanos, venezolanos, españoles, suizos y franceses
EL CALAFATE.- " The Moreno is amazing ", exclama Tom, de Connecticut, Estados Unidos, quien junto con su esposa, Sean, realiza un viaje de diez días por la Patagonia. LA NACION los encontró al inicio del recorrido de la laguna Nimez, una reserva ambiental ubicada a cuatro cuadras del centro de la localidad y que hoy recibe entre 150 y 200 personas diarias, y se recorre en una hora por 25 pesos la entrada.
Durante el primer mes del año, la ocupación hotelera fue de 77,85% según datos de la Secretaría de Turismo de El Calafate, pero el promedio bajó abruptamente para la primera semana de febrero al 62%. Entre los turistas extranjeros, en esta temporada se destacan brasileños y mexicanos, y venezolanos en menor medida, en tanto que desde Europa mermó la llegada de contingentes de españoles y aumentaron los grupos de suizos y franceses, que se alojan generalmente en hostels, con habitación compartida.
Enero fue un mes pleno de turismo nacional, y en su mayoría fueron argentinos los que les dieron amplia ocupación a las hosterías, cabañas y apart-hoteles. Familias completas que llegan por tierra y pagan entre 450 y 600 pesos diarios por una cabaña para cuatro personas, según los servicios. De acuerdo con los datos oficiales, las cabañas y apart-hoteles fueron los más requeridos, con el 85 y el 90% de ocupación.
Los hoteles de cuatro y cinco estrellas ya no gozan de las épocas doradas de hace una década, no hay más reservas por un año, nadie tiene la temporada garantizada.
Cambio de piel
En diez años, El Calafate cambió: no sólo triplicó la población y las plazas hoteleras, sino que empezó a mudar su piel: dejó de ser un destino exclusivo para dar paso a un abanico de ofertas para todos los presupuestos y también se consolidó como la puerta de acceso excluyente a El Chaltén y las Torres del Paine, en Chile.
Aquí las cenizas del volcán Puyehue no llegaron; sin embargo, el destino quedó afectado por las cancelaciones de vuelos y de reservas hoteleras que sufrió toda la Patagonia. Sólo en octubre los vuelos empezaron a normalizarse y hoy llegan aquí entre diez y once aviones diarios con turistas ansiosos por conocer los glaciares. "Tuvimos un comienzo incierto por las cenizas, pero por suerte desde octubre se normalizó la situación y los turistas no dejan de llegar. El glaciar es un atractivo que seduce a turistas de todo el mundo", explica en un alto del trajín diario José Pera, de Hielo & Aventura, la empresa que desde 1989 realiza el minitrekking sobre los glaciares.
Caminar sobre hielo sigue siendo la excursión más buscada del parque. Se realiza en dos modalidades, el minitrekking por 540 pesos por persona o el Big Ice, una excursión de mayor exigencia por 770 pesos por persona.
Desde la Dirección de Turismo, Martín Herrero explica que la demanda "hoy pasa por un turismo autónomo, donde se reserva con menos tiempo de anticipación, y los hoteles reciben muchas consultas particulares por Internet y por las redes sociales".
Entre las novedades turísticas de la temporada, Estancia Cristina incorporó el Wild Trek, una excursión que incluye un viaje en ferry hasta la península Herminita y desde allí al canal Upsala, para contemplar la barrera de hielos del glaciar del mismo nombre que en forma más abrupta muestra su retroceso.
Para Martín Rivas, de Baft Travel, que se especializa en viajeros autónomos, la novedad es la consolidación del destino integrado El Calafate-El Chaltén.
"Se trata de personas entre 18 y 50 años, estudiantes y profesionales que quieren realizar actividades al aire libre, quieren pagar una o dos excursiones y el resto de los días organizarse por su cuenta", explica Martín desde la oficina donde también ofrece Wi-Fi gratis.
Por su parte, Selene Pasarelli, de la Cámara de Comercio, explica que la actual "es una temporada atípica, comenzó tarde y con dificultades en los vuelos; la gente ya no busca los hoteles de alta gama, son más austeros en los gastos". Todos aquí esperan que el glaciar Perito Moreno, que desde octubre tiene la pared de hielo cerrada, estire su espectáculo de estruendosa ruptura y les regale unos meses más de turismo.